Apenas tres días antes de la realización de las PASO, el público volverá a un estadio de fútbol en la Argentina. Si bien desde hace tiempo los principales dirigentes de la AFA venían trabajando en los protocolos correspondientes todo parecía indicar que ese regreso del color y el calor popular a las tribunas recién iba a ser posible a fines del mes de septiembre. Sin embargo, el Gobierno decidió que la prueba piloto se haga el jueves 9 en el Monumental de River Plate, en el Argentina-Bolivia por la fecha 10 de las Eliminatorias camino al Mundial de Qatar con un 30% de aforo.
Esta determinación gubernamental muestra otro golpe de efecto de cara a las elecciones de medio término. La evolución de algunos números relacionados con la pandemia permitieron un respiro en algunas actividades, con mayores aperturas y expectativas de que la vida de los argentinos se acerque con una paulatina vuelta a la normalidad antes de la llegada de la primavera. En este caso, adelantar la prueba piloto casi dos semanas antes surge como un riesgo importante, teniendo en cuenta la amenaza de un aumento en la circulación comunitaria de la variante Delta del coronavirus.
La ministra Vizzotti sostuvo en la conferencia de prensa que brindó junto a su par de Deportes y Turismo, Matías Lammens, que la decisión “no era temeraria”. Lammens especificó que todavía faltan reuniones para ultimar “detalles y requisitos” respecto de los protocolos a implementar. “Para volver a vivir la vida que queremos”, es el slogan de campaña del Frente de Todos y en ese sentido adoptaron esta medida. En el Gobierno, y especialmente en la provincia de Buenos Aires, durante la mayor parte de la pandemia el núcleo duro se impuso en muchas de las restricciones que se fueron adoptando. Ahora mejorar el humor electoral es casi imprescindible.
“Será una prueba no solamente para que vuelva el fútbol, sino también para los espectáculos masivos. Creemos que es un evento que amerita esta excepcionalidad en términos de lo que significa y nos permite hacer una evaluación de cómo se van a implementar los protocolos”, detalló Lammens. “En todos los torneos locales y para todos los deportes la idea es que la vuelta sea gradual y que sobre el fin de septiembre ya estemos con público en los estadios”, agregó el funcionario, que antes de la conferencia junto a Vizzotti, se reunió en la Casa Rosada con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, con la intención de darle forma al anuncio que se avecinaba. Queda claro que el Gobierno quiere demostrar que estas aperturas son posibles gracias a los avances en el Plan de Vacunación, más allá del retraso que existe en la aplicación de esquemas completos para muchos argentinos.
En algunos deportes como el automovilismo ya hubo carreras con una cantidad reducida de gente en las tribunas. También en el rugby desde que comenzó el nuevo torneo de la URBA (Unión de Rugby de Buenos Aires) se permitió la presencia de socios de los clubes que ostenten la localía. Vizzotti había anticipado en la conferencia de prensa previa a su viaje a Rusia que los espectáculos al aire libre podrían albergar hasta 1.000 personas. Algunas provincias estaban dispuestas a implementar esta posibilidad pero prefirieron esperar la autorización del ministerio de Salud de la Nación.
Antes, viendo que la situación sanitaria estaba aliviándose, River intentó que 3000 de sus asociados fueran a ver el choque de ida por los cuartos de final de la Copa Libertadores ante Atlético Mineiro de Brasil, pero desde Salud le bajaron el pulgar.
En el fútbol, hasta ahora, pueden ir a la cancha a cada partido, además de un grupo reducido de periodistas, una comitiva de 120 personas por club. Se los conoce como “allegados” y despertaron el enojo en los socios y abonados de los clubes: sobre ellos rige la prohibición de concurrencia y los amigos de dirigentes y jugadores pueden ver en vivo y en directo las acciones del juego. El último partido del fútbol local abierto “para todo público” fue el 9 de marzo de 2020: Estudiantes 1-Racing 2.
Aunque la que se implementará el jueves 9 de septiembre en el Monumental será una prueba piloto todavía hay varios puntos en los que habrá un debate fuerte. Dicen en la AFA que para el armado de los protocolos se basaron en las experiencias de los países que ya reciben público en los espectáculos masivos. Entre los requisitos que se pedirían figuran un hisopado con 72 horas de anticipación al juego, una declaración jurada de salud, un asiento ocupado cada tres libres, uso obligatorio de barbijo o tapabocas y una constancia de vacunación.
También existe la intención de que el aforo sea progresivo, con otra “prueba piloto” en cinco partidos a determinar durante tres fechas consecutivas para evaluar los resultados. La información que proporcionen los interesados en concurrir a las diferentes canchas podría administrarse a través de las apps vinculadas tanto al deporte como a los aspectos sanitarios, como pueden ser la “CuidAr” o “Tribuna Segura”. Este último depende del Ministerio de Seguridad de la Nación que aplica el derecho de admisión sobre quienes tienen antecedentes de violencia en los estadios.
La intención de los dirigentes del fútbol argentino es que 24 horas antes de cada partido los espectadores tengan la validación que los habilite para ir a la cancha mediante un código QR o similar. Un tema pendiente es cómo controlarán a las barrabravas enquistados en nuestro fútbol desde hace mucho tiempo y con licencia para moverse con impunidad en diferentes ámbitos. Además, con la pasión que se vive en estas tierras, será complicado que todos respeten la norma de permanecer sentados y manteniendo distanciamiento social. La “prueba piloto” del 9 de septiembre, determinará en parte cuál es el mejor camino a seguir.
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