El rumor se arrastraba hacía varios días, y se concretó esta noche. El intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, del círculo más estrecho de Alberto Fernández, quien viene de enfrentar a La Cámpora en la interna municipal, será el reemplazante del ministro Daniel Arroyo en Desarrollo Social. Se hará cargo de una de las carteras más calientes, que ostenta también una de las cajas más abultadas del Estado nacional. Así lo confirmaron fuentes de la Casa Rosada a Infobae.
La salida de Arroyo se conoció el fin de semana, cuando se confirmaron las versiones sobre la candidatura del ministro para las PASO en la lista por la Provincia de Buenos Aires. Hasta último minuto no se sabía a ciencia cierta si el titular de la cartera seguiría en su cargo, después del fuerte desgaste al que se había visto sometido durante la pandemia en medio de la crisis económica, entre presiones que llegaban a su despacho desde La Cámpora y las filas de los movimientos sociales, que apuntaban en su contra por la gestión de las ayudas sociales. Durante su administración enfrentó innumerables marchas de partidos de izquierda pero también de organizaciones ligadas al Gobierno, como Movimiento Evita, que se repetían a diario en el centro porteño.
Después de varias idas y vueltas sobre su postulación, el sábado, algunas horas antes de la inscripción de candidatos, Arroyo se presentó en la Casa Rosada, donde se celebraba la firma de actas, y estampó su nombre en la nómina bonaerense. Le dieron un lugar relegado, en el doceavo puesto de una lista donde se proyecta que el oficialismo obtenga como máximo 17 bancas. Su plan de quedarse en el ministerio durante la postpandemia para impulsar reformas de los planes sociales para orientarlas al trabajo, como planteaba desde que asumió al mando, quedó frustrado.
Una vez confirmada su candidatura, sobrevinieron nuevas dudas, esta vez, sobre la fecha de partida del ministro. En la Casa Rosada algunas fuentes deslizaban que se quedaría hasta cerca de asumir su banca en Diputados, en diciembre; otras auguraban que su salida se precipitaría antes del comienzo formal de la campaña, porque veían incompatibles las dos tareas. Finalmente se definió lo segundo.
La otra incógnita era sobre su reemplazo. El nombre de Zabaleta empezó a escucharse hace semanas. Intendente de la poblada primera sección electoral bonaerense, el jefe municipal forma parte del círculo de confianza del Presidente, visita seguido la Casa Rosada y Olivos, es su pata en el territorio bonaerense que maneja con cada vez más preponderancia Cristina Kirchner, y tiene experiencia en la gestión.
En la previa del cierre de listas, su figura había quedado descartada, cuando se dio a conocer que el jefe comunal competiría en las legislativas bonaerenses en la única interna de la Provincia, que se avizoraba feroz, con La Cámpora.
El intendente del noroeste bonaerense fue uno de los pocos que enfrentaron, en el conflictivo diseño de las nóminas de candidatos, al líder de la organización kirchnerista, Máximo Kirchner. Pero mediante frenéticas negociaciones entre los popes del PJ y “la orga”, hace dos días hubo una tregua. Zabaleta bajó su candidatura, y quien sería su principal contrincante, Martín Rodríguez, número dos del PAMI, hizo lo propio, en pos de una lista de unidad. Así, la figura de Zabaleta quedó “liberada” y se retomó el plan de que fuera al Gabinete.
También se escuchaba en los pasillos, como una posibilidad factible, que heredara el lugar de Arroyo el ministro de Desarrollo Comunitario de Axel Kicillof, Andrés “Cuervo” Larroque. Dirigente camporista de la primera hora, su nombre se mantuvo como opción hasta último momento. Su llegada hubiera sido leída como un avance de Cristina Kirchner sobre el Gabinete y el Presidente terminó descartándola.
Tras la confirmación de la salida de Arroyo, y con Zabaleta “disponible”, esta noche se terminó de confirmar que sea el intendente quien asuma al frente de Desarrollo Social. Alberto Fernández lo definió desde Perú, donde se encuentra desde el martes en plena rosca diplomática por la ceremonia de asunción del flamante primer mandatario Pedro Castillo. El reemplazo estaba decidido desde antes del viaje. En un comienzo se creía que la confirmación se produciría a su regreso, entre mañana y el viernes. Pero la decisión se apuró en las últimas horas, entre especulaciones sobre presiones de otros sectores para hacerse cargo de esa cartera.
Esta noche también se confirmó la salida del titular de Defensa, Agustín Rossi, aunque en un contexto aún más caliente. El ministro presentó una lista propia por fuera de la nómina que acordaron el gobernador Omar Perotti con Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner para las elecciones de diputados y senadores en Santa Fe. Después de varios días de presiones del Gobierno para que diera de baja sus pretensiones electorales -en la Casa Rosada lo asociaban esa decisión directamente con su permanencia en el Gabinete-, hoy el Presidente confirmó en una entrevista con C5N que finalmente no competirá.
Ya se avizoran conflictos con los movimientos sociales afines al Gobierno, que se sintieron relegados del armado de listas -lograron colar pocos candidatos en las nóminas nacionales y bonaerenses- y ejercen presión desde hace meses para que la Casa Rosada amplíe las erogaciones sociales a un mayor porcentaje del PBI y oriente las políticas públicas a retribuciones laborales. Algunos sectores bregan por la implementación de un plan de “salario universal”, un tema sobre el que circulan distintos borradores, sobre el cual no hubo ninguna definición concreta de parte del Gobierno.
Para el 7 de agosto, Día de San Cayetano, patrón del Trabajo, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep) prepara una marcha masiva donde uno de los principales reclamos será justamente que se aplique un programa similar al de la renta básica universal. Cuando comenzaron los preparativos para esa manifestación, Arroyo aún era ministro y no estaba previsto que dejara su silla. Ahora será Zabaleta quien se pondrá al frente de la cartera encargada de ordenar los reclamos sociales en medio de una crisis inédita, dos meses antes de las elecciones.
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