En el gobierno nacional se viven horas de tensión como consecuencia de una interna no resuelta en la provincia de Santa Fe. El presidente Alberto Fernández espera que antes de la medianoche del miércoles el ministro de Defensa, Agustín Rossi, baje su candidatura a senador nacional para contribuir a la unidad del Frente de Todos en una provincia clave en términos electorales. Mañana se vence el plazo para poder dar de baja las listas o candidaturas en la justicia electoral.
Tal como adelantó Infobae ayer, el Jefe de Estado le pidió a Rossi que decline su candidatura y el ministro decidió continuar con su idea de jugar en estos comicios. El malestar fue aumentando con el paso de las horas y en la Casa Rosada esperan que antes de que termine el día el ministro resuelva anular su participación en las próximas elecciones.
Desde hace 48 horas el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, intenta convencer a Rossi que decline su postura y baje la candidatura. El “Chivo” mantiene la convicción de competir en las PASO frente a la lista que acordaron el gobernador Omar Perotti y la vicepresidenta Cristina Kirchner, que contó con el avala del Jefe de Estado.
Esa lista lleva al periodista deportivo Marcelo Lewandowski como primer candidato a senador nacional y a María de los Ángeles Sacnun como segunda. Fernández entiende que Rossi, al que había propuesto como candidato en el comienzo de las negociaciones antes del cierre de listas, debe dar un paso al costado solo y terminar con el conflicto.
En el caso de que Rossi no lo haga, en la Casa Rosada asumen que deberán tomar una medida frente al desacato del ministro. “Si no se baja implica que desautoriza el pedido que le está haciendo el Presidente”, resaltó a Infobae un funcionario de trato diario con Fernández. Entienden que la única forma de responder a esa desautorización es desplazar a Rossi de su cargo.
Desde el entorno del ministro aclaran que la discusión está terminada y que no hay ningún tipo de tensión en la relación que los une con Santiago Cafiero y Alberto Fernández. “Nos preparamos para competir. Es un tema cerrado”, indicaron a este medio durante la tarde del martes.
En el rossismo no cayó bien el mensaje enviado por el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, a través de una declaración pública. “Lamento que el ejemplo de Cristina (Kirchner) de priorizar el interés colectivo por sobre los individuales no haya llegado a todos los dirigentes”, le dijo De Pedro a Iván Schargrodsky en su columna #offtherecords que se publica en el sitio Cenital.
El mensaje del ministro del Interior es el mensaje de Cristina Kirchner, quien el último viernes negoció con Perotti el cierre de la lista en Santa Fe. Es claro y contundente el pedido para que se baje. Rossi pretende no entrar en un contrapunto político y decidió que no va a responder el mensaje de De Pedro. Está concentrado en su ministerio y en ver cómo diseñará la campaña electoral.
Incluso, no entienden porqué tomó tanto volumen la discusión por su decisión de competir en unas PASO frente a la lista del gobernador santafecino. “En los últimos años hubo internas en Santa Fe y no pasó nada”, reflexionó en las últimas horas frente a sus íntimos.
En el corazón del Gobierno reconocen que Rossi intentó cerrar una lista de unidad en la que tuviera participación él o alguno de sus socios, y que Perotti bloqueó su llegada. “Omar se quiso cargar al rossismo en un cierre de listas y nos metió en un problema a todos”, explicó un funcionario con despacho en Balcarce 50.
Rossi hizo tres propuestas concretas para tratar de cerrar una lista de unidad. La primera fue encabezar la lista de senadores, la segunda hacer lo mismo con la diputados y la tercera que su socia política, la vicegobernadora Alejandra Rodenas, sea quien encabece la lista de diputados. Perotti descartó todas las opciones e hizo valer su peso político como gobernador.
Frente a esa postura, el “Chivo” decidió competir en las PASO. Entendió que lo quisieron borrar del mapa electoral y que ni siquiera y trataron de buscar un acuerdo con él para cerrar una lista de unidad. Lo sintió como una proscripción.
Cuando Cafiero y Perotti se sentaron en el primer piso de la Casa Rosada cinco días atrás, el Jefe de Gabinete puso sobre la mesa la idea de que Rossi sea el candidato a senador. ¿El motivo? “Es el que mejor medía en las encuestas”, sostienen en el Gobierno. En ese cara a cara Perotti dijo que no quería a Rossi en la boleta. Lo definió como un candidato perdedor. En definitiva, cree que su presencia lo puede arrastrar a una derrota en la contienda frente al socialismo y Juntos por el Cambio.
Perotti avanzó con su idea y cerró la negociación con Cristina Kirchner, el viernes, en el Senado. Luego le comunicó al Presidente el acuerdo que habían alcanzado. El cierre lo benefició. La cabeza de la lista de senadores (Lewandowski) y la de diputados (Roberto Mirabella) responden a él. La segunda senadora es una cristinista pura impulsada por la Vicepresidenta.
En tanto, Rossi hizo tres propuestas concretas para tratar de cerrar una lista de unidad. La primera fue encabezar la lista de senadores, la segunda hacer lo mismo con la diputados y la tercera que su socia política, la vicegobernadora Alejandra Rodenas, sea quien encabece la lista de diputados. Ninguna de las tres fue convalidada por Omar Perotti y el gobierno nacional.
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