La interna peronista que se presentará en Santa Fe genera morbo en el mundo de la política e incertidumbre en la Casa Rosada sobre el posible desenlace. Hay motivos válidos para ambas cosas. Las elecciones en la provincia pueden generar un estruendo político de acuerdo al resultado. Por eso el Gobierno sigue de cerca lo que sucede y participará activamente en la campaña.
Agustín Rossi, el ministro que Alberto Fernández echó por no respetar el pedido presidencial de bajar su candidatura a senador, competirá con el periodista y senador provincial Marcelo Lewandoski, el candidato que se convirtió en el punto de encuentro entre el gobernador santafesino Omar Perotti y la vicepresidenta Cristina Kirchner para cerrar un acuerdo de unidad un día antes del cierre de listas.
Si el “Chivo” gana la interna será un candidato peronista, sin aval de la Casa Rosada, en uno de los distritos electorales más importantes del país. Antes que el posible resultado estará la competencia y allí Rossi enfrentará, en un mano a mano, a la lista que sostienen Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Una pelea de fondo por el poder en Santa Fe que nadie imaginaba.
La Vicepresidenta planea jugar con fuerza en la interna santafesina. No la mirará de reojo. Se quiere involucrar. A su modo, en su justa medida, y sin perder de vista su verdadero terruño: la provincia de Buenos Aires. Pero no le será indistinto, como puede suceder con otras provincias. En gran medida, la lista de unidad que compite es consecuencia de involucrarse en el barro electoral.
Su presencia eliminará cualquier tipo de duda sobre en que vereda va a estar el kirchnerismo en esta elección. Será justo en la que está enfrente de Agustín Rossi, un histórico, con credenciales en el mundo K y con una larga trayectoria defendiendo el espacio. Un dirigente que tiene llegada a al teléfono y el despacho de la ex presidenta lo dejó en claro en una frase: “Va a jugar fuerte”, resumió ante la consulta de Infobae.
La próxima semana la Vicepresidenta pondría sobre la mesa una carta simbólica importante. Posaría para una foto junto a Marcelo Lewandowski, para dar una señal clara sobre cuál es la lista que respalda y los candidatos que quieren que ganen en Santa Fe. Sin doble sentido. Directa. Aún no está confirmada, pero está en los planes.
Lewandowski nunca habló con Cristina Kirchner. No la conoce. Recibió su apoyo como consecuencia del pacto con Perotti y podría obtener su respaldo público si la foto se concreta. Los delegados de la Vicepresidenta en Santa Fe le hicieron llegar un mensaje claro al flamante candidato local para que sepa con que respaldo cuenta.
“Sabe lo que tiene que hacer y cómo hacerlo. Si tiene que salir a la cancha, va a salir. Y va a jugar”, le dijeron. El mensaje fue más que contundente. La socia mayoritaria del Frente de Todos lo respalda en la interna contra Rossi, el ex ministro que asegura en público que en Santa Fe, cuando pasen las elecciones, nadie va a defender a Cristina Kirchner como él. En esas palabras se esconden el dolor de la fría distancia en la que cayó esa relación de tanto años.
Si la foto se concreta, sería el final de una seguidilla de mensajes de apoyos que el kirchnerismo explicitó durante los últimos días a favor de la lista Celeste y Blanca que lidera Omar Perotti. El primero fue la reunión, con foto incluida, del ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro y el primer candidato a diputado de la lista, y mano derecha de Perotti, Roberto Mirabella, 24 horas después de que el Presidente comunicara la salida de Rossi del ministerio.
El segundo mensaje fue la participación de Alberto Fernández en el acto de lanzamiento de los candidatos santafecinos y los mensajes grabados de De Pedro, y los dirigentes de La Cámpora Anabel Fernández Sagasti y Marcos Cleri. Las caras de la agrupación ultrakirchnerista en Mendoza y Santa Fe, respectivamente.
“Hemos pensado en algo que recurrentemente viene a mi cabeza, que es esa necesidad que yo digo que existe en la política argentina, de poner nuevos actores en el escenario nacional. Pensamos en Marcelo Lewandowski para que, junto a Marilyn Sacnun, nos ayuden a enfrentar los dos años que viene. Roberto Mirabella y Magali Mastaler, dos apuestas que hacemos para concretar esa vocación que tenemos”, dijo en un video grabado desde su despacho en la Quinta de Olivos.
Al mensaje del Jefe de Estado se le acoplaron los de los otros tres dirigentes. De Pedro se hizo presente con críticas al macrismo y le dejó un mensaje a los candidatos: “Sigamos por el camino de la unidad. Fuerza. A militar y a construir una Argentina para todas y todos”. En el oficialismo a nadie se le escapa que la presencia de “Wado” es también la de Cristina Kirchner.
Dos encuestas que salieron a la luz en los últimos días también son parte de la discusión por el entramado de poder santafecino. Fueron realizadas por las consultoras de Federico González y Raúl Aragón. Ambas lo dan a Agustín Rossi como ganador en la interna. Los números sembraron incertidumbre en el oficialismo. La interna no será fácil.
En el perottismo repiten a rajatabla una idea. El piso y el techo de la intención de voto de Rossi están muy cerca. No hay posibilidades de que el ex ministro rompa esa barrera y por eso consideran que es un dirigente que no iba a potenciar la lista en un lugar estratégico. Ese argumento fue el que utilizó Perotti cuando discutió el armado de la lista con el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, en Balcarce 50.
En el entorno del Gobernador definen lo que sucedió con Rossi como una negociación marcada por la generosidad política frente a una negociación paralela impregnada de mezquindad. La explicación es que en el acuerdo Perotti-Cristina el mandatario resignó que Mirabella encabece la lista y la Vicepresidenta que lo haga Sacnun, su candidata.
El punto intermedio fue elegir a Lewandowski con la intención de mostrarle a la sociedad santafecina una cara nueva con proyección en la provincia. Todos tuvieron que ceder y lo hicieron. Rossi no cedió con su ausencia. Así lo entienden.
El pedido de Rossi, dicen cerca de Perotti, fue mezquino porque solo le interesaba estar en alguno de los lugares más importantes de la lista. “Ahora está viendo el error que cometió y necesita enojarse con alguien. Entonces empezó a cuestionar a Perotti”, sostienen.
El “Chivo” siente que lo corrieron del mapa. Pero no solo Perotti, sino también los principales exponentes del gobierno nacional. No lo incluyeron en las listas y lo sacaron del Ministerio de Defensa por querer competir. Lo prohibieron.
Dos miradas distintas sobre una interna que recién comienza y que tendrá más capítulos marcados por la vocación de poder, el desencanto, las necesidades políticas y la ambición por el triunfo.
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