Laguna Blanca, en la provincia de Formosa, es el escenario en el que se dio un hecho por demás particular el último miércoles, cuando un precandidato a diputado nacional local fue detenido en el marco de una investigación por estafas en Santa Fe. Sucede que a través del sueño de la “casa propia”, Max Talavera se quedaba con dinero y bienes de las víctimas a través de su empresa constructora, según detalla la investigación. Estaba prófugo de la Justicia.
La historia empezó en mayo, cuando la Justicia de Venado Tuerto, en Santa Fe, comenzó a recibir denuncias: las personas damnificadas acusaban haber sido estafadas por la empresa Max Construcciones y, a su vez, todos apuntaban a Talavera como el responsable.
“Cuando intentamos establecer el paradero de esta persona, nos encontramos con que había abandonado la ciudad y que había cesado intempestivamente las actividades de su empresa. A través de datos proporcionados por la Agencia de Investigación Criminal local, se pudo establecer que se encontraba residiendo en la ciudad de Laguna Blanca, en la provincia de Formosa”, comentó Damián Casullo, el fiscal que interviene en la causa.
“Yo desconocía cuál era la actividad de esta persona en cuanto a su relación con la política”, aclaró el fiscal en diálogo con Infobae. Es que tras ser detenido, se supo que Max Talavera transitaba sus días como precandidato a las próximas PASO: a pesar de estar prófugo de la Justicia, el empresario ocupaba un lugar en la lista del frente “Estamos Con Vos” como suplente en la carrera por una banca en la Cámara de Diputados de la Nación, por la provincia de Formosa. Según medios santafesinos, Talavera es formoseño, pero estaba radicado en Venado Tuerto.
A través de la política, Talavera buscaba dejar atrás su pasado en el mundo de la construcción. “Aprovechaba la estructura de la empresa que conducía para efectuar desplazamientos patrimoniales respecto de las víctimas, quitándoles a modo de adelanto ya sea en dinero o, como en algunos casos, que le entregaran vehículos a modo de adelanto para comenzar la construcción de una casa”, señaló Casullo sobre el accionar del empresario a la hora de estafar.
El fiscal, a su vez, marcó la diferencia con lo que podría ser el ‘incumplimiento contractual’ de una empresa. “El sueño de la casa propia llevó a las víctimas a hacer un esfuerzo más. Esta persona recibió los bienes sin contraprestar absolutamente nada a cambio”, aclaró.
“Acá entendemos que hubo una maniobra dolosa, engañosa, destinada a perjudicar a las víctimas”, enfatizó Casullo, quien además precisó que las acciones denunciadas se encuentran tipificadas en el artículo 172 del Código Penal.
Los denunciantes de Venado Tuerto no fueron los únicos afectados: también hubo damnificados residentes en Entre Ríos, quienes ya formalizaron la denuncia en tribunales de Concordia; además, otros en Santa Fe Capital. “Hemos tomado contacto con ellos y hemos comprobado que el modus operandi, es decir que el sistema de engaño, era el mismo”, aseguró el fiscal.
Todo parece indicar que Max Talavera no podrá continuar en su búsqueda de una banca en Diputados. La razón: deberá dejar Formosa para ir a dar respuestas ante la Justicia de Santa Fe. “Estamos esperando la extradición a la provincia de Santa Fe desde la provincia de Formosa y una vez arribada la persona, por la oficina de gestión judicial, se dispondrá día y hora para la realización de las audiencias imputativas y cautelares, es decir la audiencia de prisión preventiva”, completó el fiscal Casullo.
“En su presentación como precandidato junto a Gabriela Neme y Luis Bigatti en Mansilla, Talavera se presentó como un joven que tuvo que salir de la provincia en busca de un futuro mejor. Neme lo presentó como un joven empresario, pujante emprendedor”, precisó el portal La Nota Formosa.
Respecto a la empresa de Talavera , el portal Venado 24 detalló: “Es una de las tantas constructoras de viviendas industrializadas que existen en Venado Tuerto. Hasta el 28 de abril trabajó con normalidad, mostrándose incluso como una firma en expansión que comercializaba en todo el país, con la fábrica montada en nuestra ciudad, donde se preparaban todos los elementos para la construcción en seco, con alrededor de 12 empleados entre administrativos, operarios y vendedores. La parte de obra se tercerizaba.”
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