La foto del cumpleaños de Fabiola Yañez en la Quinta de Olivos aún está impresa en la agenda política de la Argentina. Los distintos ribetes que tiene la novela le extienden la vida. La causa judicial, la aparición del video de la fiesta, las peleas entre opositores y oficialistas en el Senado, y los discursos altisonantes de los líderes opositores.
De aquí hasta el 12 de septiembre, día en que se realizarán las PASO, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio estarán trabados en una discusión preelectoral que tendrá en el medio del tironeo a la fiesta que se desarrolló en la residencial presidencial el 14 de julio del 2020, en plena pandemia y cuando el resto del país cumplía con una cuarentena estricta.
El Gobierno ya avanzó con su decisión de dar por cerrado el tema. Fue lo que se propuso después de las disculpas públicas de Alberto Fernández, el discurso con alusiones indirectas al tema que hizo Cristina Kirchner y la decisión oficial de filtrar el video del cumpleaños a dos medios oficialistas.
Ese movimiento fue la última jugada en materia de comunicación. Enviar el video a un medio kirchnerista como El Destape y la TV Pública para amortiguar el impacto que podría generar la publicación de esas imágenes por parte de otros medios más críticos del Gobierno. Fue parte del control de daños que se realizó después del estallido del escándalo.
“No vamos a empezar los próximos 50 discursos pidiendo disculpas por la foto en Olivos. Hay que dar vuelta la página”, reconoció uno de los ministros más importantes del Gobierno ante la consulta de Infobae.
Alberto Fernández se enfocará en retomar la agenda de gestión con una mirada federal. La semana que viene viajará a San Juan, Catamarca y La Pampa. Se va a poner al frente de la campaña. Va a recorrer un puñado de provincias cada semana. Ese accionar también sirve para dejar en el olvido el tema que afectó al gobierno nacional durante los últimos diez días.
En la Casa Rosada advierten que el Presidente debe recomponer su vínculo con el electorado y que la mejor forma de hacerlo es entablando una conversación permanente con los temas de agenda que le importan más a la gente: los problemas de inseguridad, el impacto de la inflación y la recuperación del empleo.
Fernández se inclinará por mostrar los datos de lo que considera que es una recuperación económica en marcha y la efectividad del plan de vacunación. La empatía que logre con el electorado dependerá exclusivamente de él. En las próximas elecciones pone en juego su gestión de la pandemia, pero también la credibilidad de su mandato, sobre todo después de dos hechos puntuales que lo afectaron: el vacunatorio VIP y el escándalo de la foto cumpleañera en Olivos.
“De este lío se sale con más trabajo y con más gestión. No hay otra forma. Pero para nosotros el tema está cerrado”, sostuvo un funcionario de peso en Balcarce 50. En el Gobierno reconocen que la foto de Olivos golpeó en la imagen del Presidente y de la gestión, pero consideran que el impacto final no será tan grave. “Vivimos en un microclima dentro de la política y los medios. No es un tema que esté en la agenda de la gente”, agregó el mismo dirigente.
Aún así sobrevuela la incertidumbre de saber si la foto, y el significado que arrastra detrás, tendrán algún tipo de impacto en el momento de la votación. En el Frente de Todos asumen que es imposible de predecirlo y que el daño real recién se podrá saber en el momento en que se abran las urnas.
Sin embargo, los candidatos y los ministros que están más metidos en la gestión sostienen que en las recorridas por los barrios de la provincia el tema no aparece como prioridad. A la gente le siguen importando los robos que sufren todos los días y la imposibilidad de lograr que la plata alcance hasta fin de mes. La agenda histórica que, según dicen, no se vio alterada.
En la vereda de enfrente tienen un objetivo político diametralmente opuesto al del oficialismo. Lejos de querer dar por terminado el escándalo de Olivos, están dispuestos a utilizar el tema todo lo que sea posible para desgastar al Gobierno. Es un error no forzado de Alberto Fernández que trae consecuencias sobre su credibilidad y que para cualquier dirigente opositor es una tentación. Su utilidad política fue servida por el adversario.
“Este lío se va a utilizar todo lo que se pueda. Le pegó en la línea de flotación al Gobierno. Es muy fuerte el impacto, en un momento donde la gente no cree en la política ni en los políticos”, aseguró uno de los principales dirigentes de la UCR a este medio. En el corazón de Juntos por el Cambio reconocen la utilización del hecho con absoluta sinceridad.
