Este martes el Gobierno Nacional, en conjunto con las provincias, ultimará detalles para comenzar a vacunar adolescentes. La prioridad la tendrán los menores de 18 años con comorbilidades a los cuales se les aplicarán las dosis de Moderna donadas por Estados Unidos.
El anuncio lo hizo el propio Poder Ejecutivo el pasado viernes luego de que el Comité de Medicamentos Humanos (CHMP) de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) recomendó otorgar la extensión de autorización de uso de emergencia de la vacuna Moderna Spikevax contra el COVID-19 a personas de entre 12 y 17 años.
El alcance del plan para comenzar a aplicar los inoculantes en los menores de edad será definido mañana en la reunión del Consejo Federal de Salud que encabezará el Ministerio de Salud junto con los ministros de las 24 jurisdicciones. La prioridad serán aquellos menores de 18 años con comorbilidades. En ese sentido, los factores de riesgo que evaluarán incorporar los funcionarios de las carteras de Salud pertenecen a enfermedades cardíacas, neurológicas, renales, respiratorias, obesidad, algunos tipos de discapacidad y “otras condiciones de vulnerabilidad” que serán analizadas en el mismo encuentro, se adelantó días atrás.
La semana pasada el Gobierno de Axel Kicillof abrió la inscripción para menores de entre 13 y 17 años. Según informaron desde la administración bonaerense mañana se habilitará para los niños de 12 años que, a diferencia de los de 13 a 17, al momento de anotarse, los padres tendrán que completar una declaración jurada, que podrán descargar del sitio web www.vacunatepba.gba.gob.ar, y luego llevar firmada el día de la vacunación.
En el Gobierno Nacional estiman que el universo de adolescentes con las patologías mencionadas podría llegar a 900 mil. En efecto se requeriría al menos 1.800.000 dosis. En Argentina permanecen guardadas en el centro logístico de Andreani 3.500.000 vacunas de Moderna donadas por Estados Unidos. Justamente, el Ministerio de Salud decidió mantenerlas en reserva para destinarlas a los menores de 18 años una vez que se oficializara su aprobación.
La mencionada compañía estadounidense presentó los estudios de Fase III y la documentación requerida para obtener la autorización de emergencia en adolescentes tanto en la EMA como en la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA). La vacuna cuenta con ARN mensajero (ARNm), una molécula que lleva instrucciones para producir la proteína Spike presente en el SARS-CoV-2 causante de la enfermedad COVID-19, con el objetivo de preparar al cuerpo para defenderse en caso de estar en contacto con el virus.
Los efectos secundarios más comunes en adolescente de 12 a 17 años fueron similares a los de las personas de 18 años o más e incluyen dolor e hinchazón en el lugar de la inyección, cansancio, dolor de cabeza, dolor muscular y articular, agrandamiento de los ganglios linfáticos, escalofríos, náuseas, vómitos y fiebre. Estos efectos suelen ser leves o moderados y mejoran a los pocos días de la vacunación.
Los estudios presentados al Comité de Medicamentos Humanos de la EMA permitieron elevar un dictamen positivo vinculante recomendando la vacuna en adolescentes, especialmente en aquellos que presentan mayor probabilidad de desarrollar formas graves de la enfermedad dado que los beneficios superan los riesgos, explicaron desde el Gobierno.
Además, la vacuna Moderna fue 100% efectiva contra la variante Alfa del coronavirus, que había sido detectada en septiembre del año pasado en el Reino Unido. También se descubrió que es 96% efectiva contra la variante Beta a los 14 días de la aplicación de la segunda dosis, según un estudio publicado semanas atrás en la revista especializada Nature Medicine.
La desventaja que presenta es que al estar envuelta en una cápsula protectora de lípido debe almacenarse a muy baja temperatura porque el ARN es frágil. La vacuna de Moderna se almacena a -20 °C, lo que requerirá el mantenimiento de la cadena de frío desde la fábrica hasta los centros de vacunación.
Con la decisión de proceder a inmunizar a los menores de edad, Argentina se sumó a los pocos países que iniciaron esta estrategia como Estados Unidos, Canadá, China, Chile, Israel, Alemania, Francia, Italia, Hungría, Polonia, Rumania, Singapur y Dubái.
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