Como en el popular juego infantil “Antón Pirulero”, en la política también “cada cual atiende su juego”. El gobierno de Alberto Fernández aplica esa misma lógica con los movimientos sociales. A dos semanas de las PASO, con los que están alineados a la Casa Rosada, sale a hacer campaña. En tanto, a los piqueteros opositores los intenta contener a través del ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta quien el viernes los recibirá por primera vez desde que reemplazó a Daniel Arroyo. Escuchará de primera mano sus reclamos.
El funcionario, tiene varios objetivos hacia adelante, pero dos son sus ejes principales: evitar, a través del diálogo y mesas de trabajo, que las organizaciones de izquierda, lideradas por el Polo Obrero, sigan expresando sus pedidos en la calle -tal como lo venía realizando Arroyo-; y “articular planes sociales en puestos de trabajo genuino”.
La reunión del próximo viernes entre los movimientos populares opositores, buena parte de ellos integran el Frente de Izquierda Unidad, y el ministro de Desarrollo Social, fue acordada después de la masiva movilización que el 18 de agosto pasado realizaron en reclamo de más planes sociales, aumento en el sueldo del programa Potenciar Trabajo, incorporar a más beneficiarios a este plan, mayor cantidad de alimentos a los comedores y merenderos, un plan de obras públicas y de viviendas, entre otras exigencias. Básicamente, es lo que escuchará Zabaleta en el encuentro.
Diez mil mesas de difusión
Decididos a tomar la iniciativa y demostrar su peso específico propio, el sábado, en el anfiteatro del Parque Lezama, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), con el Movimiento Evita a la cabeza, realizaron un encuentro con más de cinco mil personas para expresar su apoyo a la campaña del Frente de Todos y convocar “a toda la militancia a movilizarse en favor de los candidatos” de ese espacio político, que en la provincia de Buenos Aires lleva como primeros precandidatos a diputados nacionales a Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollan.
En el puesto dieciséis de la grilla los movimientos sociales oficialistas colocaron a Daniel Menéndez, funcionario en el ministerio de Desarrollo Social y coordinador nacional de Barrios de Pie.
En el encuentro se anticipó algunas de las principales actividades que desarrollarán: visitar casa por casa en los 1500 barrios populares del AMBA, llevando las propuestas del Frente de Todos. También anunciaron el lanzamiento de 10.000 mesas de difusión en esos lugares “para fortalecer el puerta a puerta hasta el día de la elección”. Según le explicó a Infobae Gildo Onorato, secretario gremial de la UTEP; “los movimientos sociales apuestan a llegar a un millón de hogares para militar la victoria del Frente de Todos”.
En los discursos se hizo hincapié en la importancia de las organizaciones populares en su trabajo de contención social y de protección durante la pandemia.
El encuentro fue cerrado por el ex ministro Arroyo, precandidato número doce, y Menéndez. En su discurso, el dirigente de Barrios de Pie recordó que: “En 2016 gracias a una propuesta de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) tomamos la iniciativa de presentar la Ley de Emergencia Social. Esto posibilitó que se cree el Salario Social Complementario, hoy el Potenciar Trabajo y que tiene que ver con el debate, a veces medio trucho que impulsan algunos oportunistas de que se tiene que convertir los planes en trabajo, se creen pensadores, estadistas. ¡Hace 20 años que estamos construyendo trabajo! ¡Hace 20 años que ante la exclusión de las políticas de exclusión del neoliberalismo nadie pidió un plan social, pedimos trabajo!”.
Lo hizo en momentos en que Zabaleta impulsa esa idea, aunque la crítica no está dirigida hacia él sino a Diego Santilli, precandidato a diputado nacional por la provincia de Buenos aires por el espacio opositor Es Juntos, quien prometió, activar iniciativas para “transformar los planes sociales en trabajo, a través de una propuesta de subsidios “que incentiven la generación de empleo”.
“Vamos a ir casa por casa a construir la victoria del Frente de Todos”, remarcaron en sus alocuciones ante miles de jóvenes yanto Menéndez como Arroyo. Las mesas de difusión y las visitas casas por casas comenzarán a partir de hoy y se intensificarán con el avance de las dos últimas semanas de campaña.
El primer cónclave
El viernes, un día antes del encuentro de los movimientos oficialistas en Parque Lezama, el Polo Obrero y otras organizaciones vinculadas, volvieron a transformar en un caos el tránsito en el centro porteño al plegarse a la “Marcha nacional contra el gatillo fácil”, lo cual le dio mayor volumen al reclamo. Una de las consignas era “Fuera Berni y Massoni” de los ministerios de seguridad de la provincia de Buenos Aires y de Chubut.
