PASO 2021 en la Ciudad de Buenos Aires: Vidal se juega su futuro político y el Frente de Todos busca posicionarse para 2023

La ex gobernadora enfrenta, con el apoyo de Horacio Rodríguez Larreta, a Ricardo López Murphy y Adolfo Rubinstein. Mientras tanto, Leandro Santoro encabeza una lista de unidad y espera mejorar los resultados de 2017

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María Eugenia Vidal cerró su campaña electoral en La Rural
María Eugenia Vidal cerró su campaña electoral en La Rural

Este domingo se celebran unas PASO atípicas en la Ciudad de Buenos Aires, y no sólo por la pandemia. Si bien se descuenta que el triunfo, en el total de votos, quedará en manos de Juntos por el Cambio, hay expectativa sobre los apoyos que conseguirá cada una de las tres listas con las que se presenta, dividido de forma inédita, el oficialismo local, que podrían desembocar en una nueva lectura política en la disputa interna por el liderazgo de Pro. Del otro lado, el Frente de Todos compite unificado detrás de la figura de Leandro Santoro, el legislador porteño bendecido en julio por Alberto Fernández y Cristina Kirchner, quien buscará mejorar el resultado de 2017 y posicionarse hacia la pelea de 2023 por la Jefatura de Gobierno en un territorio donde el kirchnerismo no ganó nunca.

En la elección primaria de hoy se eligieron los candidatos que competirán en los comicios de noviembre por las 13 bancas que aporta la Ciudad de Buenos Aires a la Cámara de Diputados y por 30 escaños en la Legislatura. En la Cámara baja nacional, el PRO quiere retener las 10 bancas que logró en 2017 (con el 63 por ciento de los votos de Evolución Radical y Vamos Juntos). Mientras que el Frente de Todos aspira a mantener o superar el número que logró ese año Unidad Porteña (arañó el 22 por ciento), que le permitió obtener tres escaños.

En paralelo a los cálculos por el poder en el Congreso y la puja de fuerzas entre las dos principales coaliciones nacionales en el bastión que el PRO gobierna hace 14 años, se medirá el equilibrio de poder al interior del espacio oficialista a nivel local, donde la exgobernadora María Eugenia Vidal se juega su futuro político.

En una campaña distinta de lo habitual por la pandemia, el mayor ruido político en tierras porteñas lo provocó la interna de Juntos por el Cambio. Los roces, que se palpaban por canales subterráneos desde 2020, se hicieron evidentes hacia mediados de este año, en la previa del cierre de listas de julio. En especial, por la decisión de Vidal de presentarse como precandidata, avalada por su jefe político, Horacio Rodríguez Larreta. En ese momento, ambos se enfrentaron en una pulseada con la ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, referente del ala de la coalición que responde a Mauricio Macri.

Una pareja camina frente a un cartel con la cara de Leandro Santoro, candidato a Diputado Nacional por el Frente de Todos
Una pareja camina frente a un cartel con la cara de Leandro Santoro, candidato a Diputado Nacional por el Frente de Todos

En ese momento la presidenta de PRO se bajó. Pero la postulación de Vidal dio lugar a una serie de reproches que terminaron con la presentación de tres nóminas. Hoy, la ex gobernadora enfrenta a López Murphy, quien aparece segundo en intención de voto y apunta a seducir al núcleo duro, y al exsecretario de Salud, Adolfo Rubinstein, que se perfila tercero en la interna con propuestas que intentan acercar a radicales y progresistas

Las especulaciones sobre el final de la pelea interna suscitan la mayor atención. Si bien todos los analistas dan por descontado que Juntos por el Cambio se llevará la mayor cantidad de votos en la suma total en el distrito amarillo, hay preocupación en el espacio de Vidal por la posibilidad de que sus rivales internos logren una performance más alta de lo esperado, lo cual podría debilitarla.

La ex gobernadora llega a la elección rodeada de cierto desencanto de un sector del electorado, según opinan en los espacios disidentes, donde confían en que los fortalecerá la desaprobación al “cruce” de distrito electoral de Vidal desde la provincia de Buenos Aires a la Ciudad, y su inclinación al diálogo con el kirchnerismo, que la dirigente de Pro niega.

En el vidalismo reconocen que las otras fuerzas podrían sacar un porcentaje considerable de votos y en los últimos días se mostraban cautos a la hora de brindar proyecciones. Pero avisaban que a la hora de evaluar sus resultados se mirarán en el espejo de la interna de 2015 entre Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti, en la cual el entonces jefe de Gabinete de Mauricio Macri ganó por 10 puntos. En el espacio de Vidal esperan un resultado similar a ese, o mejor.

