Es el sindicalista favorito de Cristina Kirchner y, a la vez, un dirigente de confianza de Alberto Fernández. Esa condición lo terminó encumbrando como el dirigente gremial más favorecido en las listas de candidatos del Frente de Todos. Sergio Palazzo es el cuarto postulante a diputado del Frente de Todos por la provincia de Buenos Aires y en la entrevista con Infobae relativizó el malestar de otros sectores sindicales que fueron excluidos de las nóminas, como la CGT y el moyanismo. “Acá hubo un espacio para el movimiento obrero y me tocó representar ese lugar”, aseguró.
Destacó que “es necesario disminuir la cantidad de horas de trabajo como uno de los factores que ayude a generar empleo”, pero advirtió que “no es la única herramienta” para lograrlo y que espera debatir un proyecto sobre el tema con otros sectores cuando asuma su banca legislativa. Reveló que la iniciativa fue avalada por Máximo Kirchner y que no habló con el Presidente sobre el tema: “Las leyes las votan los legisladores”, afirmó.
Mendocino, de origen radical, enrolado en el kirchnerismo y delfín del polémico Juan José Zanola, el líder de los bancarios se quejó de “la doble vara” con la que se habla del incumplimiento de la ley por parte de Alberto Fernández al haber participado de la fiesta de cumpleaños de Fabiola Yáñez en plena cuarentena obligatoria y calificó el episodio como “algo mediático dentro de una campaña electoral”.
TItular de la Asociación Bancaria, el dirigente asumirá como diputado nacional del Frente de Todos el 10 de diciembre y cuatro días después buscará su tercer mandato en las elecciones del sindicato. Desempeñará ambas funciones y sólo resignará por falta de tiempo la Secretaría Deportiva del Club Independiente. Tampoco parece muy motivado para sumarse a la conducción de la nueva CGT, que se elegirá el 11 de noviembre y cuyo papel, para contraponerse al del empresariado, Palazzo tiene muy en claro: está en favor de “un movimiento obrero lo más amplio posible que sea un actor de poder para discutir su agenda y no la que va en desmedro de los trabajadores, en un pie de igualdad con las corporaciones económicas y con el Estado”.
-¿Qué hace un radical en la lista del Frente de Todos?
-Compartiendo un espacio que contiene muchas de las expectativas que como ciudadano de este país y militante político siento que expresa el Frente de Todos, que es plural, amplio e inclusivo. Está compuesto por una decena de partidos y también tiene representación de distintos actores de la sociedad como los sindicatos y los movimientos sociales. Es muy abarcativo y me siento contenido, así como otros radicales se sentirán contenidos en el espacio de Macri.
-¿Se sigue considerando radical?
-Yo tengo una formación y pensamiento radical. Hay una realidad: en la Argentina se ha formado un bifrentismo, con dos espacios marcados y en donde convergen peronistas y radicales que tienen visiones distintas. En el espacio de Frente de Todos la mirada es inclusiva, plural, progresista y que tiende a resolver los problemas de la gente y del otro lado hay una mirada conservadora y neoliberal, que prioriza el mercado.
-En las listas de candidatos del Frente de Todos se privilegió a sectores sindicales como el que usted pertenece, la Corriente Federal, y hubo otros, como la CGT y el moyanismo, que están molestos porque fueron excluidos. ¿Es legítimo el malestar de los que se sintieron marginados?
-Hubo un pronunciamiento de la CGT a favor de los candidatos sindicales, entre los que me incluye, y también figura Alejandro Amor, un dirigente sindical muy involucrado en la vida de la CGT. Está la hija de Daer (candidata a legislador porteño), que no tiene que ver con su sindicato, pero sí con su militancia política. En el caso de Hugo Moyano, estaba su hijo de legislador que decidió renunciar (se refiere a Facundo Moyano). Hubo consideración hacia todos los sectores. No percibí ningún rechazo a las candidaturas que presentó esta lista. Por el contrario, desde el primer día he recibido las felicitaciones y el apoyo de dirigentes como Hugo y Pablo Moyano, Héctor Daer, Carlos Acuña, Andrés Rodríguez, Omar Plaini, Luis Barrionuevo y José Luis Lingeri.
-¿Se premió a los dirigentes sindicales más oficialistas?
-No, deben haberse tenido en cuenta otras cuestiones, pero hubo una intención de asignar un lugar al movimiento obrero en las listas. Salvo mi inclusión, las otras tres (Hugo Yasky, Vanesa Siley, Walter Correa) renuevan porque ya estaban en la Cámara. Debe haber pesado que soy secretario general de un sindicato importante y grande como es la Asociación Bancaria y que tengo una trayectoria y un desarrollo que implica un nivel de relaciones. Las designaciones no son individuales, son siempre colectivas. Acá hubo un espacio para el movimiento obrero y me tocó representar ese lugar.
