A tres semanas desde que Infobae revelara la alarmante falta de interesados en cursar la carrera de Marino Mercante de Ultramar, una de las mejor remuneradas de la Argentina y con salida laboral inmediata, el escenario cambió de manera dramática. De un promedio de 200 solicitudes que se recibían hasta el año pasado para incorporarse a la Escuela Nacional de Náutica “Manuel Belgrano”, en apenas doce días ese número tuvo un crecimiento geométrico tan súbito como inesperado: hasta ahora hay 5.000 y contando. “Tuvimos que instalar computadoras adicionales en la oficina de ingresos y trasladar personal para dar abasto a la demanda de información de miles de interesados que en tan solo 12 días hábiles sobrepasaron todas nuestras expectativas”, sostienen en diálogo con este medio desde la Escuela Nacional de Náutica.
La virtual “avalancha” de interesados -según explicaron varias fuentes consultadas- solo tiene una explicación posible: la Marina Mercante, tanto en el país como a nivel mundial, está entre las cinco profesiones mejor remuneradas pero también entre las menos conocidas.
El 3 de agosto pasado, este medio reveló que la falta de profesionales en la carrera de Maquinista Naval ponía en peligro al transporte marítimo nacional y confirmó que existía una fuerte preocupación en la Armada Argentina y en el Ministerio de Transporte por la posibilidad de que esa escasez de personal apto obligue a habilitar la incorporación de personal extranjero para cubrir las necesidades operativas del país.
Las mismas fuentes que habían sido consultadas para ese informe, tras la masiva afluencia de interesados, admiten una indiscutible deficiencia en la difusión de quien tiene el monopolio de la formación de marinos, es decir el Estado Nacional. Es que en los últimos 40 años casi nada se ha hecho para difundir una profesión que para los involucrados es apasionante pero desconocida. Al parecer el hecho de haber tocado fondo a motivado a las autoridades a tomar conciencia y en el presente hay un esfuerzo coordinado e interministerial para revertir la situación.
De acuerdo con la información que pudo confirmar Infobae, hasta antes del informe del 3 de agosto, a la Escuela Nacional de Náutica se acercaban para inscribirse unas 200 personas al año pero esa número saltó a mas de 300 por día solo en la sede central. Además, las delegaciones navales también estuvieron respondiendo solicitudes, por eso las estimaciones de las autoridades señalan que son cinco mil. De hecho, sólo en la escuela ya tienen 3500 solicitudes respondidas. Para tomar dimensión, en la UBA, las carreras con más ingresos a primer año son Medicina (9.179), Psicología (7.635) y Abogacía (5362). Estas cifras contrastan con los exiguos 215 cadetes que revistan actualmente en la Escuela Nacional de Náutica. La cifra incluye a los cursantes de los 4 años de la carrera.
La abrupta trepada en el nivel de interesados por la profesión naval permite a los expertos proyectar un generoso exceso entre la cantidad aspirantes concretos para el próximo ciclo lectivo y la disponibilidad de vacantes lo que permitirá afinar el nivel de selección, llevándolo a los tradicionales estándares de excelencia que supo tener la profesión. Los voceros recuerdan que en la década del 80 era usual que rindieran examen 3.000 aspirantes, se seleccionaran 500 y egresaran poco más de 100 cada año.
Las alarmas disparadas en distintos organismos del Estado Nacional tuvieron su origen a partir de reiterados mensajes emanados desde alguno de los centros profesionales que nuclean al personal superior de la Marina Mercante. Los reportes daban cuenta de que no contaban entre sus asociados con profesionales en condiciones de atender la demanda laboral que las distintas empresas navieras que operan en el país efectúan a diario a las entidades gremiales.
Los armadores (operadores de los buques) consultados por Infobae, aseguran que en el corto plazo se va a producir inevitablemente un colapso laboral que dejará a muchos buques sin navegar por falta de personal ya que regularizar la situación insumirá al menos 4 años. “Aunque este repentino interés estatal por revivir una profesión que parecía agonizar solo por ser desconocida sea exitoso, las cuatro promociones que están cursando la carrera en el presente son exiguas y eso no tiene solución”.
“Necesitamos al menos 40 egresados por año y con suerte llegamos a 10, hay alrededor de 200 profesionales en condiciones de jubilarse y si lo hicieran en el corto plazo sencillamente muchos buques no podrían salir a navegar.
De no revertirse esta situación deberemos recurrir a la mano de obra extranjera contrariando elementales cuestiones estratégicas que indican que la oficialidad de un buque mercante debe ser conformada por argentinos nativos o por opción”, sostuvieron representantes del centro profesional que nuclea a los Maquinistas Navales. Precisamente es en esta especialidad donde la falta de estudiantes perforó el piso mínimo admisible.
“El abrumador interés despertado en miles de jóvenes por informarse sobre la profesión marina debe ser adecuadamente ponderado. Es positivo el hecho de que llamen en consulta jóvenes de todo el país cuando anteriormente en su mayoría eran candidatos provenientes del AMBA, por otra parte resulta escalofriante recibir requerimientos de información por parte de personas mayores de 50 años -muchos con título universitario- que explican que se encuentran desocupados y que ven en los acomodados sueldos de la Marina Mercante una solución más o menos inmediata a sus penurias económicas. Lamentablemente la escuela tiene un límite de edad de ingreso que a lo sumo permite cadetes de hasta 24 años”, sostiene un veterano miembro de la plana mayor del instituto de formación naval.