Reclamos por otros temas sociales como el “no al desalojo de 110 familias en la Villa 21-24” o “justicia por Luján”, en referencia a la adolescente de 15 años murió atropellada por un tren de cargas en ese mismo barrio de la Ciudad de Buenos Aires, el 24 de agosto pasado, también son tomados como bandera para manifestarse contra las autoridades en calles y arterias.
El temario de la primera reunión de la denominada “Unidad Piquetera” con Zabaleta el viernes no es sorpresa para el funcionario de Alberto Fernández. Dos semanas atrás le hicieron llegar un petitorio con los reclamos.
El tema del suministro de una mayor cantidad de bolsones con alimentos para los comedores ya estaba en la agenda de Desarrollo Social. Los propios dirigentes sociales afines al Gobierno le habían hecho saber sobre esa necesidad al entonces ministro Arroyo. También las demoras en las entregas de la comida, que puede llegar hasta los tres meses. Un tema que se vuelve grave dado el aumento de familias que se van a alimentar en los comedores barriales y escolares. Un hecho reconocido ante Infobae por el diputado nacional Juan Carlos Alderete y referente de la CCC.
El reclamado plan de obras públicas para utilizar mano de obra a través de las cooperativas de trabajo corresponde a otra área, aunque, como ocurre en la provincia de Buenos Aires, ese ministerio suele ser articulador y nexo con el ministerio de Obras Públicas, que en nación está a cargo de Gabriel Katopodis, otro ex intendente (San Martín) de estrecha relación con Zabaleta.
Lo mismo ocurre las soluciones habitacionales que corren por cuenta de Jorge Ferraresi, el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, y como los dos anteriores un ex alcalde, en este caso, de Avellaneda. En este caso, Desarrollo Social, también interviene al marcar las necesidades más urgentes.
En el territorio bonaerense lo fue, por ejemplo, durante la toma de Guernica. Allí intervino el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés “Cuervo” Larroque, un funcionario de extrema confianza del gobernador Axel Kicillof.
Zabaleta, especulan desde su entorno, se mostrará muy cauto en cuanto a incorporar un mayor número de personas al programa Potenciar Trabajo. Hay registrados casi un millón de beneficiarios. Y desde la semana pasada se están reinscribiendo para “depurar el padrón” y publicar cada uno de los contratos a través de las unidades de gestión para hacer más trasparente todo el proceso.
El ministro de Fernández ya le anticipó a este medio que las nuevas incorporaciones serán en reemplazo de las “bajas” y que su objetivo es trasformar esos planes sociales en trabajo genuino y que ya comenzó con los 150.000 trabajadores golondrinas de la cosecha en el norte del país.
Eduardo Belliboni, el dirigente del Polo Obrero que asistirá a la reunión, junto a otros ocho representantes de organizaciones sociales, descree que Zabaleta, o cualquier otro ministro pueda cumplir con esa tarea ya que en la Argentina no se están creando puestos de trabajo genuinos.
Si bien Zabaleta hará todo lo posible para evitar que el centro porteño se trasforme en un caos de tránsito por las movilizaciones a tan solo dos semanas de las elecciones PASO, la lectura en la Casa Rosada es lineal, no existe promesa que pueda calmar las marchas. “El negocio de la izquierda son los piquetes y mucho más ahora, en plena campaña electoral. Ellos juegan para el Frente de Izquierda y es parte de su estrategia, lo hacen siempre”, describe un funcionario de Jefatura de Gabinete.
Hay otro factor para tener en cuenta. Si Zabaleta llegase a comprometerse con ellos a otorgar planes sociales por fuera de lo ya acordado con los movimientos sociales alineados con el Gobierno, habría rebelión en la granja, y eso es algo que se va a evitar.
Mientras el gobierno recibe el apoyo de los movimientos sociales afines, e intenta contener a los opositores, unos y otros coinciden en un mismo diagnóstico la única forma de reducir el gasto social, que involucra a más del 60% de presupuesto nacional, y trasformar los planes en trabaja es abriendo fábricas y unidades productivas, por ejemplo, de la economía popular. Mientras eso no ocurra, achicar el gasto social a través de recortes, como aspira el ministro de Economía, Martín Guzmán, será casi una misión imposible y generará más protestas callejeras.
La prueba está, tal como adelantó Infobae en el aumento del 40% en la ampliación de partidas presupuestarias para el programa Potenciar Trabajo y alimentos, entre otros programas que administra Zabaleta, lo que implicó un giro, a principios de agosto, de unos 96 mil millones de pesos.
SEGUIR LEYENDO: