El encuentro entre los presidentes de Argentina, Alberto Fernández, y de Uruguay, Luis Lacalle Pou, junto a sus respectivos cancilleres, Felipe Solá y Francisco Bustillo, será esta noche en Olivos donde compartirán un asado. La agenda será abierta pero aflojar las tensiones que imperan en el Mercosur es uno de los grandes objetivos. También hablarán de otros temas bilaterales.
Esta reunión se empezó a gestar en Lima entre el mandatario argentino y Bustillo cuando ambos coincidieron en Lima en la asunción del flamante presidente peruano, Pedro Castillo. Y es una devolución de gentilezas de aquel almuerzo que tuvieron en noviembre del año pasado en la estancia La Anchorena de Colonia del Sacramento, donde el menú fue similar a orillas del Río de la Plata.
Lacalle Pou, que este miércoles cumplió 48 años, llegará a media mañana a Buenos Aires según pudo averiguar Infobae e irá a la embajada uruguaya en el barrio de Recoleta donde se reunirá con el representante diplomático en suelo argentino, Carlos Enciso Christiansen. Un rato más tarde tiene previsto almorzar en el restaurant Fervor que está sobre la calle Posadas del mismo barrio porteño con Sebastián Velesquen, director de la Oficina de la Organización de Estados Iberoamericanos en Uruguay, con quien fueron compañeros en el colegio y que también es amigo de Fernando Pérez, de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo de Argentina.
El jefe de Estado uruguayo descansará por la tarde y no piensa encontrarse con ningún político -que no sea Alberto Fernández- y tampoco dará entrevistas periodísticas antes de partir hacia la residencia de Olivos.
Fuentes diplomáticas uruguayas dejaron trascender a medios periodísticos de ese país que entre los temas que conversarán ambos presidentes también figurarán el futuro de la hidrovía que atraviesa el Río Paraná, la intención argentina de avanzar con el canal Magdalena y las pretensiones de Uruguay para construir un puente entre Bella Unión y la ciudad correntina de Monte Caseros. Además, Argentina podría ofrecer un radar de la empresa Invap para el aeropuerto de Carrasco en Montevideo porque el que estaba instalado allí dejó de funcionar, según informó el sitio web ladiaria.
Aunque en esa comida del 19 de noviembre en La Anchorena y en el posterior intercambio de ideas que duró cerca de cuatro horas se habían alcanzado consensos, luego de ese encuentro cordial empezaron a sumarse diferencias de peso.
Lacalle Pou, con el respaldo de su par brasileño Jair Bolsonaro, pretende un Mercosur diferente. Ambos sostienen que el mercado común que surgió hace tres décadas, quedó obsoleto y que necesita adaptarse a los nuevos tiempos del mundo. Uruguay impulsa una flexibilización para negociar por fuera del bloque que Brasil refuerza con su postura en la reducción del Arancel Externo Común (AEC). Una de los puntos de discusión es sobre la vigencia de la Resolución 32/00 del Mercosur, que obliga a que todos los socios avalen las negociaciones del resto del bloque que también integra Paraguay como miembro pleno.
Las máximas tensiones entre los presidentes Fernández y Lacalle Pou quedaron expresadas tanto en la cumbre que se realizó virtualmente desde el Museo del Bicentenario el 26 de marzo de este año para celebrar los 30 años de la creación del Mercosur como el 8 de julio cuando Argentina le transfirió a Brasil la presidencia pro-témpore por los próximos seis meses.
En aquella cumbre por los 30 años del Mercosur el jefe de Estado uruguayo habló de la participación en el bloque como un “lastre” por las necesidades de apertura comercial que necesitaba su país. Fernández le respondió con dureza y le espetó: “No queremos ser una carga para nadie. Si esta carga pesa, lo mejor es abandonar del barco”.
Después de ese cruce, desde ambos lados intentaron relativizar las diferencias. El 7 de julio de este año Uruguay anunció que iba a negociar por fuera del mercado común y eso volvió a tensar el vínculo bilateral. Al día siguiente, cuando Argentina traspasó la presidencia, en los discursos fue evidente que el proceso de revisión del AEC sigue siendo tema de controversias. Brasil propone que se bajen los aranceles de todos los productos con una rebaja drástica mientras que Argentina quiere proteger a algunos sectores industriales como automotrices, metalurgia y textiles para que las importaciones no los afecten tanto. Varias cámaras industriales brasileñas apoyan esta posición argentina.
En la reunión de hace un mes de los ministros de Economía y Finanzas de las cuatro naciones, Uruguay anunció que iba a comenzar a establecer acuerdos con terceros países en busca de nuevos mercados. En una reciente exposición ante la Cámara de Diputados uruguaya, el canciller Francisco Bustillo sostuvo que buscaban “mejores oportunidades para las exportaciones uruguayas, a descubrir nuevos nichos y, particularmente, a darnos la posibilidad de mejorar los aranceles, sobre todo en algo que todos conocemos, que es la competencia que presentan otros países u otros bloques en áreas en las que Uruguay definitivamente brilla, como es todo lo que hace a los bienes agropecuarios”.
Este nuevo encuentro entre argentinos y uruguayos podría abrir la posibilidad de un acercamiento entre argentinos y uruguayos. El lunes se realizó una reunión de coordinadores nacionales del Mercosur, la primera desde que Brasil asumió la presidencia del bloque común. “La presidencia brasileña buscará impulsar la agenda de tratados de libre comercio con socios externos, el proceso de revisión del Arancel Externo Común (AEC) y los vínculos en temas ‘no arancelarios’, como el comercio de servicios, las inversiones y la agenda digital”, expresó la Cancillería brasileña en las redes sociales del palacio de Itamaraty.