Alberto Fernández fue el único orador del Gobierno tras la contundente derrota del Frente de Todos en toda la Argentina y principalmente en la provincia de Buenos Aires, bastión histórico del peronismo. Sin vueltas, el Presidente reconoció lo que lo dijeron las urnas: “Evidentemente algo no habremos hecho bien para que la gente nos acompañe. Y todos los que estamos aquí escuchamos el veredicto de la gente con respeto y atención”.
Acompañado por la vicepresidenta Cristina Kirchner, Sergio Massa, Máximo Kirchner, Axel Kicillof y los candidatos bonaerenses Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollán y los porteños Leandro Santoro y Gisela Marziotta, el Presidente asumió la derrota con un mensaje esperanzador para “dar vuelta” el resultado el próximo 14 de noviembre cuando se realicen las elecciones generales. A diferencia de otros actos en los búnkers, Fernández fue el único orador que le puso la cara a los malos resultados.
Uno de los datos que más llamaron la atención fue el silencio de Fernández de Kirchner y el frío saludo con el Presidente al finalizar el discurso. “Escuchamos el veredicto de la gente con atención. Sabemos que hay errores que hemos cometido y de ello aprendemos. Hay una demanda que no habremos satisfecho adecuadamente y nos ocuparemos de prestarle atención y resolver lo que la gente nos plantea”, expresó.
Por otro lado, Fernández dijo que “valoramos la importancia de la democracia y nada es más importante que escuchar al pueblo. Hoy el pueblo se expresó en una situación especial. Pudimos llevar adelante esta elección y en este mes pudimos vacunar a 12 millones de personas y llegar a esta instancia con mas tranquilidad y menos riesgo”, expresó el mandatario en el inicio de su discurso.
“Todos los que estamos aquí solo queremos la felicidad de nuestro pueblo y hemos trabajado por eso. Seguramente ha sido insuficiente. Esta enorme encuesta que son las PASO, para nosotros son un dato que vamos a considerar y trabajar para que en noviembre los argentinos nos acompañen”, agregó.
Además, Fernández resaltó que desde el Gobierno tienen “un compromiso”, por lo que le pidió a los militantes del Frente de Todos que “mañana mismo hablen con sus vecinos. La campaña recién empieza y en noviembre tenemos que ganar porque tenemos un compromiso para no volver atrás. Necesitamos más justicia social, más salud pública y educación pública. Eso es lo que me trajo a la Casa de Gobierno, escuchando el mensaje del pueblo”.
Al término del acto, en diálogo con la prensa, Tolosa Paz se sumó a las declaraciones del Presidente, al asegurar que tomaron “nota del resultado y del mensaje”, aunque consideró que “siempre es reversible el resultado”. “Siempre que haya voluntad de escuchar y tomar nota del resultado, es reversible el resultado. Siempre que uno va a una elección. La incertidumbre de hoy era saber cuánta gente iba a votar. Claramente fue un porcentaje menor al que esperábamos”, analizó.
Consultada por la posibilidad de que Juntos por el Cambio repita estos resultado en noviembre, la candidata respondió: “No miramos a Juntos o a las distintas fuerzas que han emergido, escuchamos las urnas, que hablan claramente en todo caso”. “El Presidente ha sido muy claro y contundente: escuchar el mensaje de las urnas y a partir de mañana hay un equipo que va a trabajar para poder resolver parte de ese mensaje”, agregó.
Los candidatos del Gobierno perdieron en 18 provincias: Buenos Aires, Capital Federal, Chaco, Chubut, Corrientes, Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa Cruz, Santa Fe, San Luis y Tierra del Fuego.
El Frente de Todos, que presentó las primarias como un plebiscito de la gestión, sufrió un duro revés en las urnas incluso en distritos que históricamente le son favorables, como las provincias Santa Cruz y de Chaco.
Por importancia política y densidad demográfica, el traspié en la provincia de Buenos Aires provoca un impacto especial. El territorio que en 2019 había sustentado la victoria presidencial de Alberto Fernández no sólo se dio vuelta, sino que entregó algunos datos inesperados hasta por los encuestadores del gobierno: el kirchnerismo perdió en 7 de las ocho secciones electorales. Y en la única que ganó, la tercera (Avellaneda, Quilmes y La Matanza, entre otros) ganó por apenas 8 puntos, cuando hace dos años en esos partidos había ganado por más de 30 puntos.
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