Hubo promesas, anuncios, demoras en los plazos del contrato suscripto en noviembre del año pasado, buenos deseos, reclamos hacia el Fondo Ruso de Inversión Directa y el gobierno de ese país y enojos fuertes del Gobierno. Todos esos condimentos se fueron mezclando alrededor de las dosis de ambos componentes de la vacuna Sputnik V que debían llegar a la Argentina y que terminaron arribando de manera muy lenta, complicando el plan de vacunación que se habían propuesto Alberto Fernández y su gabinete.
Una situación similar ocurrió con la producción local que finalmente se destrabó este jueves cuando más de un millón de dosis elaboradas por el laboratorio Richmond en Tortuguitas recibió la aprobación definitiva del Instituto Gamaleya de Rusia para que puedan distribuirse por todo el territorio nacional.
Ahora la incógnita es si la meta que se propusieron en Balcarce 50 podrá ser satisfecha. Tanto desde Salud como de Richmond confían en tener 3 millones de dosis del segundo componente durante este mes, al que le faltan 18 días para su finalización. “Agosto será el mes de las segundas dosis”, se repite una y otra vez. No fue extraño, entonces, el anuncio de la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, cuando informó las nuevas medidas sanitarias que empezaron a regir desde el sábado pasado, con aperturas progresivas de actividades y cambios en la medición de variables con respecto a los contagios y la ocupación de las camas de terapia intensiva. Allí se dijo que el objetivo es completa los esquemas de vacunación a la mayor cantidad de argentinos ante la amenaza de la variante Delta del coronavirus.
Este jueves se liberaron las primeras 995.125 dosis componente 1 y 152.500 dosis del componente 2 de la vacuna Sputnik V producidas localmente a partir del antígeno provisto por el Instituto Gamaleya de Rusia. En el centro logístico de la empresa Andreani en la localidad de Villa de Mayo donde estaban depositadas, Vizzotti estuvo junto al jefe de Gabinete Santiago Cafiero. “Tenemos la recepción de vacunas componente 1 y componente 2, más de un millón de dosis en un plan de recepción sostenido a partir de ahora, en función de la liberación de los controles de calidad, para recibir tres millones de dosis del componente dos entre agosto y septiembre. La idea es seguir escalando esta posibilidad en función de esta estrategia que estamos teniendo de agosto de las segundas dosis”, expresó la titular de la cartera de Salud.
“Esta es la primera entrega del segundo componente de Sputnik V; parte de las 3 millones de dosis que producirá y suministrará Laboratorios Richmond en agosto”, reza en uno de sus principales párrafos el comunicado oficial que emitió el laboratorio. Los trámites administrativos y controles de calidad de los diferentes lotes de que se deben realizar ante las autoridades rusas deberán -para lograr el objetivo- ganar en celeridad.
El 16 de julio, a través de una videoconferencia, el presidente Alberto Fernández se había comunicado para celebrar que desde Moscú ya se habían aprobado las 140.625 dosis del primer componente de la vacuna fabricadas en Argentina. Y que estaban en un proceso similar 1.300.000 dosis del componente 1 y 1.010.000 del 2. Sin embargo, las vacunas permanecieron almacenadas y a la espera de la autorización definitiva, que recién se produjo casi cuatro semanas más tarde.
Tanto desde el Gobierno como desde el laboratorio atribuyen las demoras a la burocracia rusa que complicó las ambiciones y las urgencias que atravesaba nuestro país ante la segunda ola de la pandemia. Dicen que esa fue la principal traba que afrontaron ya que una vez que se obtiene el visto bueno de Gamaleya, el control por el que debe pasar el producto final en la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) es casi automático.
El lunes, un vuelo de Aerolíneas Argentinas llegó desde el aeropuerto moscovita de Sheremetievo con 400.000 dosis del componente 2 y además trajo otros 500 litros del antígeno enviaron, se puso en marcha la producción. Según las previsiones originales, en la Argentina se estaría en condiciones de producir 5 millones de vacunas por mes.
Una semana antes el Gobierno argentino había anunciado que otras 200 mil dosis las había transportado un avión de Qatar Airways que decoló en Ezeiza. Dos días después esas 600.150 dosis del componente 2 de Sputnik V se empezaron a distribuir con el objetivo de cumplir con la inoculación de más de 1,5 millones de argentinos a los que se le venció el plazo de 90 días estipulado entre dosis.
Ante la falta de estas dosis, el ministerio de Salud aprobó el intercambio de vacunas. El miércoles hasta la ministra Vizzotti se aplicó la segunda dosis con Moderna como una señal de la confiabilidad de los estudios clínicos que se realizaron.
Ahora según el criterio dispuesto por Salud, en base a la cantidad de población de cada distrito, a la provincia de Buenos Aires le corresponderán 231.600 dosis; a la Ciudad de Buenos Aires 40.200; a Catamarca 5.400; a Chaco 15.600; a Chubut 8.400; a Córdoba 49.800; a Corrientes 14.850; a Entre Ríos 18.450; a Formosa 7.800; a Jujuy 10.350; a La Pampa 4.950; a La Rioja 5.400; a Mendoza 26.100; a Misiones 16.800; a Neuquén 9.000; a Río Negro 9.900; a Salta 18.900; a San Juan 10.350; a San Luis 6.750; a Santa Cruz 4.950; a Santa Fe 46.800; a Santiago del Estero 13.050; a Tierra del Fuego 2.250 y a Tucumán 22.500.
Se puede observar la cantidad dispar de dosis que recibió Argentina hasta el momento de los 30 millones por los que suscribió el contrato con el Fondo Ruso de Inversión Directa en noviembre. Recibió un total de 12.268.830 dosis (9.375.670 del componente 1 y 2.893.160 del componente 2). Apenas un poco más del 40% de lo que debió recibir en el primer semestre.
Vizzotti dijo en Villa de Mayo que se apunta a “priorizar la vacunación con segundas dosis de la población mayor de 50 años y de quienes tengan más tiempo desde la aplicación de la primera”. Si bien en la Casa Rosada consideran que los rusos tendrán que cumplir con lo pactado, más allá de las demoras, ahora se intentará que la fabricación de la Sputnik V -que por ahora conservará ese nombre, se distribuirá en cajas con letras rojas para diferenciarlas de las que se hicieron en Rusia; en un futuro pasará a llamarse Sputnik Vida- sea íntegramente en nuestro país.
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