Hasta los minutos previos a la publicación de la carta de Cristina Kirchner en la tarde del jueves, en el Gobierno consideraban que el camino de salida a la crisis política era avanzar en un acuerdo con el kirchnerismo, para calmar las aguas después del terremoto que se generó cuando los ministros que responden a la Vicepresidenta pusieron su renuncia a disposición.
“Habrá reunionismo y cabildeo hasta que haya fumata blanca”, le había asegurado a Infobae un ministro de extrema confianza de Alberto Fernández al caer la tarde. Desde el kirchnerismo la idea era similar. Uno de los ministros que ayer presentó la renuncia sostuvo: “Hay paz y habrá paz”. Ambas proyecciones se hicieron añicos en pocos segundos.
Incluso, desde La Cámpora, consideraban que con el correr de las horas se iban a poder llegar a un acuerdo para evitar que la crisis interna se profundice. “Se dobla pero no se rompe. Vamos a llegar a una acuerdo”, indicaron, advirtiendo la voluntad negociadora.
Pero a las 18.56 del jueves la Vicepresidenta publicó una explosiva carta en sus redes sociales en la que cuestionó la gestión económica del Gobierno, acusó al entorno del Presidente de montar operaciones de medios en su contra, dijo que anticipó la derrota en las elecciones por las fallas en la política económica y pidió cambios en el Gabinete.
Alberto Fernández estuvo todo el día en la Quinta de Olivos llevando adelante múltiples reuniones y llamados para encontrar el camino a seguir en medio de la crisis política que atraviesa su Gobierno y que fue ocasionada por el ala kirchnerista que tiene su propio Gobierno.
Estaba en Olivos cuando se enteró de la publicación de la carta. No sabía nada sobre su contenido. Nadie se lo había adelantado porque las comunicaciones con la Vicepresidenta están cortadas. La publicación de Cristina Kirchner obligó al Presidente y sus dirigentes de máxima confianza a estudiar una respuesta,
Hasta la madrugada, Fernández se recluyó en la residencia presidencial junto a su círculo más íntimo. Estuvieron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra; el vocero presidencial Juan Pablo Biondi (uno de los máximos apuntados por la Vicepresidenta en su carta); el secretario presidencial, Julio Vitobello; la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca y el asesor del jefe de Estado en materia de comunicación Alejandro Grimson.
Durante la tarde también pasaron dos de los ministros más cercanos al Presidente: el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y el de Desarrollo Social, Juan Zabaleta. Ambos también estuvieron al lado de Fernández en la caótica jornada del miércoles, buscando apoyos de intendentes, gobernadores y sindicalistas.
“Estamos encerrados en Olivos. Cómo seguir es una decisión que solo debe tomar Alberto”, explicó a este medio uno de los presentes en el cónclave que se estaba llevando adelante en la residencia presidencial, donde quedó abroquelado el núcleo de poder albertista.
Más temprano Fernández estuvo reunido con dos de sus gobernadores más cercanos. El tucumano Juan Manzur y el sanjuanino Sergio Uñac. Con los dos analizó el camino a seguir y el escenario fragmentando en el que se mueve por estas horas en las que solo hay incertidumbre.
“Mientras escribo estas líneas tengo el televisor encendido pero muteado y leo un graph: “Alberto jaqueado por Cristina”. No… no soy yo. Por más que intenten ocultarlo, es el resultado de la elección y la realidad”, escribió Cristina Kirchner en su carta.
El mensaje fue contundente. La Vicepresidenta presiona a Fernández para que active un cambio de Gabinete que el Presidente no quiere concretar hasta noviembre, cuando se lleven adelante las elecciones generales. En el texto que publicó se pregunta: ¿En serio creen que no es necesario, después de semejante derrota, presentar públicamente las renuncias y que se sepa la actitud de los funcionarios y funcionarias de facilitarle al Presidente la reorganización de su gobierno?”.
El gobierno nacional atraviesa horas de máxima tensión. La coalición está fraccionada, la gestión se encuentra en pausa y el Presidente y la Vicepresidente están enfrentados por la forma en la que debe continuar el Gobierno después de la paliza electoral que sufrió el último domingo en las PASO.
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