Incluso si López Murphy hace una buena elección, Vidal buscará enfocar su discurso en el triunfo en la interna y en su posicionamiento para las generales como cabeza de la lista que se presume ganadora. Dan por sentado que sacarán más votos que la nómina de los precandidatos del Frente de Todos, encabezada por Leandro Santoro, que lleva a los diputados nacionales Gisela Marziotta y Carlos Heller como segunda y tercer postulante. “La interna existe hasta que se mete el voto en la urna. María Eugenia arranca el lunes con todos los votos de Juntos para pelear con los azules”, dijeron en su entorno. En los otros espacios, en cambio, esperaban que Larreta, con una interna difícil, “se dé un baño de republicanismo”.

María Eugenia Vidal junto a Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta en el acto de cierre de campaña
María Eugenia Vidal junto a Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta en el acto de cierre de campaña

Frente de Todos

Del otro lado del espectro ideológico, en el Frente de Todos, el legislador porteño Leandro Santoro, amigo de Alberto Fernández que retomó en los últimos años la desgastada relación con La Cámpora, mira de reojo la interna de Vidal. Como escenario de máxima, espera acercarse lo más posible a su principal rival, y cree que la disputa del oficialismo local lo favorece para mejorar los escuetos resultados que obtuvo el kirchnerismo en 2017.

Cristina Kirchner y Alberto Fernández se mantuvieron ajenos de la disputa en la adversa ciudad
Cristina Kirchner y Alberto Fernández se mantuvieron ajenos de la disputa en la adversa ciudad

Santoro encabeza una lista de unidad entre las vertientes del peronismo local y La Cámpora, y mantuvo durante la campaña un perfil independiente de la pelea nacional. De hecho, la apertura y el cierre, en Costa Salguero y en el estadio de Ferro, respectivamente, se realizaron exclusivamente con los candidatos, sin referentes nacionales. Esa fue una decisión consensuada con las cabezas del Frente de Todos. Cristina Kirchner, que tiene imagen baja en el distrito, estuvo ausente de la carrera proselitista local y se mostró principalmente en el conurbano. Mientras que Alberto Fernández hizo una sola incursión puntual en tierras porteñas, hace unos días. En la previa de los comicios, que se vio atravesada por el escándalo de Olivos y una serie de errores discursivos, el Presidente decidió visitar exclusivamente las provincias afines y los distritos propios del Gran Buenos Aires.

En ese contexto, a Santoro se le dio libertad para desplegar una campaña de perfil “barrial”, con recorridas que encabezó casi siempre solo o con el dirigente camporista Mariano Recalde, también jefe del PJ porteño. Algunas versiones indican que el líder de la agrupación Los Irrompibles, de origen radical, aspira a formar una fuerza de corte localista, que se corra lo más posible de la grieta nacional para avanzar sobre un terruño muy complicado para el peronismo y, en particular, para el kirchnerismo.

Ricardo López Murphy (Alejandro Beltrame)
Ricardo López Murphy (Alejandro Beltrame)

Si bien en el Frente de Todos descuentan que Santoro no tiene posibilidades de acercarse al número total que alcanzará Juntos por el Cambio, creen que una performance aceptable le permitirá posicionarse para competir por la Jefatura de Gobierno porteña dentro de dos años. Si ese escenario se materializa, él mismo podría protagonizar una interna. Aunque “falta mucho”, en el PJ de la Ciudad ya vislumbran una pelea con Matías Lammens, el candidato que sacó 35 puntos en los comicios de 2019 con la boleta de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, y que mantiene sus intenciones de gobernar desde el sillón principal de la sede de Parque Patricios.

Más allá de la polarización entre las fuerzas principales, un nuevo fenómeno preocupa a Juntos por el Cambio tanto como entusiasma, desde el punto de vista de las cifras, al Frente de Todos. Muchos de los votantes desencantados de la gestión de Mauricio Macri, dicen las encuestas, podrían volcarse a la figura del nuevo referente de derecha, el candidato de Avanza la Libertad, Javier Milei, que tiene fuerte presencia mediática y gran ascendencia entre los jóvenes, según se desprende de proyecciones y de inferencias sobre su presencia en redes sociales.

En tanto, el Frente de Izquierda dirimirá liderazgos entre las boletas comandadas por Myriam Bregman y Cele Fierro; el Nuevo Más lleva a Federico Winokur como cabeza de lista; el Partido Federal presenta a Julio Bárbaro; Política Obrera a Marcelo Ramal; y Alternativa Ciudadana, a Martín Hourest.

Con la pelea de fondo entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, Juntos por el Cambio va dividido a las urnas en tres listas que evidencian una disputa a nivel nacional por la conducción de la coalición opositora de cara a 2023. Con María Eugenia Vidal como favorita en una interna que levantó polvoreda, y Leandro Santoro con aspiraciones a llevarse algunos puntos más que en 2017, la Ciudad de Buenos Aires es uno de los distritos que genera mayor expectativa del país.

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