Que en la política argentina algún referente se cambie de espacio no es una novedad. Hasta se inventó un verbo para denominar a aquellos que asumen un cargo empujados por una lista y, una vez en él, se pasan al bando opositor.
Sin embargo, estas elecciones plantean una novedad: la ruptura de una dupla de gobierno para enfrentarse entre sí en las urnas, directa o indirectamente. No es muy común que el o la gobernadora y su vice rompan lanzas y decidan competir en las urnas, y mucho menos en medio del mandato.
Esta es la realidad que se va a vivir en las próximas elecciones en las provincias de Tucumán y de Santa Fe y que se pudo ver el fin de semana pasado en Corrientes. En los tres casos, los y las vice gobernadores decidieron enfrentarse en las urnas a sus antiguos líderes que van como suplentes en la listas de candidatos. Y esto hace que la Casa Rosada y el Instituto Patria también divida en algunos casos sus apoyos.
En el caso de la provincia del norte, el vicegobernador de Juan Manzur, Osvaldo Jaldo, decidió salir a pelearle el poder a su jefe político. Primero lo hizo desde su cargo como presidente de la legislatura provincial bloqueando pedidos del gobernador y, luego, ya más abiertamente, presentándose a las internas con lista propia por fuera del oficialismo provincial.
En la Casa Rosada y en el Patria tomaron nota de lo que sucedió y rápidamente, en este caso, se encolumnaron detrás del gobernador, quien antes fue ministro de Cristina Kirchner y hoy es un aliado de Alberto Fernández. Por si no quedaba claro el apoyo, en los últimos días fueron a un acto el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, y el de Economía, Martín Guzmán. El mensaje fue simple, mientras Manzur escuchaba sonriente, arriba del escenario estaban los representantes de Cristina Kirchner, La Cámpora y del propio Presidente. Y si no eso no alcanzaba, enviaron sus saludos Sergio Massa y Máximo Kirchner.
La decisión de que todas las fuerzas que confluyen en la Casa Rosada apoyaran la lista del gobernador implica una jugada riesgosa en la provincia. Todos los huevos quedaron en una sola canasta en una provincia en donde se eligen cuatro diputados y tres senadores. El oficialismo tiene mayoría en el senado pero solo por cuatro senadores y busca lograr el quorum propio en la Cámara de Diputados.
Manzur lleva como candidato a senador al médico Pablo Yedlin, quien es el actual titular de la Comisión de Salud de Diputados y un defensor en la Cámara Baja de la gestión oficial en lo que se refiere a la compra de vacunas. Y, en segundo lugar, a la legisladora provincial Sandra Mendoza. En este caso, Manzur se anotó como primer suplente. En el caso de la lista de diputados, la encabeza la ministra de Salud de la provincia, Rossana Chahla.
Pero el vicegobernador decidió ser candidato y se postula como primero de la lista de diputados nacional acompañado por Gladys Medina. Los precandidatos a senadores por esta lista son Juan Antonio Ruiz Olivares y Graciela Gutiérrez.
Aunque los indicios muestran que quien corre con todo el apoyo nacional sería el vencedor, en Balcarce 50 siguen con atención el devenir de los comicios de la provincia. Si se impone Manzur la pelea quedaría acotada a la provincia ya que el Jaldo mantendría su cargo de vicegobernador y presidente de la legislatura. Pero, si la interna la gana la lista opositora, la Casa Rosada deberá recalcular con el fin de no perder votos en la cámara de senadores ni de diputados.
En Santa Fe la discusión presenta otro grado de complejidad porque esconde vericuetos que pueden impactar a futuro para el peronismo. En la provincia se renuevan 3 bancas de senadores de las cuales dos hoy detenta el oficialismo y una la oposición en manos de la senadora suplente de Carlos Reutemann, Alejandra Vucasovich. Asimismo, también se eligen 9 diputados nacionales, 5 del Bloque Cambiemos – Juntos por el Cambio; 3 del Bloque Partido Justicialista (PJ) – Frente para la Victoria (FPV) – Frente de Todos (FDT); y 1 del Frente Progresista Cívico y Social (FPCS).
El oficialismo nacional busca mantener la dos bancas de senadores y sumar la tercera además de renovar y sumar diputados. Pero lo hará en medio de una interna en donde el gobernador Omar Perotti va en una lista y, compitiendo en las PASO, la vice gobernadora Alejandra Rodenas lo hará en otra.
El tercer factor que está en juego, además de la ruptura entre gobernador y vice, es que Rodenas va como candidata de la lista disidente que encabeza el ex ministro de Cristina Fernández de Kirchner y de Alberto Fernández, Agustín Rossi.
Aunque aseguran que Rodenas y Perotti tienen buen vínculo, el pedido de licencia de la primera y la decisión del segundo de ir como pre candidato suplente en la lista de senadores, enturbió esa buena relación.
En este entuerto Cristina Kirchner apoya a Perotti por sobre las intenciones de su ex ministro. En la Casa Rosada el apoyo al gobernador es tibio, lo mismo que en La Cámpora. El temor en este caso es que Santa Fe se convierta en una nueva Córdoba en donde gobierna un peronismo que alienta diferencias con el kirchnerismo.
Esta nueva modalidad en la que los vice rompen en medio del mandato no es algo exclusivo del peronismo. La primera incursión del año de este nuevo modelo fue en Corrientes, donde gobierno y acaba de ser reelecto el radicalismo.
En este caso, el vicegobernador Gustavo Canteros se lanzó a competir por la intendencia de la ciudad capitalina enfrentando al candidato del ahora reelecto gobernador Gustavo Valdés, Eduardo Tassano.
La experiencia no fue buena para los que rompieron ya que Tassano obtuvo el 66% de los votos y se erigió como el primero de los intendentes de Corrientes Capital en ser reelecto. Canteros que no sólo dejó su cargo en el ejecutivo provincia para ir a disputar la intendencia, lo hizo pegando el salto ya que se fue de la coalición de gobierno que lidera el radicalismo y compitió como candidato del Frente de Todos.
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