-¿Por qué a lo largo de los últimos años ha habido un retroceso de los candidatos de extracción sindical en las listas del peronismo?
-Ya se empezó a recuperar con Unidad Ciudadana y se ha sostenido ahora. Antes hubo una disminución de legisladores, pero el escenario político cambió. No es la consolidación de dos partidos que disputaban el poder, ahora los espacios son más transversales. Hay que atender las expectativas de todos los sectores.
-Más allá de pertenecer al Frente de Todos, ¿buscan armar un bloque sindical que defienda los intereses específicos del sector?
-No puedo decir que en la Cámara de Diputados ya hay un bloque sindical, pero sí una comunión muy estrecha de todos los diputados de origen sindical.
-No funcionan de una forma homogénea, como bloque.
-Pero para discutir temas vinculados con el mundo del trabajo han funcionado como punto de referencia, como es el caso de la Ley de Teletrabajo. La mayoría de los proyectos sobre el tema eran de compañeros sindicales y se han articulado con la oposición. Fue votado por unanimidad.
-¿El proyecto de reducción de jornada laboral será uno de los ejes de su campaña y de su gestión en el Congreso?
-Sí, es necesario disminuir la cantidad de horas como uno de los factores que ayude a generar empleo, pero no es la única herramienta. Cuando hay desempleo, las causas son múltiples y para recuperar el empleo no existe una sola medida. Esta es una de las que puede ayudar y tiene su sustento en antecedentes históricos como fue la primera Revolución Industrial, que bajó la cantidad de horas. O lo que sucede en el mundo, donde la mayoría de los países están disminuyendo horas de trabajo por la cuarta revolución industrial, que sería la informática y que necesita distribuir mejor las horas. Hay estudios que indican que así se logra una mayor productividad. En nuestro caso, en el lapso de cuatro lustros se triplicó la productividad por trabajador con salarios constantes a nivel de inflación. Están dadas las condiciones para que sea un proyecto que tenga viabilidad y que genere empleo. A esto hay que acompañarlo de otras medidas. El Gobierno ha impulsado el programa Te Sumo para que las pymes incorporen jóvenes. Daré el debate sobre el tema cuando sea.
-¿Tiene el aval del jefe del bloque de diputados del Frente de Todos, Máximo Kirchner?
-Lo he hablado con el presidente del bloque, que me ha manifestado que tiene una mirada favorable, pero que hay que hablarlo con todos los sectores para que se entienda y para convencerlos. Hay una declaración muy fuerte del ministro de Trabajo (Claudio Moroni) que dijo que es una de las alternativas que hay que explorar y en el mismo sentido opinó nuestra primera candidata a diputado, Victoria Tolosa Paz.
-Moroni dijo: “No vemos que la reducción de la jornada laboral cree empleos”.
-El día que se lanzó el Plan Te Sumo hizo una referencia acerca de que era una de las cuestiones que había que explorar.
-El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, también tomó distancia del proyecto.
-Hablé con él después de su declaración y me aseguró que ideológicamente está de acuerdo con la reducción de la jornada, que es una alternativa y que solamente opina que en este momento hay que generar empleo, pero no desde ese lugar. También hay que explicarle a la sociedad y a los sectores empresariales que estos cambios en el mundo no fueron de un día para otro. Se debe establecer un cronograma que tiene que ser progresivo. Nadie tiene que asustarse, hay que discutir y seguramente el tiempo nos dará la razón. Es un debate profundo, pero ¿cuál sería el motivo para no hacerlo? He escuchado que para algunos generaría un mayor costo a las empresas y un impacto en los precios y en la inflación. No creo que es así. Cuando se miran los cuatro años de Cambiemos, las estadísticas son claras: se perdió el 24% del poder adquisitivo de los salarios. Quiere decir que impacto ya se produjo y esto sería devolver a los trabajadores la posibilidad de recuperar en tiempo de lo que perdieron en plata. Cuando miro el nivel de productividad en algunos sectores, particularmente el mío, en el que creció tres veces la productividad por trabajador, muchos ya tienen un incremento en ese rubro. Por eso no debería tener un impacto económico y cuando se habla de hacerlo progresivo no significa que hoy sancionamos una ley y mañana trabajamos menos horas. Significa que hay que consensuar con todos los sectores, convencerlos, como dice Máximo (Kirchner), y poder llegar a un acuerdo.
-¿Habló del tema con Moroni?
-No he tenido oportunidad porque estoy en campaña.
-Pero, ¿quiere hablarlo con él?
-Sí, tengo buena relación con Moroni, así que vamos a resolverlo. De todos modos, es una legislación y saldrá. Cuando mis compañeros empezaron a discutir el proyecto de Teletrabajo tampoco estaba unificado el pensamiento de que había que hacer una ley, pero salió. Las leyes las votan los legisladores.
