La vicepresidenta Cristina Kirchner rompió el silencio este jueves a raíz de la crisis política e institucional que se desató con la renuncia de varios ministros, luego de la derrota electoral del domingo 12 de agosto. En una carta, la ex mandataria apuntó directamente contra funcionarios cercanos a Alberto Fernández, en especial, el vocero Juan Pablo Biondi y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
“Como siempre… sinceramente”, tituló Fernández de Kirchner la carta con la que explicó varios de los puntos con los que se diferencia de la Casa Rosada, en particular, con la política económica. El dato que más sorprendió fue la forma en la que se referenció a Biondi, el vocero presidencial que ya había sido cuestionado cuando se filtró la foto del festejo de cumpleaños de Fabiola Yañez en la Quinta de Olivos en plena pandemia.
En el inicio de la carta, la vicepresidenta detalló que durante el transcurso de este año mantuvo 19 reuniones con el Presidente en Olivos. “Nos vemos allí y no en la Casa Rosada a propuesta mía y con la intención de evitar cualquier tipo de especulación y operación mediática de desgaste institucional”, dijo.
“No voy a seguir tolerando las operaciones de prensa que desde el propio entorno presidencial a través de su vocero se hacen sobre mí y sobre nuestro espacio político”, lanzó y agregó: “A propósito de la categoría de funcionarios que no funcionan… el vocero presidencial escaparía a aquella clasificación. Es un raro caso: un vocero presidencial al que nadie le conoce la voz. ¿O tiene alguna otra función que desconocemos? ¿La de hacer operaciones en off por ejemplo? Verdadero misterio”.
Sin mencionarlo a Santiago Cafiero, la vicepresidenta hizo referencia a la necesidad de cambiar al jefe de Gabinete debido a la derrota electoral. Recordó que cuando perdió las las elecciones legislativas en la Provincia de Buenos Aires del año 2009, con Néstor Kirchner como candidato a diputado, “el día lunes siguiente a las elecciones no sólo renunció a la titularidad del Partido Justicialista, sino que yo como Presidenta de la Nación pedí la renuncia de quien fuera mi Jefe de Gabinete, entre otros. Y ¡ojo!… habíamos perdido en la Provincia de Buenos Aires pero habíamos ganado a nivel nacional. A Néstor Kirchner hay que recordarlo en versión completa y no editada”.
La política económica
Fernández de Kirchner le dedicó una parte importante en su carta a las medidas económicas, a las que considera un factor importante en la derrota electoral. “Señalé que creía que se estaba llevando a cabo una política de ajuste fiscal equivocada que estaba impactando negativamente en la actividad económica y, por lo tanto, en el conjunto de la sociedad y que, indudablemente, esto iba a tener consecuencias electorales. No lo dije una vez… me cansé de decirlo… y no sólo al Presidente de la Nación”.
En ese línea, confirmó que ayer se comunicó con el ministro de Economía, “cuando se difundió falsamente que en la reunión que mantuve con el Presidente de la Nación había pedido su renuncia. Las operaciones son permanentes y, finalmente, sólo terminan desgastando al Gobierno. Es increíble que no lo adviertan. Es una pena tanto daño autoinfligido”.
“Confío, sinceramente, que con la misma fuerza y convicción que enfrentó la pandemia, el Presidente no solamente va a relanzar su Gobierno, sino que se va a sentar con su ministro de Economía para mirar los números del presupuesto. El año pasado, con ocasión de presentarse el mismo, se estableció que el déficit fiscal iba a ser del 4,5% del PBI sin pandemia a partir de marzo del 2021 -situación que no se verificó como es de público y notorio-. Cada punto del PBI en la actualidad es alrededor de $420.000 millones. A agosto de este año, a cuatro meses de terminar el año y faltando apenas unos días para las elecciones, el déficit acumulado ejecutado en este año era del 2,1% del PBI”, agregó.
Además, resaltó que “faltan ejecutar, según la previsión presupuestaria, 2,4% del PBI… más del doble de lo ejecutado y restando sólo cuatro meses para terminar el año… con pandemia y delicadísima situación social. No estoy proponiendo nada alocado ni radicalizado. Al contrario, simplemente estoy recogiendo lo que en este contexto global de pandemia está sucediendo a lo largo y a lo ancho del mundo, desde Estados Unidos, pasando por Europa y en nuestra región también: el Estado atemperando las consecuencias trágicas de la pandemia”.
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