El juicio por enriquecimiento ilícito de Ricardo Jaime, primer secretario de Transporte del kirchnerismo, comenzó en 2019. Todos los lunes se realizan audiencias por Zoom, el modo pospandemia que eligió el Tribunal Oral Federal 6 para llevar a cabo el juicio que ha entrado en etapa de definiciones.
A Jaime, detenido desde 2016 en la cárcel de Ezeiza, se lo juzga por cuatro casos de corrupción en un mismo juicio. El más relevante es el de enriquecimiento ilícito porque de ser hallado culpable se demostraría la hipótesis original de la investigación: el dinero que usaron sus familiares y allegados para comprar bienes que Jaime no podía poner a su nombre, provino de la corrupción que reinó en la secretaría de Transporte desde 2003 a 2009. Jaime también está en juicio junto a Julio De Vido por la compra de trenes chatarra a España y Portugal. Ambos están condenados por la Tragedia de la Once aunque la sentencia no está firme.
Uno de los capítulos en los que se divide el caso de enriquecimiento ilícito es el que está relacionado con la compra de una casa situada en la calle Omaguacas 91, en Carlos Paz, Córdoba. Allí vivía Jaime hasta que fue detenido. Esa casa está a nombre de su hija Julileta Jaime quien está también en juicio acusada de testaferro (persona interpuesta en el enriquecimiento) de su padre.
La maniobra de compra de la casa por parte de Julieta-quien para la justicia no tiene como justificar el dinero- involucra a otras personas. Está enjuiciada como como testaferro de Jaime Graciela Vigna, madre de Sebastián Ledantes, ex marido de Julieta Jaime y también acusado en el juicio. Norberto Ledantes, padre de Sebastián también llegó acusado al juicio pero murió en abril de este año y fue sobreseído por fallecimiento.
Sebastián Ledantes fue novio de Julieta Jaime por unos ocho años. Se casaron en 2007 y se separaron pocos meses después. Cuando se formalizó el matrimonio Jaime compró con dinero ilegal una casa y la puso a nombre de los padres de su yerno: necesitaba esconder esa propiedad porque sus ingresos no le permitían justificar la adquisición. La casa en Carlos Paz, luego del divorcio de la pareja, fue transferida a nombre de Julieta Jaime.
En 2016 los Ledantes-Vigna se presentaron ante una fiscalía cordobesa y explicaron cómo se hicieron las maniobras en las que están involucrados: y señalaron a Jaime como el responsable de poner dinero ilegal para la compra de la casa.
Graciela Vigna declaró hoy en indagatoria vía Zoom desde Córdoba. Pidió ampliar su indagatoria y reiteró básicamente lo que ya había dicho: que el dinero para la compra de la casa no lo aportó Julieta Jaime. La declaración se inició a las 11 y duró apenas unos minutos. Obviamente Vigna aseguró que no quiso encubrir el enriquecimiento ilícito de Jaime y explicó cómo fue la maniobra de la compra de la casa.
Vigna comenzó su declaración con una pequeña historia de la relación entre Julieta Jaime y su hijo Sebastián Ledantes: “A Julieta la conocimos cuando mi hijo la presentó como su novia. Estuvieron ocho años de novios y la queríamos como a una hija. La relación con su familia era escasa. A veces veíamos a la madre y a sus hermanas. A nuestra casa Ricardo Jaime fue tres veces: para un cumpleaños de Sebastián, cuando estaban a punto de casarse y quiso hacer una reunión, y en 2008 cuando después de casados y separados vino a decirnos dónde teníamos que escriturar”
Vigna explicó ante los jueces cómo fue la operación de la casa: “En 2007 los chicos nos contaron que se iban a casar. Ella dijo que iba a comprar la casa y que el dinero se lo iban a prestar. Nos contó que finalmente había encontrado la casa de sus sueños y la compró. Ella me dijo que tenía un problemita administrativo y quería saber si podía poner la casa a mi nombre. Dijo también que era algo temporal, que luego del casamiento la pondría a su nombre. ´¿Vamos a tener problemas?´, le pregunté. Ella dijo que no. Ahí consulté a mi marido quien dijo que si Julieta decía que no iba a haber problemas, firmara la escritura. Entonces se adquirió compró la casa. Julieta compró los muebles y la pintura. Se casaron y se fueron de luna de miel. Pero tuvieron que volver de la luna de miel antes de tiempo porque Julieta tenía que ir a Suiza a acompañar a su hermana”.
La ex consuegra de Jaime relató que: “La relación empeoró y se separaron. Ella se quedó en la casa que había comprado. Mi hijo vovió a mi casa. Jaime fue a mi casa para decirme que tenía que firmar la escritura a nombre de Julieta. Fuimos y lo hicimos. Ahí fue donde nos enteramos que el dinero se lo habían dado su mamá y su papá”. En sus anteriores presentaciones judiciales Vigna habló solo del padre de Julieta como aportante del dinero. Hoy sumó a la madre, Gloria Edith del Corazón de Jesús Vilchez, quien no está imputada en el juicio.
Vigna agregó: “En enero de 2008 mi hijo tuvo un accidente de moto. Estuvo tres meses postrado y todo un año recuperándose hasta volver a caminar. Julieta lo fue a ver dos veces. Nunca más la volvimos a ver. Con mi esposo nos sentimos usados. Nos usaron. Somos gente de trabajo. Nos hemos dedicado siempre a trabajar. Mi esposo se enfermó y falleció. Y le preocupaba que yo me quedara con este problema. Este caso nos perjudicó moralmente y también económicamente nos perjudicó, nos cerraron cuentas, nos generó perjuicios. La gente habla...”.
Vigna solo aceptó preguntas de su defensora María José Turano quien quiso saber si le habían dado dinero por firmar la escritura a nombre de Julieta Jaime. La respuesta fue “no”. Y si su hijo se había mudado de la casa de la calle Omaguacas: “vivieron muy poco juntos allí”, dijo. Y con eso terminó la indagatoria. El haber contado de dónde provino el dinero no disminuye la posibilidad de que Vigna y su hijo sean condenados.
Cuando la hija de Jaime puso el dinero para comprar la casa se escrituró a nombre de Vigna por la suma de 250.000 pesos. Cuando pasó de manos de Vigna a las de Julieta Jaime la escritura se hizo por 440.000 pesos. La hipótesis de la fiscal Gabriela Baigún señala que esa compra-que hicieron los Jaime- se llevó adelante con dinero proveniente de negocios ilegales.
La hija de Jaime había dicho que compró la casa con un préstamo que le hizo el padre de una amiga de la familia que prestó servicios como abogada para diversos asuntos de Jaime. Julieta Jaime no pudo justificar ese préstamo de mutuo que avaló su amiga Mariela Baldi. Y por eso la hija de Jaime está enjuiciada como testaferro. La hipótesis de los investigadores es que el origen del dinero que estaba a nombre de Julieta Jaime era similar al de todos los testaferros de su padre: provenía de los negocios que se hicieron en la secretaría de Transporte durante los primeros seis años del kirchnerismo.
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