Los movimientos sociales alineados con la Casa Rosada desplegarán, como mínimo, unos cien mil militantes para realizar tareas logísticas y de fiscalización para las elecciones primarios de este domingo. El Movimiento Evita demostrará su poderío territorial colaborando con 70 mil personas solo en la provincia de Buenos Aires. Se trata de una inversión millonaria.
Para dimensionar la magnitud del operativo de apoyo electoral al Frente de Todos, basta tener en cuenta un dato: en el marco de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias las Fuerzas Armadas y de seguridad movilizarán 90.340 efectivos para controlar el comicio a nivel nacional, casi 10 mil personas menos que los movimientos sociales.
Según pudo establecer Infobae a través de fuentes directas de las organizaciones, las tareas que tendrán a cargo son variadas y de relevancia para lo que será una larga jornada electoral, la primera que se desarrollará a nivel país en pandemia.
Más de cincuenta mil integrantes de la organización que tiene como referentes a los funcionarios Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, recibieron capacitación para ejercer como fiscales para el Frente de Todos. Esta tarea la complementarán con la que realiza el propio peronismo y cuya estructura está aceitada desde hace décadas.
La Corriente Clasista y Combativa (CCC), también encolumnada en las filas del oficialismo, y referenciada en el diputado nacional Juan Carlos Alderete, por decisión orgánica participará de manera activa en todo el país, pero poniendo acento también en el conurbano bonaerense y en particular en La Matanza, la comuna más populosa de la provincia de Buenos Aires.
Somos Barrios de Pie, que como las otras dos organizaciones están nucleados en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), empalma sus actividades con el Evita. Su coordinador nacional es Daniel Menéndez, también funcionario y precandidato número dieciséis en la boleta de diputados nacionales de la provincia de Buenos Aires.
Las tareas de fiscalización de mesas estarán apoyadas con una burbuja especialmente armada para actuar en caso de algún inconveniente, desde la ausencia de la persona destinada a una escuela determinada, o por si comienza a tener síntomas compatibles con el COVID-19, entre otros incordios que puedan presentarse.
Los movimientos sociales también facilitarán el traslado de los votantes que viven en los barrios más alejados a través de micros ya alquilados.
Desde principio de semana en depósitos y comedores comenzaron a estoquear miles de botellas de agua, paquetes de café, cajas de té y mate cocido, azúcar, manzanas, para armar las viandas que se completarán con sándwiches de fiambre y queso para los colaboradores y fiscales.
Además de cuadernos, libretas y bolígrafos, los coordinadores de los movimientos sociales dispusieron la compra de barbijos y alcohol en gel, un signo distintivo que será un emblema en estas votaciones.
Hay varios datos que marcan la espectacularidad del movimiento que significará movilizar a los más de cien mil militantes que realizarán el despliegue logístico en combinación con la estructura partidaria tradicional.
En municipios como La Matanza, Lomas de Zamora, Lanús, Morón, Merlo, Esteban Echeverría, Pilar, Quilmes y Berazategui, ya no hay colectivos para alquilar. De eso se queja, por ejemplo, el Polo Obrero, que militará y fiscalizará para el Frente de Izquierda Unidad. Solo en La Matanza el PO desplegará dos mil fiscales.
El Movimiento Evita se mostró muy activo en los últimos días. Mientras un grupo coordinaba la elaboración de las viandas; otros se movilizaban casa por casa para repartir las boletas del Frente de Todos. Lo mismo realizaban los militantes de la CCC y Barrios de Pie.
A estos dos grupos hay que sumarles los que se movilizaron a los cierres de campaña. El jueves, en Tecnópolis unos treinta mil integrantes del Movimiento Evita fueron a escuchar a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, y al presidente Alberto Fernández.
Otros viajaron hasta la provincia de Santa Fe para presenciar el cierre de campaña del ex ministro de Defensa, Agustín Rossi, a quien apoyan en la interna que disputa con la lista apoyada por el gobernador Omar Perotti y Cristina Fernández.
No es la primera vez que el Movimiento Evita apoya a un candidato opuesto a los intereses de la ex jefa de Estado. En 2017 apostaron por la candidatura a senador nacional por la provincia de Buenos Aires de Florencio Randazzo. En esa oportunidad, el ex ministro de Transporte medía fuerzas contra la propia Cristina Kirchner. El jefe de campaña de Randazzo era Alberto Fernández. De allí nació la relación del Presidente con Pérsico y Navarro.
Desde ese momento, la dos veces Presidenta mantiene distancia con dirigentes del Evita. No es el único motivo, en el territorio bonaerense Cristina Fernández alienta el desarrollo de La Cámpora, la organización liderada por su hijo Máximo Kirchner, el jefe de la bancada oficialista en la Cámara de Diputados de la Nación.
Dentro del espacio de los movimientos sociales, la ex jefa de Estado mantiene muy buena relación con Juan Grabois, el referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) que también forma parte de la UTEP.
La Unión de Trabajadores de la Economía Popular ya mostró su impactante poder territorial la semana pasada cuando movilizó a toda su estructura para instalar 10.000 mesas de difusión del Frente de Todos en 1.500 barrios populares del conurbano bonaerense y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Visitaron casi un millón de casas e invitaron al presidente Alberto Fernández, a sus ministros y a los principales candidatos a sumarse a la movida preelectoral.
Antes que eso, “Los Cayetanos”, un espacio conformado por los principales movimientos que integran la UTEP como el Movimiento Evita, Barrios de Pie, el MTE y la CCC, movilizaron unas trescientas mil personas en apoyo al Presidente el 7 de agosto pasado. La movilización partió de la iglesia de San Cayetano, en Liniers a Plaza de Mayo bajo la consigna de “Tierra, Techo y Trabajo” y también por el salario básico universal. Además tuvo el aval y el apoyo del papa Francisco.
En varios distritos del conurbano bonaerense, el Evita y al menos la CCC, no participarán de la logística electoral con algunos intendentes. La disputa entre caciques peronistas y los movimientos populares terminó de tensionarse durante el armado de listas para las PASO.
Con el afán de ganar espacios políticos en los Concejos Deliberantes locales, habían armado listas cortas para disputarle internas a los alcaldes del PJ. Pero finalmente se decidió darle de bajas y priorizar en el intercalado de precandidatos a concejales y consejeros escolares a hombres y mujeres vinculados a La Cámpora.
Más allá de estas disidencias, todos los referentes de los movimientos sociales que dialogaron con Infobae para esta nota aseguraron que la activa militancia de las organizaciones sociales es para apuntalar a Alberto Fernández y ser el brazo territorial que el mandatario carece.
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