Cada vez que el ahora ex Jefe de Gabinete Santiago Cafiero estuvo cuestionado durante los dos años de gestión que ocupó el cargo, la figura y el nombre de Aníbal Fernández aparecían como un reemplazante posible. Su postura política y mediática eran la antítesis de las que representaba Cafiero. Sin embargo, su desembarco nunca se concretó.
Este viernes, después de una vertiginosa reestructuración del Gabinete, Fernández volvió a formar parte del gabinete nacional. Como lo había hecho tantas otras veces durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Ocupará el ministerio de Seguridad, que deja vacante Sabina Frederic, una de las ministras más cuestionadas del Gabinete.
Fernández estuvo en la Casa Rosada el miércoles por la tarde, cuando el kirchnerismo le hizo un vacío de poder a Alberto Fernández y los ministros que responden a Cristina Kirchner presentaron la renuncia en forma escalonada. Primero fue Eduardo “Wado” De Pedro y después siguieron los demás. La Casa Rosada se convirtió en un hervidero. Pura incertidumbre y furia.
Ese día Aníbal Fernández negó cualquier tipo de ofrecimiento para sumarse al Gobierno. “El Presidente no me ofreció nada, hablamos de política”, aseguró. Además, sostuvo que no existía “ningún quiebre en el Gobierno”. Buscó enfriar un conflicto que seguiría escalando con el paso de las horas. Fue un acto reflejo de su estilo de comunicación.
Actualmente Fernández se desempeñaba como Interventor de Yacimiento Carbonífero Río Turbio (YCRT). Fue su regreso a un cargo del estado después de dejar la función pública en el 2015, cuando fue Jefe de Gabinete del último tramo del gobierno de Cristina Kirchner y fue elegido para competir en la provincia de Buenos Aires como candidato a gobernador. En esa oportunidad perdió con María Eugenia Vidal.
En esa elección Fernández tuvo que atravesar una PASO con quién será, a partir del lunes, un compañero de Gabinete: Julián Domínguez. Esa interna explosiva dejó muchos heridos en el espacio político y es hoy uno de los ejemplos que utilizan en el peronismo para sostener que las listas de unidad son siempre el mejor camino.
En aquel momento el flamante ministro acusó a Domínguez de montar una operación de prensa para relacionarlo con el triple crimen de General Rodríguez. La relación que ambos tenía se rompió en mil pedazos y no se hablaron durante los últimos cinco años. Pero en los últimos meses mantuvieron cuatro reuniones en la que limaron asperezas. Empezaron a construir una nueva etapa de la relación personal y política.
Por otra parte, recientemente Fernández también había incursionado como columnista de televisión en el programa Caníbales, un ciclo político que se transmite todos los domingos por el canal C5N. Sin embargo, con su confirmación al frente del Ministerio de Seguridad, el dirigente se despedirá de sus compañeros este mismo fin de semana para dedicarse de lleno a su nueva función.
Antes de ser Jefe de Gabinete de la actual Vicepresidenta, Fernández ocupó distintos sillones del Estado. Todos trascendentes. Demostró ser un actor político multifacético, cuestionado por sus declaraciones y justificaciones a las medidas de gobierno, y respetado por su capacidad de gestión y por absorber la presión de la agenda política y mediática, e hilar el discurso oficial que recubría al gobierno de turno.
Entre el 2011 y el 2014 fue senador nacional. Entre el 2009 y 2011 ocupó la Jefatura de ministros, lugar que dejó vacante Sergio Massa. Previamente, en el 2007, cuando comenzó el segundo gobierno kirchnerista, Cristina Kirchner lo nombró ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos.
Durante el mandato de Néstor Kirchner, del 2003 al 2007, fue ministro del Interior. En el Gobierno de Eduardo Duhalde, después de la crisis del 2001, fue secretario de la Presidencia y ministro de Producción. En la década del 90′ fue intendente de Quilmes y Secretario de la Gobernación durante el mandato de Duhalde en la provincia de Buenos Aires.
En los dos años de gestión que lleva Alberto Fernández, el nuevo el ministro siempre se inclinó por defenderlo de las críticas. Incluso de los escándalos públicos, como la publicación de las fotos del cumpleaños de Fabiola Yáñez en la Quinta de Olivos mientras en gran parte de Argentina había una cuarentena extrema.
Sin embargo, tuvo sus momentos de distanciamiento con Cristina Kirchner. En el 2017 cuestionó la conformación de Unidad Ciudadana y el movimiento de la ex presidenta para dejar afuera del armado político al PJ. Llamó a esa estructura “una construcción berreta que lejos de parecerse a un frente compuesto por fuerzas de distintos palos se asemeja más a quienes desde la impotencia” intentan hacer “desaparecer” al peronismo.
Fue de las pocas veces que Fernández criticó a la actual Vicepresidenta en público. Pero la relación volvió a sus carriles normales con el paso del tiempo y hoy goza de buena salud. De todas formas, durante la actual gestión Fernández se mostró siempre más cerca del Presidente que de su compañera de fórmula.
La llegada de Aníbal Fernández al Gabinete también le servirá al Gobierno para comenzar a torcer una de sus falencias en materia de comunicación: la falta de voceros. En el interior de la Casa Rosada se quejaron durante el último tiempo de la falta de ministros más proactivos que defiendan la gestión en los medios. Será una de las tareas de Fernández. La sabe hacer.
Con nombres de trayectoria, como el de Julián Domínguez, Daniel Filmus, Juan Manzur y el propio Aníbal Fernández, el Presidente busca darle volumen político a su Gabinete, uno de los cuestionamientos que más lo acecharon durante la gestión.
El ex jefe de Gabinete encabezará una de las áreas más sensibles del gobierno, debido a que la inseguridad es, junto a la inflación, una de las mayores preocupaciones de los argentinos desde hacer largos años. Por delante aparece el crecimiento de las bandas criminales entorno al narcotráfico, los robos violentos en el conurbano, el narcomenudeo, las entraderas y tantos otros delitos que sufre la sociedad.
A diferencia de su antecesora en el cargo, Fernández tiene una buena relación con el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni. Uno de los grandes problemas que tuvo la gestión de seguridad fue que Frederic y Berni no compartían la mirada estrategia del plan para combatir de la inseguridad ni la forma de actuar. Incluso de enfrentaban en los medios y dejaban a la luz sus disputadas. A priori, la relación de ambas áreas será diferente a partir de ahora.
Aníbal Fernández, multifacético, verborrágico y defensor a ultranza de las gestiones que le tocó integrar, es una de las personas que más tiempo permaneció en cargos públicos de alto rango en la historia de la Argentina. Este lunes comenzará una nueva etapa en su vida política y en la vida del gobierno de Alberto Fernández, que debe salir del subsuelo en el que cayó después de la paliza electoral del domingo y la crisis política que desató Cristina Kirchner.
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