“Gracias a los porteños que me recibieron nuevamente”, dijo una exultante María Eugenia Vidal en un escenario plagado de los candidatos porteños y de referentes del PRO como Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y Mauricio Macri.
Todos sonrientes pero contenidos. No hubo papelitos ni gente bailando, pero si abrazos y sonrisas. En el centro de control que se armó en uno de los sectores de Costa Salguero los dirigentes del PRO recibían mensajes en sus celulares, primero de las mesas testigos y luego con los números oficiales. “Estamos ganando en todos lados”, dijo un dirigente del PRO entre sorprendido y contento mientras se preparaba la salida de los candidatos al escenario.
Con los números marcando una tendencia irreversible, comenzó la organización del escenario. Los maestros de ceremonia fueron Paula Oliveto y Martín Tetaz y quienes tomaron la palabra lo hicieron pensando en noviembre. Primero Olivetto, después Tetaz, y más tarde Ricardo López Murphy, para quien se pidió un fuerte aplauso.
El economista fue el que tuvo el discurso más fuerte. Luego de agradecer a la militancia, señaló que “los problemas de la pandemia se agravaron por un gobierno que no estuvo a la altura por su incompetencia y su corrupción”.
La decisión de que hable López Murphy, y que tenga un extenso discurso en la previa al de María Eugenia Vidal, no fue aleatoria. Aunque la suma de los tres candidatos de Juntos por el Cambio araña el 50% de los votos, los casi 14 puntos que sumaba el candidato Javier Milei promediando la noche fueron una llamado de atención dentro del búnker amarillo. “Sacó más de lo que esperábamos”, explicaba una fuente del PRO. “Ahora hay que contener para que nadie de López Murphy se vaya para los libertarios”.
Esa decisión quedó más transparente desde el momento que el otro candidato que compitió en la interna, Adolfo Rubinstein, no le cedieron la palabra en ningún momento.
Por su parte, María Eugenia Vidal buscó nacionalizar la victoria. “No pudieron con nosotros. Esta noche, los votos dijeron ‘falta menos’. Yo lo sé y el kirchnerismo lo sabe: falta menos. Falta menos para que el cinismo y la mentira se terminen”. Como era de esperarse, apalancó su discurso con expresiones que hicieron referencia al gran eje de la campaña: la educación y la presencialidad.
Por su parte, el “larretismo” se mostró más que satisfecho pero mantuvo el perfil bajo. El jefe de Gobierno porteño se mantuvo al margen, no hizo declaraciones ni tampoco brindó entrevistas a los canales de televisión en donde sí hubo apariciones de Vidal y del ex presidente Mauricio Macri.
“Ganamos en la Ciudad y en la provincia. Horacio quedó fuertemente posicionado internamente. Ahora no va a poder salir nadie a decir que sacaba más votos que los candidatos de Larreta “, dijo a Infobae una fuente cercana al jefe de Gobierno porteño, que esperó hasta el encuentro de la Mesa Nacional para hacer valor sus votos. “Esto es todo de Rodríguez Larreta”, explicó.
La alegría del PRO es contenida porque los ganadores ahora quieren contener a los heridos. El discurso fue claro: “Ahora hay que sumar al resto”. También se sumó la perspectiva de ganar varios lugares en el Congreso.
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