Entre tensiones con la Unión Industrial Argentina (UIA) después del cambio de conducción de este año con la salida de Miguel Acevedo, el presidente Alberto Fernández decidió ir a una fábrica en Chaco por el Día de la Industria, lejos de la planta de Cerámicas Alberdi de José C. Paz, la sede elegida para la simbólica ceremonia por el nuevo titular de la entidad, Daniel Funes de Rioja. A poco más de una semana de las PASO, el primer mandatario se dirigirá desde el norte del país a un sector clave para la “reactivación económica”, base principal de su campaña electoral.
Hace un año, el Presidente estuvo en acto por el día del sector que la central industrial había realizado en la planta de Sinteplast, de Miguel Ángel Rodríguez, en Ezeiza. Después de la crisis por el anuncio de la intervención a Vicentín, el primer mandatario tenía fuerte interés en relacionarse con la entidad, que mantuvo un posición neutral a diferencia de otros núcleos que se mostraron más críticos, como la Asociación de Empresarios Argentinos (AEA).
Este año, la nueva conducción de la UIA buscó que Alberto Fernández estuviera en el simbólico evento anual, que se realizó hoy a las 11.30 en la fábrica del empresario Martín Rappallini, en la provincia de Buenos Aires. Pero el jefe de Estado declinó la invitación. En cambio, para brindar un mensaje un área de la economía sobre la que el peronismo suele buscar ascendencia, prefirió viajar a las tierras de un jefe provincial afín, Jorge Capitanich, con quien recorrerá la empresa metalúrgica Palacios Hermanos, ubicada en Resistencia, a partir de las 17.30.
La UIA, que reúne a grandes empresas, pymes y cámaras del interior, hizo notar el rechazo a la invitación en el mismo programa oficial del encuentro, donde detalló que “se había invitado” al Presidente, al igual que al gobernador bonaerense, Axel Kicillof. De todas formas, habrá representación del Gobierno a través del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien según se informó, brindará un discurso.
El vínculo del Gobierno con la central industrial se resquebrajó después del reciente cambio de conducción en la UIA, que pasó de manos de Miguel Acevedo, con quien Alberto Fernández mantenía una relación aceitada, a las de Funes de Rioja, dirigente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), quien mantiene un perfil más crítico del Gobierno.
En la Casa Rosada lo consideran como un hombre vinculado a las grandes compañías y resienten sus cuestionamientos, que contrastan con la postura allegada al Gobierno que mantenía Acevedo. Por lo bajo, entre otras cosas, le recriminan que no reconociera, al asumir, las ayudas que brindó el Estado nacional al sector durante la pandemia.
Recientemente hubo algunos acercamientos, que mostraron que la relación entre el Gobierno y la UIA se desarrolla entre matices. Días atrás, el ministro Kulfas coincidió con Funes de Rioja en un encuentro organizado por la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), en la localidad de Las Parejas. En ese acto además participó el dirigente industrial y extitular de la entidad, José Ignacio De Mendiguren, del espacio de Sergio Massa, con quien el actual conductor de la central empresaria también había tenido roces.
Por otro lado, en las últimas semanas Funes de Rioja se reunió con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y con el ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro. Pero a pesar de esas aproximaciones, el Gobierno no invitó a la conducción de la UIA a las mesas sectoriales del Congreso Producción y Trabajo.
A estos vaivenes se sumó la cancelación, hace ocho días, de la visita que tenía prevista para hoy Alberto Fernández a la firma Baggio (RPB SA) en Entre Ríos por el Día de la Industria, que se celebraría por primera vez en esa provincia. Como publicó Infobae, se debió a un conflicto de intereses por un juicio de la compañía con el Banco Central. La UIA debió buscar a contrarreloj otro lugar para el acto, que finalmente se trasladó a la provincia de Buenos Aires. Pero a pesar del cambio de sede, no logró la participación del Presidente.
La relación del Gobierno con la entidad industrial se presenta turbia a pesar de que la reactivación económica fue definida como una de las apuestas principales del Frente de Todos de cara a las elecciones y de que uno de los focos principales está orientado a ayudas palpables para las pequeñas y medianas empresas.
El secretario de Desarrollo Pyme, Guillermo Merediz, que responde a Kulfas y hombre cercano a Cafiero, hizo un fuerte desembolso en el sector, con un aumento en los últimos seis meses -de acuerdo a información oficial- de un 36% del presupuesto, y una ampliación de los créditos. Se trató de medidas orientadas a lograr una mejor performance en las urnas en la ajustada pelea con la oposición de Juntos por el Cambio.
En medio de los cuestionamientos ajenos e internos por la gestión nacional, desde la Casa Rosada buscan poner en relevancia los avances de esa área en época electoral y de cara a la “pospandemia”. En el actual contexto de crisis, en el Gobierno circula un paper con datos estatales que pone buena parte del foco en la asistencia estatal para el desarrollo de la industria y, en particular, a las pequeñas y medianas empresas. En el documento, al que tuvo acceso Infobae, se señala un contraste con el gobierno anterior y se celebra el registro de un crecimiento en un 17,9% en el sector en comparación con julio del 2019. Es decir, uno de los meses del final de la administración de Mauricio Macri.
Desde la semana pasada, Alberto Fernández intenta recuperar protagonismo en la campaña tras el escándalo del festejo en Olivos, y apoyar su propia administración. Hoy, en Chaco, se espera que brinde un discurso confrontativo con las políticas económicas del expresidente y, aunque lejos de la UIA, prometa para la “nueva etapa” -posterior a las elecciones- una administración nacional orientada al “crecimiento económico, una política industrial activa, una recuperación del ingreso y un modelo de desarrollo productivo que permita una salida exportadora que termine con la restricción externa”, como figura en el informe con el que el Gobierno busca defender su gestión con promesas de un futuro mejor -bajo el slogan “La vida que queremos”-, a dos semanas de las PASO.
Seguí leyendo: