Hay una pregunta fundacional que cobra más relevancia en las últimas horas: Javier Milei, ¿es o se hace? Aquel, que enajenado y desaliñado insulta y corre por derecha el propio Horacio Rodríguez Larreta o se pelea en vivo en los canales de televisión con todo aquel que no coincide con sus ideas, ¿es un personaje ideado en un laboratorio de consultores para representar el clima social de apatía, mal humor y violencia o un emergente real de todos estos factores? ¿un Dr. Jekyll o Mister Hyde?
El economista, en la previa de las PASO, logró algo que el mainstream político enfrascado en una grieta que sobrevive en una suerte de loop permanente entre macristas y kirchneristas no vio o no quiso ver venir: corrió el eje de la campaña. Ahora, post elección, se transformó en la sorpresa: 13.65% de los votos con el 80.65% de las mesas escrutadas, 50.000 más que Ricardo López Murphy. Pero ambos recolectaron más del 24% padrón porteño, más del 22% que logró en 1989 la Alianza de Centro de Álvaro Alsogaray. Dos fenómenos liberales, pero con matices y diferencias.
La irrupción de Milei, el tercer candidato más votado en la ciudad de Buenos Aires, movió los cimientos de Juntos por el Cambio: obligó a María Eugenia Vidal a hablar de “casta política”, a que tanto Larreta (conocido por sus respuestas de casette) como Mauricio Macri radicalicen su discurso al proponer cambiar las leyes laborales o que el presidente Alberto Fernández dedique un acto para advertirles a los jóvenes sobre los peligros de votar por aquellos que hablan de libertades.
Hizo que los principales dirigentes de la coalición opositora empiecen su campaña como palomas y la terminen como halcones. “Logramos correr el eje del debate; nosotros terminamos ganando la batalla de las ideas”, destacó el economista en una entrevista con Infobae antes de las PASO. Algo de eso hay.
“Vidal tuvo que cambiar su discurso y se la notó incómoda en la campaña. El tema es que ellos también son la casta, son poder y fueron gobierno. Ya no pueden prometer tan libremente. Son percibidos como responsables de lo que pasa. El que está limpio de política es Milei, no ellos. Les corrió el eje y parte de su discurso”, analizó un consultor político que trabaja en varias oficinas de Casa Rosada ante la consulta de Infobae.
Ahora, si mantiene el caudal de votos que logró en las PASO llegará al Congreso, hábitat natural de esa clase política que tanto cuestionó. ¿Llegará como un infiltrado para implosionar el sistema desde adentro? ¿O será la piedra basal de un fenómeno cuyo interrogante, ahora, es saber si llegó para quedarse o será efímero?
“Milei es un emergente de dos facciones que tienen muchos desilusionados. Y un peligro para la Argentina, pero también para la casta política. Ojalá los asuste, pero no demasiado. Si la clase política sigue sin resolver temas centrales y los medios agitan la antipolítica no será algo esporádico: acá nadie se puede hacer el pelotudo (sic), alguna vez nos reímos de (Donald) Trump, y de (Jair) Bolsonaro”, recordó un importante dirigente peronista.
Según el politólogo Andrés Malamud, también consultado por este medio, el creciente interés sobre los liberales representan “el hartazgo de los incluidos más que la rebelión de los excluidos”. Un buen concepto, aunque los calificó como un fenómeno “espasmódico, flash party, como todas las terceras fuerzas desde 1983 salvo el PRO”.
Para el también politólogo Federico Zapata, es un emergente de “la dificultad de las dos grandes coaliciones para resolver los problemas estructurales del capitalismo argentina en los últimos 10 años. Eso explica en parte, porque es un fenómeno con prédica en jóvenes de entre 20 y 30 años, socializados en la década perdida que va desde 2010 a la pandemia. Jóvenes que no vivieron la “edad dorada” del kirchnerismo y que vieron naufragar el proyecto macrista”.
La construcción de un candidato
De los márgenes de la política a la centralidad, así se estructuró la campaña de Milei y su partido, La Libertad Avanza, con el impulso y la llegada que le dieron las redes, sobre todo entre los denominados “centennials”, aquellos que nacieron entre 1996 y 2005 y que representan unas 7 millones de personas, el 19% del padrón de la ciudad de Buenos Aires. Tiene más de 460 mil seguidores en Twitter y 780 mil en Instagram. Festejó su cumpleaños número 50 en una plaza con centenares de asistentes y el cierre de campaña, en Parque Lezama, fue multitudinario.
