El militante de izquierda Sebastián Romero, imputado por disparar un mortero durante la marcha contra la reforma previsional el 18 de diciembre de 2017, se presentó como precandidato a senador suplente por la provincia de Santa Fe por el Frente de Izquierda-Unidad (FIT-U). Sus declaraciones como “único candidato preso político en Argentina” dispararon un intenso debate en las redes sociales, con dirigentes políticos de la oposición que criticaron duramente su postulación.
Tras su reaparición pública, el dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU) volvió a defenderse para justificar su participación en las manifestaciones contra el gobierno de Mauricio Macri, en la que se lo observó disparando fuegos artificiales contra las fuerzas de seguridad.
“Los medios masivos de comunicación repitieron esas imágenes una y mil veces, apodándome como el ‘gordo del mortero’ para tapar toda la película que estaba sucediendo. El pueblo estaba harto de los planes de ajuste del Gobierno (de Mauricio Macri). Todas las eran anti obreras y anti populares, nos estaban dejando el país en ruinas. Y pareciera que todo eso surgió de la nada del accionar de un loquito”, remarcó el referente del FIT-U.
Al ser consultado por radio Del Plata por los motivos de su accionar, Romero planteó que “nos queríamos manifestar de manera pacífica para que no se aprobara la ley” de reforma previsional, pero que frente al operativo policial “uno se defiende con lo que tiene a mano”. Y descartó la peligrosidad del proyectil que manipuló: “Lo que hizo ese mortero, únicamente, fue hacer ruido. Nada más, no hizo ningún daño a nadie”.
“Pareciera que el violento soy yo, pero no se recuerda el arsenal con el que contaban las fuerzas represivas, la cantidad de gases lacrimógenos que tiraron, los atropellos que hubo en moto (por parte de los efectivos) y los compañeros que perdieron el ojo, porque la policía les apuntaba en la cara por fuera de protocolo”, consideró el precandidato a senador en Santa Fe y ex delegado gremial de General Motors.
Romero no es el único de los militantes de izquierda que participarán del proceso electoral y que tuvieron complicaciones judiciales por enfrentarse a las fuerzas de seguridad durante el debate legislativo de la reforma previsional de diciembre de 2017. También está incluido Daniel Ruiz en las boletas del FIT-U, quien estuvo 13 meses preso en Marcos Paz por lanzar pirotecnia contra las fuerzas de seguridad. Ruiz ya había estado en las listas en 2019 y vuelve a presentarse como precandidato a senador nacional por Chubut.
Mientras tanto, Romero permanecerá en prisión domiciliaria, tras estar prófugo durante más de dos años. El 25 de junio del año pasado fue detenido en Chuy, cerca de la frontera con Brasil. Luego fue extraditado. Está procesado por los delitos de “intimidación pública y atentado contra la autoridad agravado”.
“Todavía no estoy condenado. Si estuviese condenado, ya tendría que estar en libertad y no lo estoy. No hay fecha de juicio, estoy en Buenos Aires y todavía no puedo volver a Rosario que es donde vivo, mi casa. Me encuentro en esta situación injusta hace 3 años y medio”, expresó.
Según su perspectiva, Romero indicó que lo “empiezan a perseguir” por el impacto político que tuvo la movilización opositora en diciembre de 2017. Ello tuvo como consecuencia, asegura, que “se frene la reforma laboral” que tenía en carpeta en ese momento la gestión de Cambiemos.
“No nos lo perdonaron. Visto esto me tuve que profugar del país, pusieron un millón de pesos por mi cabeza. Hoy los responsables y delincuentes del país estan por Europa, tranquilos, y nadie los va a buscar para que expliquen qué hicieron con toda la plata que se robaron”, manifestó el dirigente del FIT-U en alusión al ex presidente Mauricio Macri y el acuerdo rubricado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“La Justicia ésta es dura con el pobre y el trabajador, pero los verdaderos delincuentes no pagan en Argentina. Lo tenemos a (Carlos) Menem que se murió y nunca pagó por todas las causas que tenía. El gobierno anterior va en el mismo sentido, y nosotros pagando los platos rotos mientras nos siguen endeudando”, fustigó.
Y completó: “Acá cambiamos el Gobierno pero las políticas de ajuste siguieron. Hay gente que no puede darle de comer a sus hijos”.
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