En el radicalismo están convencidos que el escándalo de la foto limó la confianza en el Gobierno y atacará el voto blando. Es decir, aquel que le permitió al peronismo inclinar la balanza en el 2019 y que acompañó a Mauricio Macri en el 2015. Los que no tienen una pertenencia ideológica y definen su voto en base a los vaivenes de la política doméstica.
Si bien no hay una estrategia acordada por todos los sectores, en Juntos por el Cambio están dispuestos a mantener el tema hasta el final. Todo lo que sea posible. Saben que los capítulos de la novela se irán acabando a medida que pasen los días. Por ahora lo sostienen en la agenda las novedades judiciales y las declaraciones más fuertes de algunos referentes de la oposición. Pero todo ese proceso tiene una fecha de vencimiento.
En el PRO la mirada es diferente. Asumen que la foto de cumpleaños de Fabiola no tendrá un impacto en las urnas. ¿Los motivos? Un referente del partido lo explicó con detalles: “Los que estaban indignados antes de la foto se van a indignar más, pero ya no los iban a votar. Y los propios, que están enojados porque militaron el encierro, antes vieron que un tipo revoleaba 9 millones de dólares en un convento y mantuvieron su voto al peronismo. Una foto no les mueve el amperímetro”.
Además, entienden que aún hay una franja temporal muy grande hasta el día de las elecciones. Faltan 23 días. En la política argentina es una eternidad. Puede cambiar más de una vez la agenda pública y las prioridades de la gente en la antesala de una votación. En definitiva, están convencidos que el tiempo terminará diluyendo el volumen del conflicto en el que quedó envuelto el Gobierno.
En la provincia de Buenos Aires, cerca de Diego Santilli, el candidato al que apoya todo el PRO, sostienen que el tema de la foto no es un eje de campaña, aunque les sirve para diferenciarse del oficialismo. La mirada la apuntan hacia otro lado. Según las encuestas que manejan, el Gobierno perdió acompañamiento en el voto joven y en el sector social con más necesidades económicas. Allí ven el talón de Aquiles para dar el golpe en el territorio electoral más importante del país.
En la Coalición Cívica están seguros que la foto va tener algún tipo de impacto y que la forma de medirlo es lo que sucede en la calle. “Mientras siga siendo tema de conversación entre la gente, los va a seguir dañando. Los kirchneristas están enojados e incómodos con lo que sucedió. A ellos no les pasaba”, explicó a este medio un referente del espacio que lidera Elisa Carrió.
Incluso piensan que la foto podría afectar más la credibilidad del Gobierno que el Vacunatorio VIP. Entienden que en algún punto la gente podía presumir que la clase política tenía privilegios, pero que en esta oportunidad, después de la militancia por la cuarentena y los cuidados sanitarios que hizo Alberto Fernández, se enfrentan a un Presidente que los defraudó. Que les dijo que había que cuidarse mientras él no lo hacía y rompía las propias reglas que había impuesto.
En los días que quedan hasta la elección la foto cumpleañera de la mujer del Presidente seguirá revoloteando la agenda política. El Gobierno hará un esfuerzo por mantener el tema bajo la alfombra y avanzar con anuncios que escenifiquen la pospandemia. Juntos por el Cambio estirará su utilidad hasta el último minuto en que pueda generar efecto. En ese punto estará trabada la discusión electoral.
La duda en ambas esquinas del ring pasa por si existen más videos o fotos, pero no de la fiesta que se realizó el 14 de julio del 2020 en la residencia de Olivos, sino de otros posibles encuentros. Si bien en el Gobierno aseguran que no habrá más imágenes, en el mundo oficialista, que es más amplio, aún permanece la incógnita.
En la oposición aseguran que Alberto Fernández rompió todos los protocolos posibles durante la pandemia y que la falta de cuidados era parte de la vida diaria. Si aparecen otras imágenes, quedará a la luz que los encuentros sociales eran parte de una dinámica que estaba instalada en la Quinta de Olivos. Si no aparecen, la novela llegará a su fin y cada argentino decidirá, a la hora de votar, cuánto le pesó en su decisión el festejo de Fabiola Yañez en el medio de un país en cuarentena.
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