El escenario era impensado, no imposible: de repetirse en noviembre los números que se alcanzaron en todas las provincias, el oficialismo podría perder la primera minoría en la Cámara de Diputados y, por primera vez desde 1983, el peronismo perdería el quórum propio en la Cámara de Senadores.
Ningún analista de Juntos por el Cambio ni del Frente de Todos esperaba un cambio radical de la conformación de fuerzas en la Cámara de Diputados. Sin embargo, la mala elección en las Primarias del oficialismo muestra que, de mantenerse este resultado, el bloque que comanda Máximo Kirchner perdería su posición de primera minoría.
Con el escrutinio realizado hasta la medianoche, el Frente de Todos pasaría de un bloque de 120 diputados a uno de 116 legisladores mientras que el interbloque de Juntos por el Cambio, que hoy tiene 114 diputados, renovaría los 64 que puso en juego y sumaría dos más.
La ecuación de poder se mantiene en términos similares desde el punto de vista de que ningún sector cuenta con quórum propio. Sin embargo, las apetencias del oficialismo de sumar los 9 diputados que necesita para llegar al número necesario para poder habilitar las sesiones en la Cámara baja parecen alejarse.
En Diputados también la novedad es que, de mantenerse los números de las PASO, llegarían a la Cámara los representantes del sector libertario. El sector que comanda el economista Javier Milei alcanzaba el 13% de los votos en la Ciudad de Buenos Aires, lo que le permitiría entrar a la Cámara baja. En el caso del otro representante del sector en la provincia de Buenos Aires, José Luis Espert, estaba a las puertas de alcanzar una banca ya que para la medianoche sumaba poco menos de 400.000 votos, número necesario para poder obtener su banca si las elecciones de este fin de semana hubieran sido las definitoria.
El fin de la hegemonía
Pero el dato que generó mayor sorpresa es que, de repetirse los números de este domingo, el próximo 14 de noviembre el peronismo perdería la mayoría en la Cámara de Senadores por primera vez desde la vuelta de la democracia en 1983.
El oficialismo perdió en seis de las ocho provincias en donde se ponen en juego los 24 lugares que renueva la Cámara alta. Y en todas esas provincias perdió en manos de Juntos por el Cambio. Si estos resultados se mantienen en noviembre, el Senado quedaría con 35 senadores del Frente de Todos, 31 de Juntos por el Cambio y 6 independientes. Para tener quórum hace falta 37 legisladores.
Aunque eran esperadas las derrotas en Córdoba y en Mendoza, el Frente de Todos perdió en La Pampa, Chubut, Córdoba, Santa Fe y Corrientes y en todos los casos lo hizo en manos del Juntos por el Cambio.
Hubo un distrito en donde el resultado fue peor al esperado: Córdoba. En la provincia mediterránea el Frente de Todos pasó del segundo al tercer lugar, quedando detrás de Juntos por el Cambio y del partido del gobernador Juan Schiaretti. Las Primarias en Córdoba mostraron que la performance del senador del Frente de Todos Carlos Caserio, que buscaba renovar, no fue suficiente y obtuvo menos del 11% de los votos lo que lo dejó en el tercer lugar.
Pero la sorpresa más fuerte en lo que se refiere a las elecciones fueron los resultados en La Pampa. La provincia en la que hace 38 años que el peronismo no perdía una elección lo hizo frente a la sumatoria de las cinco listas que presentó Juntos por el Cambio que en total se llevó casi uno de cada dos votos.
En Chubut la situación era similar. Con las tres bancas en juego el oficialismo apostaba a mantener dos de los tres. Sin embargo, Juntos por el Cambio participó en la provincia patagónica con tres candidatos y sumó en total el 40% de los votos. En segundo lugar quedó el Frente de Todos.
Seguir leyendo: