Los precandidatos a diputados nacionales Leandro Santoro y Gisela Marziotta visitaron la sede porteña de la Casa de Ana Frank, recorrieron el museo y se reunieron con el director Héctor Shalóm. La jornada hizo foco en la lucha contra los prejuicios, la discriminación y antisemitismo pero también en el compromiso colectivo de que es posible hacer algo al respecto.
Al término de la visita Marziotta señaló que “la historia de Ana Frank nos muestra que algunas personas asumieron el riesgo de proteger, ayudar a los perseguidos, dar refugio, como es el lugar desde donde Ana Frank escribió su diario”. Para la ex periodista, se trata de “un mensaje de esperanza” ya que “los discursos de odio traen consecuencias y por eso es fundamental abordar estas historias no solo en la efemérides o aniversarios”.
La precandidata insistió en la necesidad de “poner en valor los vínculos humanos para lograr trascender situaciones extremas y seguir con el trabajo que realizan aquí con los jóvenes y que nosotros, como diputados, seguiremos trabajando desde el Congreso”.
Por su parte, Santoro remarcó que “algo muy interesante en Ana Frank es que usó la literatura, la escritura y el amor como herramienta de resistencia al odio” e hizo una comparación con la actualidad argentina.
“Hoy hay muchos pibes y pibas que frente a discurso de odio o bullying en las escuelas o grupos sociales no saben como responder. Por eso es inspiradora la historia de Ana Frank porque muestra que a la violencia se la enfrenta con la no violencia, al odio con amor, y que nadie puede ser indiferente, todos tenemos que asumir el compromiso ético para construir un mundo mejor, con igualdad y fraternidad”, indicó.
Durante el recorrido por las instalaciones, Hector Shalóm, director del Centro Ana Frank, contó que están abocados al trabajo con los jóvenes. “Lo que hacemos con la figura de Ana y su diario, que es un acto de resistencia, y es lo que eligió hacer en el momento más duro de su vida, es mostrar que escribiendo logró transformarlo en un acto sublime. Estamos trabajando con estudiantes de diferentes escuelas, con jóvenes en las cárceles, con periodistas para entender como la palabra construyó el nazismo, la dictadura y construye violencia en nuestros días. Por eso debemos proteger a nuestros jóvenes y garantizar la plena vigencia de todos sus derechos”, subrayó en presencia de los precandidatos oficialistas.
En su primera incursión electoral como cabeza de lista de un territorio con un historial esquivo al kirchnerismo, como es la Ciudad de Buenos Aires, Santoro pretende captar el voto joven. “Hay que ir por el feminismo, el ambientalismo, la reivindicación del goce, el tiempo libre, el disfrute”, dijo ayer en Radio La Red.
Interpretó que la dificultad para atraer votos parte de que “la sociedad tiene otras características” a las del siglo XX y que, por lo tanto, se debe apuntar a otro tipo de temas, como “el feminismo y el ambientalismo” o “lo que significa la buena vida”.
Según su hipótesis, en las grandes ciudades hay una sociedad con otras demandas. “No podemos hablar al proletariado industrial que aspira ascender socialmente como consecuencia de su trabajo para acceder a niveles de consumo”, afirmó. “Hoy los sujetos tienen otras características y sensibilidades que requieren ser interpeladas”, pontificó, y se mostró crítico con la estrategia política de “quienes no entienden que (ahora) es tan importante conseguir laburo como sentirse feliz”.
Además, Santoro manifestó que el Frente de Todos en la campaña electoral tiene que “incomodar” para “generar reflexión y movimiento”, mientras que “la tranquilidad” provoca una “cierta lógica conservadora”.
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