“Tenemos una decisión tomada, cortar los vínculos con el delito. Eso antes no pasaba. Es un cambio profundo que en lo diario todavía no tiene la dimensión que deseamos. Es una bola de nieve que fue creciendo y tomamos la decisión de achicarla. Eso no tiene marcha atrás”. Con esas palabras, el gobernador Omar Perotti salió a enfrentar el día después de una seguidilla de crímenes que golpeó a Rosario, incluido el asesinato de un testigo custodiado que declaró en contra de un jefe narco.
Dos gestos políticos hubo en Rosario esta mañana: el intendente Pablo Javkin convocó de urgencia al primer piso de la Municipalidad a todos los jefes de bloque del Concejo, lo que no es poco porque hay 15 bancadas en representación de los 28 concejales rosarinos.
El otro encuentro lo impulsó el gobernador Perotti en la delegación que el gobierno provincial tiene en Rosario. Participaron por el gobierno nacional el subsecretario de Intervención Federal, Luis Morales; los jefes de las fuerzas federales y de los grupos Alacrán y Albatros, la plana mayor de la policía santafesina y el equipo de seguridad de la provincia.
Ambas reuniones se hicieron por separado y casi al mismo tiempo, aunque la del gobernador fue la única que tuvo resultados concretos: el anuncio de que llegarán, “escalonados”, otros 160 efectivos federales para descomprimir a la policía provincial, sobre todo de la custodia de lo que denominan “puntos objetivos”, los edificios judiciales y las personas que requieren custodia.
Actualmente en Rosario hay 300 efectivos federales apoyando las tareas de seguridad y vigilancia. Ahora se anunció que se sumarán en etapas 100 de la Policía Federal y 60 de grupos de elite de Prefectura y Gendarmería nacional. Con lo que queda claro que no es un refuerzo suficiente y que para la oposición fue considerado “una burla”.
La inseguridad, una urgencia
Apagar el fuego y evitar balaceras en las vísperas de las elecciones. Esa parece ser la primera intención de las autoridades políticas para enfrentar la ola de crímenes narco. De la misma manera que cuando se producen las quemas en las islas, y se reclama por aviones hidrantes a la Nación, ahora por la inseguridad la urgencia de hacer algo impulsa el pedido rápido de más fuerzas federales. Por ahora, ninguna medida que modifique nada más que la superficie. Perotti ratificó el rumbo de su gestión en materia de seguridad.
El intendente Javkin tuvo que apurar el final de su encuentro con los ediles para recorrer las diez cuadras que lo separaban del lugar de la otra reunión. Recién ahí se vio con Perotti, después de un agitado martes. Cuando salía, anticipó que exigirá dos cuestiones sobre las que no tiene incumbencia el municipio: cambios en la Justicia Federal y atacar la economía del delito y los circuitos del dinero que se esconden detrás de estos ataques.
Autoridades en campaña
El día que Rosario amaneció con una nueva ola de crímenes narcos que incluyó a un testigo con custodia muerto a balazos, tanto Perotti como Javkin estaban en campaña en la ciudad de Santa Fe. El primero hizo declaraciones a una radio donde insinuó una de las medidas que podría tomar en breve, después del domingo: que el Servicio Penitenciario, que tiene el control de las cárceles, vuelva a la órbita del Ministerio de Seguridad, donde estaba hasta que lo derivó a la cartera de Gobierno, que tiene una larga lista de incumbencias.
La campaña se cuela tanto en la gestión que no sólo en Santa Fe la vicegobernadora está de licencia para asumir la actividad de su candidatura a senadora, sino que el ministro de Gobierno, con ocupaciones tan relevantes como el proceso electoral y el tema penitenciario, hace dos semanas que mantiene un bajo perfil y no cumple tan activamente las funciones de su cargo, tras un compromiso que lo obliga a no aparecen en forma pública hasta después de los comicios. Es que pertenece al sector de Agustín Rossi, que disputa la interna contra el gobernador para el que el ministro cumple funciones.
Al intendente Javkin la nueva ola de violencia armada en las calles de Rosario lo encontró también de campaña en Santa Fe junto a los candidatos de su sector en la interna del frente donde disputa contra el socialismo. Desde ahí también reclamó que vengan fuerzas federales y que “cuiden más a Rosario”, en un mensaje dirigido al gobierno nacional.
Fue de un notable contraste ver cómo los espacios de campaña contratados o acordados por los candidatos en campaña, incluido el propio intendente y el gobernador en los medios de la provincia, tuvieron que desviar su discurso para hablar de la inseguridad y lo que estaba pasando en Rosario.
No obstante, el tema ocupó sólo una parte de lo que dijeron, el resto estuvo reservado a promocionar las bondades de sus propuestas y de gestión, de cara a las internas del próximo domingo.
SEGUIR LEYENDO: