Mariano Cascallares (Almirante Brown), Carlos Puglielli (San Andrés de Giles), Walter Torchio (Carlos Casares), Facundo Castelli (Puan), Alberto Gelené (Las Flores), Claudio Rossi (Rojas) o Ricardo Alessandro (Salto), son algunos de los intendentes de la provincia de Buenos Aires que en estas elecciones integran una lista legislativa y podrán migrar de sus despachos ejecutivos. Antes, deberán pedir licencia y esa acción, creen en el grupo de intendentes, podría ser la llave para garantizar que en 2023 los jefes comunales oficialistas y opositores puedan volver a presentarse como candidatos pese a estar cumpliendo dos mandatos consecutivos. Es una de las discusiones políticas que se darán de acá a diciembre en la provincia de Buenos Aires.
El cierre de listas abrió un nuevo horizonte. El plan de tomarse licencia a partir de diciembre empezó a correr entre jefes comunales, aunque muchos de ellos reconocen que no forma parte de la agenda actual ese tema y que la salida tiene que ser política y en acuerdo entre oficialismo y oposición
¿Una derogación de la ley que limita el período de gobierno a dos mandatos? Es muy difícil. En el peronismo esperan señales de Máximo Kirchner. En La Cámpora, que votó en contra de la ley cuando se discutió en 2016 en la Legislatura, aseguran que ellos siguen en contra de esa norma, pero hasta el momento no hubo acciones concretas con la ley ya vigente.
Ante la consulta de Infobae, un dirigente peronista de la Tercera sección electoral aseguró que el camino más simple es hacer una presentación judicial poniendo la lupa en la retroactividad de la ley. Es que la norma, votada en agosto de 2016, toma como primer mandato de gobierno el período 2015-2019. La estrategia que se empieza a repetir es que la posible presentación judicial considere como primer mandato el período 2019-2023. Deberían tener el aval de Justicia.
Este plan también tendría el visto bueno de los intendentes opositores. En total son 95 intendentas e intendentes que de no haber modificación alguna en diciembre del 2023 deberán dejar el municipio. Hay oficialistas de peso político y electoral como Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Fernando Gray (Esteban Echevarría), Gustavo Menéndez (Merlo) o Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) y también opositores como Julio Garro (La Plata), Jorge Macri (Vicente López) o Gustavo Posse (San Isidro), entre otros.
Las posiciones difieren. Hay intendentes que han construido o vienen construyendo sucesores o sucesoras en un esquema de intercambio que no ven con malos ojos el recambio de gestión. Por ejemplo, en Lanús, el intendente Néstor Grindetti no tendrá posibilidades de ir por otro mandato, pero viene trabajando en una sucesión -si es electo, claro- con el jefe de gabinete local y secretario de Seguridad, Diego Kravetz. Hay otros casos donde el personalismo fue tan grande que por ahora no hay señales de quien puede llegar a ser candidato o candidata en 2023.
Por eso, en el oficialismo al menos, la apuesta es que con los cambios que se vienen en las distintas esferas gubernamentales se abra la posibilidad de ocupar nuevos lugares, pedir licencias en las municipalidades y volver, si hiciera falta, en 2023.
Uno de los intendentes que en este cierre de listas tomó protagonismo fue el de Hurlingham, Juan Zabaleta. Luego de amagar con una primaria con él como precandidato a concejal ante la posibilidad de que La Cámpora le abriera una interna, ahora suena como eventual remplazo del ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo. De darse ese escenario y pedir licencia, podría volver a presentarse ya que no se le computaría un mandato entero de gobierno. Es un intendente cercano al presidente Alberto Fernández.
“En la Provincia tenemos muy buenos intendentes del Frente de Todos, de Juntos por el Cambio y vecinalistas que sería una pérdida que no puedan seguir. Hoy, igualmente, no está ni cerca de la agenda este tema”, asegura un legislador provincial con llegada a los intendentes.
Hay varios intendentes que quieren ir a fondo contra la ley como el de Ensenada, Mario Secco. Electo y reelecto consecutivamente desde 2003, el jefe comunal había advertido tiempo atrás que “la reforma fue para limitar a aquellos intendentes que tienen un poderío territorial en votos tremendo. Más allá de que yo siga o no, esto fue un error tremendo. Macri también tenía la posibilidad de ser reelecto y la gente le pegó una patada en el traste. Lo mismo el intendente de Berisso que perdió como perro”.
El presidente había dado algunas señales de que estaba en contra de la norma que fue votada en un acuerdo político entre el Frente Renovador, Cambiemos y un grupo de peronistas que habilitó el quórum en aquella sesión en la Legislatura bonaerense.
Luego de un acto en Avellaneda a fin del año pasado, Fernández reunió al grueso de los intendentes peronistas del conurbano y aseguró: " Cuando un intendente es elegido dos o tres veces, es porque los vecinos lo votan y quieren que siga siendo intendente. Y nosotros no podemos ir en contra de la voluntad popular”. Fue aplaudido.
Hasta el momento, el ejecutivo provincial no se subió a esa discusión. Cerca del gobernador Axel Kicillof han deslizado que era un tema de los intendentes y que deberán subsanarlo en la Legislatura. Aunque si el plan, efectivamente, es modificar la norma y buscar el camino para que jefes comunales puedan ir por un período, en el Ejecutivo bonaerense acompañarán.
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