Gladys se lamenta de que sólo uno de sus tres hijos tiene trabajo y la voz se le quiebra por la emoción cuando dice que no quiere que se tengan que ir del país “para que les vaya mejor”. Fátima pide seguridad para su barrio, confiesa que la escolaridad allí “está complicada” y que en la salita de salud no le dan turno para su atender a su mamá. Son dos de las vecinas de Florencio Varela que en la mañana del martes se reunieron para hablar con Diego Santilli, primer precandidato a diputado de Juntos en la provincia de Buenos Aires, pero sus problemas y sus reclamos son casi idénticos a las del resto de las 200 personas presentes en este encuentro en el Club Nahuel.
Este distrito es uno de los bastiones electorales del peronismo, con unos 508.000 habitantes y una de las más altas concentraciones de pobreza del conurbano bonaerense. Aquí, en 2019, el intendente Andrés Watson, del Frente de Todos, logró la reelección con el 54% de los votos ante Pablo Alaniz, de Juntos por el Cambio, con el 27%. En el equipo de Santilli creen que la bronca de los vecinos de Varela por el combo de inseguridad, desempleo y falta de educación es tan alta que nadie tiene asegurado el resultado en las elecciones. Mucho menos el oficialismo.
En el amplio gimnasio cubierto del Club Nahuel, unas 150 personas están sentadas en sillas de plástico en un amplio semicírculo y otras 50 participan por Zoom desde una pantalla. Cada uno habló de sus dramas cotidianos. “La droga nos está matando en Varela”, dijo una señora de unos 70 años que abrió la ronda. “Vivimos encerrados y enrejados. Este distrito está muy abandonado”, se quejó otra. Un vecino planteó “sacar a los pibes de la calle enseñándoles oficios que están desapareciendo, como el de carpintero o chapista, a través de la gente grande”. La mujer que tomó la palabra después se mostró “preocupada por el futuro de la educación”. El siguiente vecino ironizó sobre “los que cantan combatiendo al capital y tienen IPhone y tres o cuatro choferes”. “Tres veces robaron en mi casa”, se lamentó otro. Cada relato es desolador y, a la vez, coincidente.
Santilli recibió una tímida bienvenida al llegar y se fue entre largos aplausos y pedidos de selfies. En el medio, escuchó atentamente a los vecinos, hizo anotaciones y terminó con un discurso breve y contundente en el que contestó cada inquietud que le habían planteado y aseguró que se proponía repetir lo que hizo con Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad de Buenos Aires. “Tuvimos un plan y durante 14 años fuimos para un mismo lado”, sostuvo. Y arrancó la primera tanda sostenida de aplausos cuando mencionó a Fernán Quirós para referirse al plan de salud porteño.
Al final, destacó que no iba a hacer promesas sino “propuestas realizables” y que iba a poner en práctica algo que, a juzgar por los aplausos, sedujo a los vecinos: “Voy a trabajar, trabajar y trabajar”. Santilli se tomó mucho tiempo en saludar a las personas que se le acercaron, se prestó a una interminable ronda de fotos con ellos y su siguiente escala fue la Peatonal Monteagudo, en la zona céntrica de Florencio Varela, donde se concentra una gran actividad comercial.
Allí, el precandidato de Juntos recorrió cuatro cuadras acompañado por Rodríguez Larreta, el jefe de Gobierno porteño que apuesta fuerte a su ex vicejefe para ganar estas elecciones y cimentar su proyecto presidencial. Estuvieron acompañados por el senador Esteban Bulllrich (reconocido por la gente y que también se prestó a muchas selfies), el precandidato a diputado Martiniano Molina, la diputada provincial de la Coalición Cívica Maricel Etchecoin, el jefe de Gabinete del Municipio de Lanús, Diego Kravetz, y el primer precandidato a concejal de Florencio Varela, Mario Kanashiro.
En medio de una nube de militantes de Juntos, dirigentes, fotógrafos y camarógrafos, la comitiva se fue deteniendo para hablar con los comerciantes y sacarse fotos con la gente. Rodríguez Larreta estaba locuaz, fue recibido por algunos como si fuera una estrella de rock y hasta saludó a dos estudiantes para preguntarles si podían ir a la escuela. Santilli, a unos pocos metros, tuvo el gesto de acercarse para saludar a militantes de la lista de Facundo Manes, su rival en las PASO, que estaban instalados con una mesa en la Peatonal: “Vamos que estamos juntos”, les dijo.
Los dirigentes de Juntos recorren un distrito en donde el peronismo es muy fuerte, pero en la caminata por la Peatonal nadie se muestra hostil ni los agrede. Todo lo contrario. Sólo un hombre se acercó a Rodríguez Larreta para saludarlo y comenzó a gritar “Ustedes pasean. ¡Trabajen!”, pero terminó reconociendo que no tenía nada para reprocharles. Curiosidades de una campaña enmarañada por la pandemia en donde Santilli ya recorrió 70 municipios, se enfoca en hablar con los vecinos y, como confesó a Infobae, afronta el desafío de visitar territorios en medio de “una importante apatía de la gente y donde cuesta llegar por el peso del aparato del PJ”.
¿Le alcanzará para ganar? “Vamos a hacer una buena elección”, vaticinó, más que nada basándose en lo que percibe en sus caminatas y contactos con los bonaerenses. “La gente está con bronca porque no ve un futuro para sus hijos, en su casa, en su trabajo, y para colmo la enoja más que el Gobierno no esté discutiendo sus problemas”, dijo Santilli antes de dejar Florencio Varela.
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