Leandro Santoro, el primer precandidato a diputado por el Frente de Todos, llega a horario al Colegio San Francisco de Sales, ubicado en el porteño barrio de Almagro, donde cursó primario y secundario. Recorremos un gran gimnasio donde me muestra unos murales hechos con venecitas y me destaca uno de un jugador de San Lorenzo, cuadro del que es fanático. Luego, vamos a la parroquia del colegio, donde Santoro fue monaguillo. Entonces le digo: “Te propongo hacer la entrevista afuera porque en la casa del señor mejor no mentir”. Se ríe y me responde: “Yo no miento”. “Yo sí”, le respondo y agrego: “así que mejor, salgamos”.
- Ya que comenzamos en un marco religioso te voy a hacer el “Cuestionario demoníaco”: ¿cuál es el dirigente político que mejor representa el pecado capital de la soberbia?
- Carrió.
- ¿Y el de la avaricia?
- Larreta “inmobiliaria”.
- ¿Por qué?
- Mucho para los grandes y poco para los poquitos. Preguntale a una PYME con qué la ayudaron en la pandemia y te vas a dar cuenta.
- ¿El de la lujuria?
- Mi amigo Facundo Moyano.
- ¿Por qué?
- (Risas) El glam. Facundo es glam.
- ¿Ahora que se fue sigue siendo amigo?
- Sí, por supuesto.
- ¿Sigue en el Frente de Todos?
- Que lo conteste Facundo.
- ¿El de la ira?
- Javier Milei.
- ¿Gula?
- María Eugenia “capital y provincia” Vidal. Porque quiere todo.
- ¿Envidia?
- Patricia Bullrich porque lo envidia mucho a Jair Bolsonaro.
- ¿Pereza?
- El “Capitán reposera”. Mauricio Macri.
- Pasemos ahora a Leandro For Kids. Tenés que responder la siguiente pregunta como si lo estuvieras haciendo frente a niñitos y niñitas de 6 años: ¿Cómo explicás que el Presidente haya participado en Olivos del cumpleaños de su pareja cuando él mismo había establecido que no se podían hacer reuniones sociales por la pandemia?
- Las conductas personales se explican personalmente, se lo tienen que preguntar a aquella persona que llevó adelante la acción. No me corresponde a mí. Y además el Presidente ya lo explicó.
- ¿Sólo eso le decís a los niñitos y niñitas?
- ¿Y qué querés que les diga? A ver, si un nene comete un error, ¿a quién se le pide explicaciones? ¿Al nene o al amigo del nene?
- Al nene.
- Bueno, entonces…
- Pero Alberto no es un nene.
- Me estás diciendo que es For kids, no me metas en un quilombo.
- Por primera vez en la historia vamos a hacer un For Kids Bonus Track: ¿Cómo explicás que encima se haya sacado una foto?
- (Risas) Y dale con “Pernía” diría mi amigo Santilli. Ya lo explicó el Presidente.
- ¿Te parece que acciones como la del Presidente contribuyen al crecimiento de la antipolítica?
- Me parece que cualquier tipo de infracción ética o moral contribuye a eso, pero el problema es estructural. No creo que las conductas de las personas determinen el surgimiento de la antipolítica. Creo que pueden agravar el problema. Pero lo que explica la aparición de la antipolítica me parece que es el malestar que se produce en las democracias occidentales como consecuencia de un sistema económico que no logra producir el bienestar que la sociedades esperan.
- ¿Por qué te parece que muchos jóvenes se vuelcan a posiciones ultraconservadoras en el último tiempo?
- Creo que ahí se dio un proceso de politización por derecha en los últimos cinco años. Digamos que es, si se quiere, la contracara del proceso de politización que se dio por izquierda entre el 2010 y el 2015. Entre la muerte de Néstor Kirchner y la derrota de Daniel Scioli. Y creo que es el reflejo de eso y es global también, porque en el mundo aparecieron nuevas derechas con discursos más radicalizados, más determinantes, que se animaron a incurrir en lo que se denominaba la incorrección política y a desafiar algunos consensos de las democracias liberales. Puede llegar a ser más atractivo en términos de estéticos, pero la verdad es que trae aparejado una carga de prejuicio, xenofobia y odio muy fuerte. En el mundo vemos lo que pasa con Vox (partido de ultraderecha español). Vemos lo que pasó con Donald Trump. Vemos lo que pasa con Jair Bolsonaro y vemos que esas posiciones muchas veces terminan siendo adoptadas por los pibes al principio como una suerte de consumo irónico y después de la ironía pasamos a la realidad.