-Si los legisladores están alineados con el oficialismo debería ser importante que estén alineados con el Gobierno.
-Sí, por supuesto es importante y la opinión se tendrá en cuenta. Tiene que haber una mesa de diálogo donde nos pongamos de acuerdo.
-¿Habló del tema con Alberto Fernández?
-No, no lo he hablado.
-¿No hace falta hablarlo?
-No creo que hayan hablado con él sobre la ley de teletrabajo. Me parece que el Presidente está para otras cosas y lo que uno tiene que hacer desde el aspecto legislativo es tratar de ayudarlo. Defendemos esta medida porque creemos que es una de las formas para generar empleo en la Argentina.
-En la CGT hubo declaraciones de su secretario adjunto, Andrés Rodríguez, en contra de la reducción de la jornada laboral.
-He hablado con los compañeros de la CGT sobre esto y quedamos en que el Consejo Directivo lo iba a tratar más adelante porque necesitan mayor información. Va a ser uno de los sectores convocados y seguramente llegaremos a un entendimiento.
-La UIA se opuso directamente y advirtió que si se reducen las horas debe haber una baja proporcional de los salarios.
-No me extraña por el presidente de la UIA (Daniel Funes de Rioja), ya que él ha sido un abogado defensor de las empresas y todos sus proyectos siempre han tendido a beneficiar al sector empresarial en detrimento del sector de los trabajadores. Recuerdo cuando Néstor Kirchner fue Presidente y promulgó el Decreto 392 después de las paritarias, donde una suma fija tenía que ser traspolada a los convenios colectivos, y él opinó que si se aplicaba todas las empresas podían llegar a desaparecer. Sin embargo, en el período de Néstor y Cristina Kirchner fue cuando mejor le fue a las pymes porque crecieron exponencialmente y también obtuvieron un nivel de rentabilidad. En ese momento, fue equivocado su concepto y tengo la certeza de que hoy también. No puede haber baja de salarios cuando ya en cuatro años esa ganancia se la llevó al sector empresarial cuando debería haber subido acorde con la inflación.
-Usted propone reducir la jornada laboral, pero manteniendo el mismo salario.
-Exacto. La idea, más allá de las diferencias, es sentarse con la UIA y con otros sectores empresariales a hablar. Se convocará a todos los sectores y después se tomará una decisión política que resolverán las autoridades de la comisión laboral. Siempre va a ser bueno escuchar a todas las partes.
-¿Coincide con Cristina Kirchner en que en el Gobierno hay funcionarios que no funcionan?
-Eso significó poner en debate la necesidad de que se aplicaran políticas más activas que quizá estaban faltando. Es una opinión de peso, no sólo en el ámbito del espacio interno sino de toda la sociedad. Es la dirigente con mayor caudal de votos en la Argentina y su opinión es importante. Al haber puesto en escena la necesidad de políticas más activas, consiguió que la industria haya alcanzado los niveles anteriores a la pandemia, que esté creciendo la construcción y con políticas de mucha presencia del Estado. Fue una buena opinión que ayudó a que el Gobierno activara mecanismos para mejorar la situación.
-¿No le restó autoridad al Presidente?
-No, ellos tienen una relación muy franca donde se discute y se debate, y de allí lógicamente surge una síntesis. No le quita autoridad. En definitiva, el Presidente es el que pone ministros, el que los saca y es el que define las políticas.
-Esos ministros que entraron tienen que ver más con Cristina Kirchner que con Alberto Fernández.
-El Frente de Todos es una coalición y los distintos espacios ocupan lugares en el Gobierno. Cuando los ministros llegan, responden a la directivas del Presidente. La discusión concluye cuando se hace cargo de la función y a partir de ahí quien imparte las instrucciones es el Presidente.
-¿Quedó muy debilitado Alberto Fernández por el escándalo de la fiesta de cumpleaños de Fabiola Yáñez en la Quinta de Olivos?
-Recorro la Provincia por la campaña y no es algo por lo que te pregunte la gente. Es algo mediático dentro de una campaña electoral. El Presidente asumió el error pidiendo disculpas y el proceso judicial dirá si fue o no delito. Hay que dar una vuelta de página y discutir los temas propios de la campaña electoral. Si no vamos a discutir si los 70 invitados a la fiesta de Exaltación de la Cruz (por el cumpleaños de Elisa Carrió), donde estaba el jefe de Gobierno, era una falta o un delito. No he visto muchos funcionarios que pidan disculpas. El Presidente lo hizo y dijo que no iba a volver a suceder.
-Dijo que lo lamentaba, pero no pidió disculpas.
-Cuando uno dice que lo lamenta se está arrepintiendo de algo.
-¿Cree que la gente piensa como usted?
