“Querido Juan, quiero transmitir un saludo del compañero presidente de la Nación, Alberto Fernández y de la compañera Cristina Fernández de Kirchner para todo el pueblo de Tucumán”, dijo el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, este lunes en la capital provincial, durante un acto de campaña de la lista que integra y avala el gobernador Juan Manzur.
No fue un simple saludo, sino un mensaje claro para Osvaldo Jaldo, el vicegobernador de Tucumán, que decidió enfrentar al primer mandatario y armó una lista paralela para competir en las PASO. Así profundizó la interna que ambos protagonizan desde hace largos meses y que rompió la relación política en la cúpula del gobierno tucumano.
En marzo de este año, Manzur le pidió a Jaldo, presidente de la Legislatura provincial, la continuidad del Defensor del Pueblo, Fernando Said Juri Debo. El vicegobernador solo tenía que juntar los votos para cumplir con el pedido de su jefe político. Sin embargo, siguió el camino contrario.
Propuso el nombre de Eduardo Cobos, buscó medir fuerzas y bloqueó el pedido de Manzur. En el momento de la definición logró juntar un grupo de aliados, ganó la votación e impuso a su candidato. Para el gobernador tucumano fue un desafío a su autoridad y entendió que empezaba a transitar una interna sin retorno con su compañero de fórmula.
Esa discusión generó la ruptura del bloque del peronismo en la legislatura tucumana. Enntonces, “Wado” De Pedro fue el encargado de bajar la línea de la Casa Rosada. “No es momento de anteponer intereses personales, sino de atender los problemas de la gente”, expresó el funcionario nacional. Jaldo no reaccionó y siguió jugando en paralelo a Manzur. No escuchó el pedido que llegó desde Balcarce 50.
El gobierno nacional apoya a Manzur. Todos. En ese listado, además de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, también aparecen el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa y el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner.
Ambos le enviaron su apoyo al gobernador tucumano con un video que fue transmitido durante el último acto de campaña. “Desde Buenos Aires te tendemos la mano. Tenemos el desafío de salir de la pandemia y del fracaso del gobierno anterior. Esa tarea no admite proyectos individuales. Todos resignamos un poquito para construir el Frente de Todos”, le dijo Massa, apuntando, indirectamente, a Jaldo.
El Vicegobernador utilizó sus redes sociales para lanzar una chicana a Manzur. Cuando se enteró que Máximo Kirchner y Sergio Massa, que habían comprometido su presencia, no habían bajado del avión donde viajaron De Pedro y Guzmán, escribió: ¿Qué pasa Juan, desde Buenos Aires te sueltan la mano? Poco a poco vamos descubriendo la mentira. Ayer todos leíamos titulares anunciando que venían los más importantes funcionarios a apuntalar la candidatura de Juan Manzur”.
Ninguno de los dos estuvo presente en Tucumán, pero ambos enviaron sus saludos. Fue un respaldo a la distancia. A Manzur no le hizo falta más. Se quedó con todo el apoyo de la coalición de gobierno.
El movimiento de la Casa Rosada fue similar al que utilizó durante el conflicto por la interna peronista en Santa Fe. Todo el Gobierno explicitó el apoyo al jefe político de la provincia. En Santa Fe fue Omar Perotti; en Tucumán el que logró el respaldo fue Juan Manzur.
Quedó en claro, una vez más, que la idea del Gobierno es lograr la unidad pese a las diferencias. Siempre. Si eso no ocurre, el paso siguiente es caerle al responsable mostrándole todo el poder de los nombres propios y dejando a la luz que la primera línea del Frente de Todos está a favor de una lista determinada.
A principio de esta semana De Pedro y el ministro de Economía, Martín Guzmán, viajaron a Tucumán para darle un nuevo respaldo a Manzur. En ese acto el ministro del Interior tomó el micrófono y envió los saludos de la jefatura política del peronismo.