- ¿La izquierda se volvió políticamente correcta y la derecha transgresora?
- Se volvió aburrida. Me parece que la izquierda tiene que repensar su arsenal teórico, su forma de comunicar, y tiene que repensar sus objetivos políticos. Por eso nosotros hablamos de la necesidad de pintar de verde la izquierda. Necesitamos que lo ambiental se ponga en el centro del debate. No solamente para cuidar la tierra, sino para cuidar la vida. La forma de consumir, de relacionarnos con los animales, de relacionarnos entre nosotros, tiene que empezar a replantearse. Y una forma de hacerlo es pintarlo todo de verde.
- Pasemos a “A favor o en contra”. ¿Votarías a favor o en contra de una reforma laboral?
- Depende el contenido, pero intuyo que en contra.
- ¿A favor o en contra de la despenalización y legalización de la marihuana?
- A favor.
- ¿A favor o en contra de una reforma judicial?
- Depende el contenido, pero intuyo que a favor.
- ¿A favor o en contra de una reforma tributaria que grave más a las grandes empresas?
- A favor. Es Joe Biden uno de los que está proponiendo un impuesto global a las grandes corporaciones tecnológicas pensando en la necesidad de un ingreso universal ciudadano. En el mundo se está discutiendo esto. Creo que deberíamos pensar en un nuevo Bretton Woods. Porque después de la pandemia, así como están las cosas, tanto lo ambiental como lo económico y social, es insostenible.
- ¿A favor o en contra de un ingreso o salario básico universal?
- Estoy a favor. O sea, si vos me decís si hoy en la Argentina hay condiciones macroeconómicas, financieras, para ir hacia un ingreso universal, no. No hay. ¿Por qué? Porque ya sabemos que habría que repensar toda la estructura del gasto público.
- Tu relación con Alberto Fernández nació hace ya casi una década y fue vía Twitter. Tu primer contacto con él fue vía esa red social y vos no creías que fuera efectivamente Alberto porque tenía pocos seguidores. Entonces, él te invitó a tomar un café y te demostró que era Alberto Fernández. ¿El problema del albertismo es ese, que no tiene muchos seguidores y por eso no llega a conformarse?
- No, a Alberto no le interesa ni ahora ni le interesaba antes constituir el albertismo. A él le interesa construir el frentetodismo. Cree en los liderazgos más colectivos y más institucionalizados. Y tal vez a la Argentina le haga falta un poco de esto, tanto por izquierda como por derecha. Porque si las construcciones políticas dependen excesivamente de las personas, cuando las personas se equivocan, entran en crisis.
- ¿Cómo definirías la gestión de Alberto Fernández con la letra de una canción?
- “No lo soñéeeeee...”
- Con “Ji Ji Ji”, de Los Redondos. ¿Por qué?
- Porque es impensable todo lo que pasó. Pensá que a los dos meses y medio de que Alberto asumió se declaró una pandemia y todos adentro. Todo lo que teníamos pensado, se tuvo que postergar. Las expectativas pre pandemia no tienen nada que ver con lo que nos tocó.
- Te pido ahora “Definiciones pandémicas”. ¿Con quién aumentarías la distancia social de 2 a 10 metros?
- Con Alejandro Biondini. Con los nazis no tengo nada que ver.
- ¿A quién le inyectarías la vacuna de la honestidad?
- Nos la inyectaría a todos y a todas.
- ¿A quién le hace falta ventilación cruzada en la cabeza?
- A Fernando Iglesias. Todo el mundo lo sabe.
- Vamos a cerrar con “La pregunta emoji”. ¿Cómo te llevas con la segunda de tu lista, con Gisela Marziotta?.
- ¿Qué quiere decir? ¿Que te llevás como un santo?
- Por supuesto.
- Los santos no mienten, ¿sabías no?
- No miento.
- ¿En esta entrevista en algún momento?
- Nunca.
- ¿En la respuesta final?
- Tampoco, no, no.
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