La frase ganó la portada de todos los medios de comunicación rápidamente. El ministro de Hábitat, Jorge Ferraresi, aseguró en la mañana del martes: “Nuestro proceso político es ocho años de Alberto Fernández y ocho años de Axel Kicillof”.
Hasta este momento nadie había explicitado con tanta contundencia la continuidad del proceso político del Frente de Todos, bajo el liderazgo presidencial de Fernández y el respaldo todopoderoso de Cristina Kichner en su rol de armadora y líder política con mayor cantidad de votos en el universo peronista.
“Los procesos políticos se consolidan a partir de darle continuidad a las políticas y a las personas, y los procesos de la Argentina son de ocho años, así que ese será nuestro proceso”, resaltó Ferraresi, un dirigente muy cercano a la Vicepresidenta e integrante del kirchnerismo más duro. El lugar desde donde lo dijo contextualizó la idea. El ex intendente de Avellaneda es también vicepresidente del Instituto Patria, reducto ultra K por excelencia.
En el entorno de Ferraresi aseguran que la declaración no estuvo consensuada con Cristina Kirchner y que no tiene nada que ver con una posible estrategia de campaña. Es más, recuerdan que ya lo ha dicho en otras oportunidades, pero que esta vez sus palabras tuvieron un rebote inesperado, sostenidas en el aire por el clima preelectoral.
¿Qué lo llevó al ministro de Hábitat a decir lo que dijo? Ferraresi está convencido que si Alberto Fernández no puede volver a ser candidato en el 2023 es porque al Frente de Todos le fue mal durante su estadía en el poder. Lo lógico, lo natural, es que el Presidente compita para renovar su mandato dentro de dos años. Si no lo logra es porque el peronismo tiene la necesidad de reinventarse.
La apreciación del funcionario kirchnerista generó diferentes repercusiones en el interior de la coalición de gobierno. “El peronismo siempre tiene proyectos de dos mandatos porque los necesita para acentuar transformaciones”, reconoció uno de los ministros más importantes del Gabinete, que apuesta a la continuidad Fernández.
Un funcionario muy cercano al Jefe de Estado mostró cierta satisfacción por el mensaje y consideró que la expresión de Ferraresi deja a la luz el trabajo que realiza todos los días el Presidente, pese a los cuestionamientos que le surgieron en las últimas semanas, después de escándalo por las fotos del cumpleaños de Fabiola Yáñez en Olivos.
Una voz que vive en el centro del mundo kirchnerista, con llegada a Cristina Kirchner, reconoció que “es lógico que los gobiernos intenten ir por la reelección”, aunque advirtió que “son temas que hoy no son prioridad para discutir”. Hoy lo importante es ganar las elecciones que se aproximan, no discutir quién será el candidato en los próximos comicios presidenciales. Eso es lo que piensan.
En esa vereda de la coalición reside La Cámpora, la agrupación política que lidera Máximo Kirchner y que tiene su propia ambición de poder. Por delante, un objetivo claro: lograr que uno de los suyos llegue a la Casa Rosada.
Sin embargo, el proyecto que construyen no tiene como fecha el 2023, sino cuatro años más adelante. Todavía deben recorrer un largo camino para darle volumen al espacio político y construir un vinculo más estrecho con la mayor parte del electorado, dejando atrás el conformismo por el acompañamiento del núcleo duro. Desde ese espacio también creen en la continuidad de Alberto Fernández en el Gobierno.
Esa línea de pensamiento que dejaron conocer desde el kirchnerismo tiene su eco en la Casa de Gobierno. “Estamos pensando en la campaña y en ganar ahora, no en el 2023″, sentenció uno de los hombres fuertes del albertismo, esa mesa política con domicilio en Balcarce 50 que es tan abstracta como real.
Un funcionario con despacho en la Rosada fue aún más terminante ante la consulta de Infobae. “El foco está puesto en la gestión y en acelerar la recuperación económica. Esa realidad tangible sí llega a la gente. Las declaraciones, a favor o en contra, son eso: declaraciones”, sentenció.
Dentro del gobierno nacional está instalada la idea de que en esta instancia no hay nada más importante que poder ganar la elección. Quieren dejar el lado los ruidos de la gestión y enfocarse en los últimos días de la campaña. Por eso la frase de Ferraresi cayó bien pero quieren evitar que cambie las prioridades que ya están estipuladas en la agenda política y mediática.
Fue una oración, una expresión de deseo, pero también una proyección muy clara sobre lo que esperan muchos funcionarios y ministros, y que se habla con frecuencia en los pasillos y oficinas de la Casa Rosada y el Congreso.
En esas conversaciones aparecen los tentativos escenarios electorales para el 2023 y las posibles candidaturas de Sergio Massa, Máximo Kirchner, Sergio Uñac, Juan Schiaretti y Axel Kicillof, integrantes de una lista de nombres propios que está sumergida en el submundo del poder político.
En la antesala de las elecciones legislativas, en la mayor parte del peronismo reside la idea de que Alberto Fernández continúe en el poder por cuatro años más, una vez concluido su mandato. Para que eso suceda el resultado de los comicios de medio término serán importantes. Muy importantes.
Los datos que se publiquen el día después de la elección diseñarán el escenario que deberá atravesar el Frente de Todos para poder mantener el poder y el gobierno dentro de dos años. Es una foto del futuro que al día de hoy no está entre las prioridades de la gestión de Fernández. Primero tienen que romper con la seguidilla de derrotas que junta el peronismo en las elecciones de medio término, donde ganó por última vez en el 2005.
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