Las nuevas autoridades de la Confederación General del Trabajo (CGT) se elegirán el jueves 11 de noviembre, tres días antes de las decisivas elecciones legislativas, y para decidir la conducción cegetista se cumplirá con el cupo femenino del 30% que establece la legislación argentina.
Son dos de las resoluciones más importantes del consejo directivo de la CGT, que mantuvo una reunión de más de tres horas en la sede de Azopardo 802, en la que se avanzó en la organización del congreso sindical que elegirá a los dirigentes que liderarán la central obrera hasta 2025.
Hasta ahora, la CGT mantenía reservados a los hombres los principales puestos de su conducción, pero, en una definición histórica, se decidió aplicar la Ley 24.012 de cupo femenino, por la cual las mujeres deberán ocupar al menos un tercio de los candidaturas para el Consejo Directivo.
El sistema que se utilizará es elegir un hombre y una mujer para cada una de las 25 secretarías del consejo directivo, de forma tal que uno de ellos sea el titular y el otro cotitular.
Sin embargo, implicará que sólo en tres secretarías estratégicas de la CGT (General, Adjunta y Finanzas) deberá elegirse un solo dirigente, hombre o mujer, porque son puestos en los que está involucrada la firma de un responsable y no puede haber un cotitular.
La fecha del congreso de la CGT se fijó tomando en cuenta los plazos legales para hacerlo, pero hay una intencionalidad política: los sindicalistas quieren evitar que si el Frente de Todos gana las elecciones, intente ubicar en la cúpula cegetista a dirigentes alineados con el oficialismo.
Por otra parte, la dirigencia cegetista decidió no pronunciarse sobre los proyectos de reducción de la jornada laboral que impulsan legisladores kirchneristas. El tema fue propuesto para debatir por Héctor Daer, el cotitular cegetista, y la mayoría de los dirigentes tomó distancia de las iniciativas que presentaron los diputados oficialistas Hugo Yasky y Claudia Ormaechea: consideraron que no está demostrado que favorezca la generación de empleo ni preserve los puestos de trabajo vigentes, y que incluso en algunas partes del mundo donde se aplicó fue modificado por falta de resultados.
La conclusión a la que llegaron es que aún falta más información sobre esos proyectos y que hasta tanto no avancen en el Congreso la CGT no fijará una posición sobre el tema. Fue una forma elegante de evitar conflictos políticos: Máximo Kirchner, jefe del bloque de diputados del Frente de Todos, le dio luz verde a Sergio Palazzo, líder de la Asociación Bancaria y precandidato a diputado, para que haga campaña con la reducción de la jornada laboral y lo defienda en la Cámara baja.
La central obrera decidió también realizar un acto callejero por el 17 de octubre, que, como este año será un domingo, tendrá lugar en alguno de los días hábiles posteriores. No quedó claro por el momento si a la concentración por el Día de la Lealtad Peronista serán invitados Alberto Fernández, Cristina Kirchner y otros exponentes de la coalición oficialista.
En cuanto al congreso de la CGT, el consejo directivo volverá a reunirse el martes próximo para definir el orden del día del encuentro sindical y otros detalles organizativos. La convocatoria será tratada por el comité central confederal de la central obrera el 22 de septiembre, que debatirá la reforma estatutaria para que se aplique el cupo femenino para integrar la conducción cegetista.
El mandato de las actuales autoridades de la CGT venció en agosto pasado, pero debido a la pandemia el Ministerio de Trabajo prohibió los congresos, asambleas y elecciones sindicales, a la vez que extendió la vigencia de los dirigentes actuales en sus organizaciones. Las restricciones vencen a fines de este mes, por lo que desde el 1° de septiembre cada sindicato estará legalmente en condiciones de realizar comicios para revalidar los mandatos de sus conducciones.
La CGT decidió avanzar con la renovación de autoridades para ponerse en sintonía con la ley, pero, además, en busca de incorporar a sectores sindicales que hoy están afuera de la central obrera. De esta forma, imaginan, podrán encarar con más fuerza y legitimidad el diálogo con el Gobierno, con el que la dirigencia cegetista mantiene una relación zigzagueante: de por sí, en la reunión del consejo directivo volvieron a escucharse quejas por el trato indiferente de la Casa Rosada.
Aún no está claro si la futura CGT tendrá un solo secretario general o un esquema de conducción basado en un triunvirato o un cuarteto. Hoy, son mayoría es partidaria de estas últimas variantes porque ningún dirigente reúne el suficiente consenso para liderar en soledad la central obrera.
Daer, del sector de “Los Gordos”, buscará su continuidad durante otro mandato de cuatro años, mientras que el moyanismo quiere ubicar en la máxima grilla de la central obrera a Pablo Moyano, el secretario adjunto del Sindicato de Camioneros. El sindicalismo kirchnerista, con poco peso interno en la CGT, propondrá a un integrante de la Corriente Federal, sector gremial que integran Palazzo, la judicial Vanesa Siley, quien buscará su reelección como diputada del Frente de Todos, y Walter Correa, del Sindicato de Curtidores, otro diputado que entró en la lista de candidatos del oficialismo.
Para la CGT, comenzó la cuenta regresiva: en menos de tres meses tendrá una nueva conducción, con un tercio de mujeres y el desafío de reinventarse para mejorar su desgastado vínculo con el poder.
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