Esta semana la cara del gabinete nacional comenzará a modificarse, luego de que el presidente Alberto Fernández le pidiera a los ministros y funcionarios que participan en las elecciones que renuncien a sus cargos antes de competir. Una nueva regla que instaló el Jefe de Estado y que le sirvió como excusa para echar del Gobierno al ministro de Defensa, Agustín Rossi, luego de que se resistiera a cumplir con su pedido de bajar la candidatura a senador nacional por Santa Fe.
Según indicaron desde la Casa Rosada, una vez que la Unidad Médica Presidencial levante el aislamiento de Fernández, estimado para el martes, se terminará de coordinar la fecha en que el intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, asuma al frente del ministerio de Desarrollo Social en lugar de Daniel Arroyo, que abandonará ese puesto para competir como diputado nacional por la provincia de Buenos Aires.
El Jefe comunal juraría a mitad de semana. Allí empezaría la etapa de “Juanchi”, como se lo conoce en la política doméstica, al frente del ministerio. En el ajedrez político no hay demasiados cambios. Arroyo llegó de la mano de Alberto Fernández y Zabaleta también. La diferencia es que el intendente es uno dirigente muy cercano al Presidente que no cuenta con la simpatía de Cristina Kirchner y La Cámpora.
El reemplazante de Rossi aún no está definido. El único nombre que giró en el oficialismo en los últimos días es el de la ministra de Seguridad, Sabina Frederic. Sin embargo, desde su entorno aseguran que no hubo comunicación oficial.
Por el momento no hay ningún candidato firme para ocupar la silla del dirigente santafesino. Así lo resaltaron distintos dirigentes del oficialismo durante las últimas horas. Rossi también fue una idea de Fernández aunque el “Chivo” tiene un claro perfil kirchnerista, diferente al de Arroyo y Zabaleta.
En paralelo, cerca del Presidente trataron de cortar con el vértigo que genera la danza de nombres sobre el reemplazo y advirtieron que Fernández no está apurado en definir el sucesor del “Chivo”. En esa demora tiene que ver que no es un ministerio estratégico.
Sin embargo, cada nombre es parte de un rompecabezas donde Fernández intenta mantener el equilibrio para no generar tensiones ni enojos entre los socios del Frente de Todos.
Diferente es el caso si la elegida fuera Frederic, porque su puesto sí es codiciado por los distintos sectores que integran el Frente de Todos. De todas formas, por el momento, ni la renuncia de Daniel Arroyo ni la de Agustín Rossi fueron efectivizadas. Se concretarían con el correr de la semana.
“Tengo una enorme tranquilidad de conciencia porque hice todo lo que estuvo a mi alcance para satisfacer el pedido del Presidente”, explicó Rossi. Un día antes, en una entrevista con este medio, había señalado: “Me siento sorprendido por todo lo que generó mi decisión de ir a las PASO”. Durante los últimos días se encargó de dejar expuesta su disconformidad con el trato que recibió de la cúpula del gobierno nacional.
Si bien envió algunos dardos a la Casa Rosada durante los últimos días, a partir de su salida del ministerio de Defensa se volcará de lleno a la campaña en Santa Fe. El objetivo electoral es ganarle a la lista que amparó el mismo Gobierno que le soltó la mano, el objetivo político es exponer a una pelea pública al gobernador santafesino Omar Perotti, a quien acusa de querer dañar el Frente de Todos.
El Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, pareció dar por terminado el vinculo con Rossi durante una entrevista radial que brindó este domingo. “Lamentamos que Agustín Rossi, que ha sido un Ministro que ha desarrollado una tarea muy significativa no solo en pandemia sino en áreas como lo es el Fondo para la Defensa, ahora busque un destino electoral”, precisó. Fue contundente y tajante.
Victoria Tolosa Paz, que es la titular del Consejo de Coordinación de Políticas Sociales, ni Daniel Menéndez, el líder de Barrios de Pie que es subsecretario de Políticas de Integración y Formación del ministerio de Desarrollo Social, anunciaron sus renuncias en forma pública. Para que se hagan efectivas tienen que ser aceptadas por el Presidente.
“Implica una carga y un desafío que no es compatible con la responsabilidad que asumimos al ser designados para gestionar en la función pública”, sostuvo la primera candidata del Frente de Todos.
Menéndez, concretará su salida cuando asuma Zabaleta, pero también anunció su renuncia. “Es lógico y es un mensaje ético que nos pone como lo que somos, servidores públicos. El esfuerzo de llevar el mensaje del Gobierno y de discutir de cara a la sociedad hace incompatible ejercer la función pública”, resaltó.
En el caso del Secretario de Obras Públicas de la Nación, Martín Gill, y el titular del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), Enrique Cresto, pusieron sus renuncias a disposición del Gobierno. El primero competirá como primer candidato a diputado nacional por Córdoba, mientras que el segundo se candidatea como legislador por Entre Ríos. Mientras tanto fijaron la delegación de sus firmas a partir del 17 de agosto, ya que el 18 arranca la campaña, según marca el calendario electoral. De todas formas, podrían irse antes de esa fecha.
Estos cambios son coletazos del cierre de lista, pero no son los únicos que se llevarán adelante en el Gabinete. Desde hace tiempo en el Gobierno se analizan modificaciones en el esquema de ministros. Esos movimientos serían después de las elecciones, pero aún no hay un plan de acción que esté definido. El problema más complejo es encontrar el equilibrio de las fuerzas internas.
Hay una lista de ministros apuntados desde los diferentes sectores de la coalición. Su suerte no está definida, pero sus sillas no están aseguradas. En ese listado aparecen el ministro de Producción, Matías Kulfas; el de Medio Ambiente, Juan Cabandié; el de Trabajo, Claudio Moroni; y el canciller Felipe Solá. Nombres que dan vueltas en los despachos de la Casa Rosada y que parece ya no tener el sostén del inicio de la gestión.
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