Su hermana, Karina, es la persona que lo acompaña todo el tiempo a cada lugar y, en lo político, escucha y confía en el consultor financiero Carlos Maslatón, en Ramiro Marra, emprendedor, influencer especialista en finanzas y primer candidato a legislador porteño, y Nicolás Emma, precandidato a diputado nacional y presidente del Partido Libertario en CABA. Marcos Urtubey, hijo de Juan, es su jefe de campaña y también integra su círculo de confianza.
En los últimos meses, y a nivel internacional, no se privó de elogiar al gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil (mantuvo una charla con Eduardo, uno de los hijos del mandatario) y Javier Ortega Smith, secretario general de VOX, partido de la derecha de España, grabó un video para apoyar a La Libertad Avanza para las PASO del domingo. Con estas dos experiencias los une conceptos como “casta política”, “comunista” o “zurdo”.
“No hay señales inequívocas hacia adelante. Muchas buenas performances electorales de la ultra derecha terminaron alentando frenos o votos que equilibraron ese auge. En América Latina no tanto. Brasil y EEUU vieron surgir liderazgos ultras. Uno ante la ausencia de liderazgos en el arco conservador se constituyo en síntesis aglutinante en sistemas de partidos plurales, otro ganando por dentro del sistema todo lo que se podía ganar en un contexto bipartidista”, analizó el consultor político Mario Riorda, también consultado por este medio.
Y agregó que Milei “representa el enojo convertido en ira antisistema, una expresión de intolerancia plena y un modo estético del neonconservadurismo”.
A esta corriente se le puede sumar el desempeño de otro economista, José Luis Espert (Avanza Libertad), en la provincia de Buenos Aires: 4.84% del padrón, más de 300 mil votos). Este fenómeno liberal, ¿llegó para quedarse? Responde Zapata:
“Hasta el presente, las dos grandes coaliciones, por izquierda y por derecha, han logrado absorber y ordenar a los sectores más radicalizados del sistema político. Milei parece expresar una fuga de esa tendencia centrípeta, pero no necesariamente una vía de salida a la crisis. Históricamente, Argentina ha priorizado salir de sus crisis a través de insiders. Sin ir más lejos, en el post-2001 fueron Duhalde y Kirchner y no Luis Zamora los que organizaron la nueva época. En todo caso, creo hay que analizar el impacto de estos nuevos fenómenos centrífugos sobre el posicionamiento general y la agenda de las dos grandes coaliciones”, argumentó.
Por su lado, Hernán Iglesias Illía, ex secretario de Comunicación Estratégica durante el gobierno de Cambiemos, describió a Milei como “un liberal contradictorio, que pide libertad total en lo económico pero controles fuertes del Estado en lo personal, como con el aborto”. “Para mí hay algo inexplicable ahí. Tampoco es muy liberal su actitud política: no es pluralista, insulta a cualquiera que no esté de acuerdo con él, y desconfía de las instituciones republicanas, algo que un liberal debería tratar de fortalecer, no de destruir. Es un tipo que cuando le preguntaron si estaba a favor de la democracia no supo qué responder. Creo que eso dice mucho”, completó.
El operativo contención en Juntos por el Cambio
Para contener ese flujo de votos que Juntos por el Cambio puede perder “por derecha” gracias a la aparición de Milei, los principales dirigentes de la coalición opositora estructuraron una estrategia: subir al ring a López Murphy para disputar la PASO con Vidal, en primer lugar, y la jugada a último momento que significó el cambio de regla interna para que el ex ministro de Economía no se quede afuera de la lista en noviembre.
“Con bastante inteligencia, Milei viene a pescar votos en un nicho que estaba desatendido, el voto reaccionario por derecha. Ahora hay que ver si sostiene su figura, los votos en noviembre. Por eso para nosotros fue un win-win el acuerdo que hicimos con López Murphy para captar ese electorado, no era lo mismo tenerlo a él en la boleta que a Sandra Pitta”, señaló a Infobae uno de los principales armadores políticos del PRO.
Más allá de esto, apenas minutos después de conocerse los primeros resultados, el propio Macri envió una señal a Milei: “Soy liberal de la primera hora”, afirmó en una entrevista con TN.
Si no pierde votos en el camino, llegará al Congreso después de noviembre y tendrá representación en la Legislatura porteña. Es una incógnita cómo se manejará en ese rol (prometió eliminar el Banco Central, flexibilizar el régimen laboral y eliminar el régimen de obra pública), y si sus votantes se sentirán representados cuando ingrese en la dinámica política.
Volvemos a la pregunta inicial: Milei, ¿es o se hace? Poco importa si su votante lo percibe autentico. Riorda lo explica: “Casi siempre los personajes son tan auténticos como impostados hasta un nivel que, con el paso del tiempo, implica la imposibilidad de discernir esto porque ambas esferas se conjugan”.
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