Aspectos básicos de la carrera
Las dos especialidades que se cursan en la Escuela Nacional de Náutica -y a las que se puede ingresar solo contando con el título secundario completo a más tardar en el mes de marzo posterior al alta como Cadete de Náutica- son las de “Maquinista Naval” y “Piloto de Ultramar”. La primera es la que las autoridades nacionales han declarado en situación crítica y sobre la que en este momento se centran los mayores esfuerzos oficiales tendientes a propiciar interés en la juventud. También existe una carrera corta que se relaciona con la ciencia de la administración y que forma a los llamados “Comisarios Navales”, pero en la actualidad la misma no tiene demanda por parte del mercado naviero local.
En lo que atañe a los Maquinistas Navales, junto con el título naval los egresados reciben la graduación universitaria como “Licenciado en Plantas Propulsoras Marinas” lo que deja al marino profesional en las puertas de obtener un título de ingeniero mecánico o industrial. La duración de la carrera es de 4 años de los cuales el último se realiza a bordo de distintas unidades de la Marina Mercante Argentina. La Armada Argentina junto a algunas entidades gremiales se encuentra abocada a la obtención de alojamiento sin cargo durante toda la carrera para cursantes provenientes del interior. Además todo oficial de la Marina Mercante pasa a integrar la reserva naval de la Armada con el grado de Guardiamarina.
En cuanto a la salida laboral esta es inmediata dado que se registra un alto grado faltante en especial en los cargos a cubrir por maquinistas. Las remuneraciones - según fuentes gremiales y empresarias consultadas- se encuentran entre las más altas del mercado laboral local, oscilando entre los 200.000 y 550.000 pesos (valores brutos). Los requisitos jubilatorios se alcanzan con 25 años de servicio activo y 52 años de edad. El régimen de ascensos está en relación no solo con la antigüedad en la profesión sino además con los días de navegación acumulados entre cada examen de ascenso. En caso de optar por embarcar en buques de otras banderas los salarios son abonados totalmente en divisa extranjera siendo superiores a los que se obtienen en el mercado local.
Si bien algunas voces del sector marítimo manifestaron cierta molestia por la difusión de valores salariales de referencia relacionados con la profesión, las autoridades nacionales vinculadas con la actividad reconocen que en la actualidad cualquier joven interesado en iniciar una carrera de grado necesariamente requiere ser informado de diversos detalles sobre la profesión escogida siendo insoslayable la referencia a la escala salarial.
La oferta educativa en materia naval, posee diversas alternativas además de la brindada por la Escuela Nacional de Náutica. A la tradicional formación de marinos de guerra que se imparte en la Escuela Naval Militar y en la Escuela de Suboficiales de la Armada, se agregan los institutos de formación dedicados a la titulación de personal superior para la Marina Mercante Fluvial ( Escuela Nacional Fluvial) y para la Marina Pesquera ( Escuela Nacional de Pesca) toda la oferta educativa naval está disponible en la página web de la Armada Argentina.
Demanda mundial de marinos
Según da cuenta la BIMCO (Baltic International Maritime Council) en su último informe quinquenal “Manpower Report” la falta de oficiales de marina mercante para 2025 a nivel mundial será de casi 150.000 profesionales. La plantilla global de puestos de mando a bordo es de aproximadamente 700.000 oficiales.
Horacio Vázquez Rivarola marino mercante y especialista en formación de personal marítimo, consultado por Infobae indicó que “los oficiales argentinos son muy valorados a nivel internacional. Luego de la debacle de la marina mercante nacional de la década del 90, cuando las grandes flotas de ELMA e YPF fueron desmanteladas, todos los marinos argentinos que buscaron una salida laboral en el exterior fueron exitosos. Hoy es muy frecuente encontrar en mega buques de carga o grandes cruceros jefes de máquinas, capitanes y oficiales argentinos, algunos incluso ocupan cargos gerenciales en diversas compañías navieras. Y algo muy importante es que no emigran, solo exportan sus servicios profesionales, bajan del buque y retornan. Tributan en el país y de alguna manera son pequeños generadores de ingreso de divisas ya que su vida terrestre se desarrolla en Argentina”.
Vázquez Rivarola y otros especialistas en cuestiones marítimas han sostenido reiteradamente que en materia educativa existe un déficit en lo atinente a la difusión de conocimientos acerca del carácter marítimo que posee Argentina. “Suele sostenerse por ejemplo que la falta de vocaciones en la juventud es porque los jóvenes no son proclives al estudio de una profesión compleja y que depara una vida con algunos sacrificios, ello no está debidamente fundamentando. Lo que es innegable es que nadie se interesa por lo que sencillamente no conoce y lo que está ocurriendo hoy luego de una sencilla nota periodística es prueba de ello”, indican.
El Proyecto Tritón
Hace unos años y con un incipiente apoyo gubernamental se llevó a cabo un proyecto de difusión de cuestiones marítimas destinado a despertar interés por las cosas del mar que apuntaba a la temprana infancia. “Así como a los niños se los educa con animalitos, autos y camiones parlantes, pensamos oportunamente en hacer algo parecido con buques mercantes, guardacostas y remolcadores. Mostrar puertos, grúas y trabajadores marítimos utilizando libros infantiles y dibujos animados nos pareció una opción válida. Si los chicos nos conocen se interesan y una vez que se interesan y asimilan el conocimiento muchos lo dejarán de lado y algunos seguramente verán florecer una vocación”, detallan. Como tantas otras iniciativas impulsadas desde el sector, ante los sucesivos cambios gubernamentales el proyecto cayó en el olvido.
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