No es habitual que esté al frente de los actos políticos, debido a sus dificultades en el habla. Sin embargo, en el discurso que dio en el Hipódromo y ante miles de personas, pareció dejarlas atrás. De Pedro toma cada vez más confianza y más poder dentro del esquema del Frente de Todos.
Que “Wado” haya viajado implica que el respaldo de Cristina Kirchner es real. En el código político de este tiempo de gobierno, si él está en un acto es porque la Vicepresidenta avala el mensaje que se está dando. No es un simbolismo menor, ya que la ex presidenta mantenía un vinculo tenso con Manzur, un gobernador que nunca le terminó de cerrar, pese a haber sido ministro de Salud durante su gestión.
En mayo de este año, De Pedro; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis y el de Producción, Matías Kulfas, viajaron a la provincia para recorrer unas obras de potabilización de agua que estaban en marcha. Durante un acto posterior, el ministro del Interior contó a que Cristina Kirchner había recibido a Manzur 15 días atrás y que había destacó su rol durante la gestión como ministro de Salud. Un gesto consistente de acercamiento.
El ministro contó que mientras participaba de la recorrida por la provincia recibió un llamado de la Vicepresidenta: “Le conté a Cristina que estaba en Tucumán visitando obras y me dice: “Estuve con Juancito Manzur hace 15 días. Mandale saludos. Decile que sigo teniéndolo como referencia en materia de salud porque Juancito nos sacó de la pandemia cuando era ministro de salud”.
Esa reunión duró dos horas, fue en Buenos Aires y sirvió para que el gobernador tucumano y la ex presidenta limaran asperezas. Era la ficha del tablero que le faltaba a Manzur, que es uno de los mandatarios más cercanos a Alberto Fernández y hombre fuerte en el Liga de Gobernadores del Norte.
Cuando le tocó definir el armado de listas, el gobernador tucumano hizo el mismo movimiento estratégico que Perotti en Santa Fe. Se colocó como candidato a senador suplente para aparecer en la boleta y marcarle a los tucumanos cuáles son los nombres que él apoyó. Que no haya confusiones entre los votantes del peronismo.
En la vereda de enfrente, Jaldo encabeza la lista de diputados y hace campaña cuestionando la gestión de la que él también es parte, ya que sigue siendo vicegobernador. “Vamos a pedirle (a Manzur) que cambie el ministro de Seguridad, como tantas veces se lo pedí personalmente, no se puede entender que tengamos tantos problemas de seguridad y el gobernador no haga nada, tanta desidia y despreocupación por los tucumanos es inentendible”, escribió en sus redes sociales.
El vicegobernador puso sobre la mesa otro tema más pesado, en términos políticos. Acusó a Manzur de buscar la reforma de la Constitución provincial para poder acceder a un tercer período, es decir la re-reeleción.
La acusación obligó al Gobernador a desmentirlo en público y asegurar que no está en sus planes esa modificación. Si lo estaba, la denuncia de Jaldo lo llevó al límite y debió negar en público sus ambiciones. De cualquier forma, entre reproches y acusaciones, la interna se calienta día a día.
Al igual que como sucedió en el quiebre en el vinculo entre Manzur y el ex gobernador José Alperovich, en Tucumán se volvió a partir la estructura central del poder político. Jaldo quiere ser candidato a gobernador en el 2023 y empezó a jugar sus cartas. En la Casa Rosada creen que fue demasiado temprano. Hoy lo importante es ganar los comicios de medio término. Para la discusión de la próxima elección hay tiempo. Lo tomaron como una jugada aislada y personal.
Alberto Fernández y Cristina Kirchner volvieron a jugar fuerte en una interna provincial. Primero pidieron la unidad, después, ante la imposibilidad de concretarla, se inclinaron por apoyar al gobernador y lo hicieron sin escatimar recursos políticos. Las caras más visibles del Frente de Todos respaldaron a Manzur. Jaldo quedó fuera del mapa peronista que tienen en Balcarce 50. Romper la unidad en el peronismo tiene sus costos.
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