Los movimientos sociales alineados con la Casa Rosada recibieron un nuevo gesto político del Gobierno. El ministerio de Trabajo aprobó ayer los estatutos de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). La firma de Claudio Moroni en la resolución significa que la organización, liderada por Esteban “Gringo” Castro, fue reconocida como representante del sector de los trabajadores informales que abarca un universo de al menos seis millones de personas. De ese total, dos millones y medio ya se inscribieron en el Registro de Asociaciones de Trabajadores de la Economía Popular y de Subsistencia Básica. La cifra encumbra a la UTEP como el sindicato con mayor cantidad de representados. De manera formal esto se cristalizará en un próximo paso, cuando se le otorgue la “personería gremial”.
La administración de Alberto Fernández se había comprometido con dirigentes sociales como Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, ambos funcionarios del Gobierno y dirigentes del Movimiento Evita, a facilitar la sindicalización de la UTEP y su posterior ingreso a la CGT.
En la UTEP están contenidos trabajadores de distinta naturaleza enrolados en más de 200 actividades divididas en ramas y subramas de la economía popular que incluyen, por ejemplo, a cartoneros, horticultores, feriantes y vendedores ambulantes.
El 10 de marzo de 2021, Moroni ya le había otorgado la “personería social” y se los instó a presentar, de manera formal en la Secretaría de Trabajo, los estatutos. La presentación se realizó en mayo y fueron aprobados ayer a través de la Resolución 2021-449.
El paso no es menor, su formalización jurídica como sindicato los acerca cada vez más a la central obrera, un hecho que genera discusiones entre los principales líderes de la CGT.
Uno de los popes sindicales más tradicionales, como Armando Cavalieri, observa con desconfianza esta posibilidad. En cambio, el cotitular de la CGT, Héctor Daer, lo ve con buenos ojos. De hecho, el secretario general del gremio de Sanidad tiene una relación de amistad con los principales líderes del Movimiento Evita, como Pérsico, Castro y Navarro.
La aprobación de los estatutos de la UTEP se da en un momento en que la relación del Gobierno y los movimientos sociales se tensionó después que prácticamente ningún dirigente de ese espacio fue incluido en la lista de precandidatos para las próximas elecciones legislativas.
Solo Daniel Menéndez, de Barrios de Pie, y también funcionario, fue ubicado en el puesto número dieciséis de la lista sábana de precandidatos a diputados nacionales de la provincia de Buenos Aires para las PASO.
Juan Grabois, el líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), que también integra la UTEP, amenazó con romper con el Frente de Todos por esa situación. Sin embargo, la sangre no llegó al río.
También coincide con la renuncia de Daniel Arroyo, el ministro de Desarrollo Social, y el casi seguro desembarco en el área de Juan Zabaleta, intendente Hurlingham.
Arroyo, funcionario que dialoga con todos los sectores de la economía popular, incluso los que no forman parte del Frente de Todos, deja el cargo porque ocupa el puesto número doce en la misma lista que integra Menéndez.
La decisión del ministerio de Trabajo también es concomitante con la marcha que por “tierra, techo y trabajo”, convocaron para el próximo sábado. Será una demostración de fuerza y poder territorial.
En diálogo con Infobae, Gildo Onorato, secretario gremial de la UTEP interpreto que “lo que conseguimos fue un gran paso para la institucionalización de la economía popular” y explicó: “El reconocimiento a la UTEP significa que la economía popular es considerada parte del mundo del trabajo y que sus organizaciones son parte formal de la clase trabajadora argentina. Esto es un nuevo inicio para nuevas peleas por más derechos”.
Después de la firma de la resolución en la cual se le concedió la “personería social” a la UTEP, y de la que participó el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, Castro aseguró que fue “un camino arduo, de unidad” y agradeció el apoyo recibido “por el Papa Francisco, que reconoció que todos somos trabajadores, y debemos tener los mismos derechos”.
“Hoy tenemos un gobierno que llama a fortalecer a los movimientos populares, que nos abre el Consejo Económico y Social. Vamos hacia la formalización de todas nuestras ramas, y luego a sumarnos a la CGT. Eso es lo que queremos”, dijo frente a Cafiero y Moroni.
A su turno, Cafiero cuestionó la estigmatización de los trabajadores del sector con el mote de “piqueteros” y analizó los problemas actuales para integrar al mercado laboral al sector que compone la UTEP. “Este es un día histórico, es un día donde logramos dar un paso más en la formalización de los representantes de la economía popular, pero sobre todas las cosas, es un paso más en la formalización de la economía popular, que es una economía que está creciendo, y que viene dando respuesta donde el mercado no la ha dado”, afirmó.
Con el acto administrativo de ayer en el ministerio de Trabajo el círculo para la sindicalización de la economía popular parece estar a punto de cerrarse. Y, de esta manera, Alberto Fernández sigue enviando mensajes de unidad hacia el interior de un sector al que incluyó en su gobierno desde el primer día. Esos movimientos populares que tienen representantes en varios andariveles del ministerio de Desarrollo Social y prestaron una invalorable colaboración al gobierno del Frente de Todos para contener a los sectores más vulnerables en plena pandemia del coronavirus.
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