La saliente ministra de Seguridad, Sabina Frederic, se despidió este sábado a la madrugada del Gobierno y aseguró que para ella fue “un honor haber sido parte del equipo de Alberto Fernández desde el inicio de su gestión”.
Poco después de que se informaran los cambios en el Gabinete tras la contundente derrota del oficialismo en las últimas elecciones, la funcionaria confirmó su alejamiento del cargo a través de un posteo en su cuenta de Twitter en el que le agradeció al Presidente y a sus compañeros de trabajo. No mencionó a la vicepresidenta, Cristina Kirchner.
“Es un honor para mí haber sido parte del equipo de Alberto Fernández desde el inicio de su gestión. Agradezco a las y los trabajadores del Ministerio de Seguridad y de las Fuerzas la oportunidad de contribuir a una seguridad federal y democrática por la cual seguiré trabajando y militando”, escribió Frederic.
La ministra fue una de las primeras dirigentes en manifestarle su apoyo al jefe de Estado en medio de la tensión que durante días se mantuvo dentro del Frente de Todos por las diferencias entre el mandatario nacional y la titular del Senado.
El conflicto se inició luego de que varios integrantes del Gobierno, todos cercanos a Cristina Kirchner, pusieran a disposición su renuncia pocos días después de que se conocieran los resultados de los comicios.
“Todo mi apoyo a Alberto Fernández, síntesis de la unidad popular para lograr el país que queremos. El Frente de Todos es la garantía para que la voluntad del pueblo expresada en 2019 sea una realidad”, comentó al respecto Frederic.
Esta situación motivó una negociación entre los principales referentes de la coalición para definir los nombres de quienes integrarían el nuevo Gabinete: a pesar de que ella no había presentado su dimisión públicamente, es una de las funcionarias que será reemplazada.
Según se anunció oficialmente, su puesto será ocupado por Aníbal Fernández, un histórico dirigente kirchnerista que actualmente se desempeña como interventor de Yacimiento Carbonífero Río Turbio (YCRT).
Durante su gestión, la ministra fue cuestionada por su postura sobre algunos asuntos de seguridad. Incluso fue muy criticada por su par bonaerense, Sergio Berni, quien llegó a decir que ella estaba en contra del uso de las pistolas Taser porque “nunca anduvo con un arma por la 9 de Julio con 200 personas esperando cruzar un semáforo”.
La polémica más reciente fue por una comparación que hizo al ser consultada sobre si había que emigrar del país para dejar de sentir miedo o de sufrir actos de inseguridad: “Suiza es más tranquilo, pero más aburrido“, opinó.
“La frase representa mi pensamiento. ¿Mi pensamiento es horrible? No hablé del tema de seguridad. Estoy diciendo que tiene que ver con la cuestión política, con lo que hay para hacer. Es un lugar que no hay nada para hacer porque está todo resuelto. Argentina es mi país, tiene todo para hacer y elijo vivir acá“, explicó después.
Perteneciente al Grupo Callao, el núcleo duro de Alberto Fernández, Frederic llegó al Gobierno el mismo día que el ex jefe de Gabinete de Néstor Kirchner juró al frente del Poder Poder Ejecutivo. Anteriormente, había sido funcionaria kirchnerista entre 2009 y 2011 en el Ministerio de Defensa bajo la conducción de Nilda Garré.
Licenciada en Antropóloga Social, hasta ese momento era profesora titular de la Universidad Nacional de Quilmes e investigadora independiente del CONICET. Además, fue directora del Departamento de Ciencias Sociales UNQ (2005-2008); subsecretaria de Formación del Ministerio de Defensa de la República Argentina (2009-2011) y directora del Doctorado en Ciencias Sociales y Humanas de la UNQ (2012-2015).
En mayo de 2018, Frederic firmó una solicitada llamada “contra la violencia institucional” que cuestionaba las acciones del entonces gobierno de Mauricio Macri en materia de seguridad. Junto a ella estamparon la rúbrica otras personalidades de varios ámbitos como Victoria Donda, Nilda Garré, Estela de Carlotto, Nora Cortiñas, Beatriz Sarlo, Juan Carlos Schmid, Horacio Verbitsky, Adolfo Pérez Esquivel y Juan Grabois, entre otros.
Allí se pedía “separación entre asuntos de defensa y asuntos de seguridad” porque puede tener “consecuencias graves tanto por la generación de violencia como por la degradación de las Fuerzas Armadas”. También “regular y limitar el uso de la fuerza policial” ya que “sostener que se debe investigar el uso de la fuerza y sancionarlo cuando no se ajusta a la legalidad implica sostener que el Estado debe cumplir con los estándares mínimos para la actuación de las policías en regímenes no autoritarios”.
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