La ministra de Salud, Carla Vizzotti, confirmó que el Gobierno Nacional analizará en los próximos días la aplicación de una tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19.
En cada declaración pública que hace, la titular de la cartera sanitaria, reafirma que agosto “es el mes de las segundas dosis”. En efecto, el Poder Ejecutivo tiene en mente completar los esquemas de vacunación de la mayor cantidad de gente posible con la amenaza de que se desate la circulación comunitaria de la variante delta. En la lista de prioridades, Vizzotti señaló que luego de inocular a los adolescentes de entre 12 y 17 años con y sin factores de riesgo, y de aplicar las segundas dosis en la población general, se tratará la posibilidad de aplicar un refuerzo.
La aplicación de una tercera dosis es tema de debate a nivel mundial. La ministra contextualizó que “hay países que inocularon con vacunas con una eficacia más baja y que ahora tienen la necesidad de pensar en algún refuerzo donde se ve que siguen teniendo un número importante de casos e internaciones”. Ese escenario no se da en Argentina, pero explicó que en general “las vacunas para enfermedades respiratorias no generan inmunidad para prevenir el 100% de la infección, y tampoco tienen una duración tan larga en el tiempo”; por ello, “pensar en vacunaciones periódicas siempre estuvo en la agenda sobre todo en personas con más riesgo de tener complicaciones o que tienen menos robusto su sistema inmune, como los mayores de 60 años donde el sistema inmune va involucionando”. “A una población estratégica seguramente haga falta dar un refuerzo”, afirmó la funcionaria.
Esta semana habrá una comisión nacional de inmunizaciones donde Vizzotti confirmó que se tratará este tema. No obstante, aclaró que la dosis de refuerzo se aplicaría “después de esta etapa de adolescentes priorizados y en general, y después de la aplicación de segundas dosis”.
En declaraciones a C5N, al ser consultada sobre medidas contra aquellas personas que optaron por no vacunarse aclaró que por el momento no se está evaluando ya que en Argentina sigue habiendo “demanda de vacunas”. Pero advirtió que “si se llega a una situación de alarma y se requiere alguna restricción, las personas vacunadas van a tener más beneficios que quienes no lo estén”.
Sobre la situación epidemiológica actual, la ministra dijo que ahora lo que se pondera es “la velocidad de aumento de las internaciones en terapia intensiva y la ocupación de camas”. “Ese indicador nos avisará si hay alguna alarma”, señaló y remarcó como factor clave “no tener circulación de la variante delta”. En caso de haber una situación de alarma, “habrá que disminuir la circulación de personas, los aforos y suspender espectáculos masivos”.
Vizzotti pidió “poner en valor” la gestión para demorar “la entrada de la variante delta como predominante”. Para continuar por este sendero indicó “que las personas no se vayan a países con circulación comunitaria si no es necesario, que hagan el aislamiento cuando regresen” y que por su parte el Gobierno tiene bajo la mira alcanzar a vacunar con dos dosis al 60% de los mayores de 50 años para fines de agosto. “Para eso faltan vacunar 2.3 millones de personas”, expresó.
Consultada por el regreso del público a los estadios y la apertura del turismo, respondió que desde el Estado se acompañará “desde todas las áreas” y que “de a poco iremos autorizando actividades con aforo”. Por lo pronto se limitó a decir que será un tema de análisis para el mes de septiembre.
“Nosotros nos vamos a tener que acostumbrar a vivir con el virus pero vamos a tener que controlar la cantidad de internaciones. La vacuna no puede impedir que tengamos la enfermedad pero hace que sean menos grave los síntomas”, concluyó Vizzotti.
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