-Creo que sí porque es el mismo Alberto Fernández que consiguió las camas y trajo los respiradores y las vacunas, y que reequipó los hospitales que habían sido devastados. La gente ve eso y evalúa si la pandemia hubiera sido con una Secretaría de Salud y no con un Ministerio de Salud como tenemos. La gente ve que la Argentina no colapsó como pasó en los hospitales de Europa. El que aceptó el error es el mismo que a la sociedad le dio esto.
-No cumplió con el decreto que él mismo había firmado. Es un símbolo de privilegios de los funcionarios, como el vacunatorio vip. Se le cuestiona que tendría que haber dado el ejemplo cumpliendo la ley y que no lo hizo.
-La admisión del error es toda una definición. Está claro que si había un decreto debía cumplirse y por eso él pide disculpas.
-¿Para usted fue un error?
-Comparto la opinión del Presidente. Ha reconocido el error y lo comparto. Hay una instancia judicial que hay que respetar. La misma instancia judicial que afronta, por ejemplo, el ministro de Salud de Corrientes al quien encontraron con vacunas en su camioneta. La doble vara con que se miden las cosas hace que la sociedad también genere debates sobre determinadas cuestiones. Usted no es un periodista ingenuo: la prensa tiene poder de generar agenda. Entonces generamos agenda sobre la fiesta en la Quinta de Olivos, pero no hablamos sobre las vacunas en la camioneta de un ministro de Corrientes.
-Hay que hablar de todo, pero en un caso está involucrado el presidente de la Nación.
-No hablamos de una candidata que tiene el esposo preso (se refiere a Carolina Píparo). Si en el Frente de Todos pasara eso, sí se hablaría del tema.
-No es lo mismo un delito de cualquier ciudadano que uno cometido por el Presidente. Parece hablar de una doble vara para negar la responsabilidad presidencial.
-No exculpo al Presidente, pero no se pone en escena que también firmaba decretos el jefe de Gobierno que estuvo en una fiesta.
-¿Está de acuerdo con los que piden la reelección de Alberto Fernández?
-Es una discusión para más adelante. La sociedad espera respuestas sobre la pandemia.
-La CGT elegirá sus nuevas autoridades el 11 de noviembre. ¿Quiere formar parte de la conducción?
-Aspiro a que haya un proceso de unidad lo más abarcativo de todos los sectores. No estaría bien hablar en primera persona cuando se busca la unidad porque no ayuda. El compañero o la compañera que vaya en representación de la Asociación Bancaria a la CGT lo hará con todo el respaldo.
-¿Tiene que haber un solo secretario general, un triunvirato, un cuarteto?
-Siempre es mejor tener un secretario y una estructura. Hay muchas divisiones y por eso se requiere algo más amplio. Es una discusión para llevar adelante en la CGT. Habrá que discutir el mecanismo, si es a través de la rotación de la Secretaría General, por ejemplo.
-¿Usted propone, como el kirchnerismo, a la diputada y dirigente judicial Vanesa Siley para conducir la CGT?
-No hablo de nombres propios porque reclamo la unidad.
-¿Está de acuerdo con el cupo femenino que propone la CGT?
-Sí, hay que cumplir con la ley, pero no tiene que ser por cupo. Las compañeras deben ir porque son cuadros sindicales capacitadas.
-¿Tiene que haber una mujer en la máxima conducción?
-En todos los lugares de decisión.
-¿Qué tipo de CGT tiene que surgir, una autónoma o una alineada con el Gobierno?
-A partir de un proceso de unidad, que contenga la mayor cantidad de sectores posibles, la CGT tiene que ser un actor de poder importante en la Argentina. En la pospandemia vamos a tener que discutir cosas muy importantes, como el empleo y la calidad del empleo que se genera a partir de la utilización de plataformas y medios digitales que se potenciaron durante la pandemia. Son definiciones muy importantes que tiene que asumir el movimiento obrero. Para eso tiene que convertirse en un factor de poder fuerte y discutir con un sector, particularmente el industrial, que tiene muy claro lo que tiene que hacer. Ellos ya te dicen que la baja horaria es con rebaja salarial o está el empresario textil que habla de indemnizaciones similares a la Mochila Austríaca mientras viven sistemáticamente reclamándole al ministro Moroni que deje sin efecto el decreto antidespidos. Si yo tuviera que pensar cómo está consolidado el pensamiento del otro lado, debería concluir que quieren despedir, no pagar indemnizaciones mediante un fondo de seguro en donde el Estado se hace cargo y quieren disminuir salarios. Ellos tienen muy claro lo que quieren hacer. Del otro lado tenés que tener un movimiento obrero lo más amplio posible que sea un actor de poder para discutir su agenda y no la que va en desmedro de los trabajadores, en un pie de igualdad con las corporaciones económicas y con el Estado.
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