Luego de semanas de especulaciones, se confirmaron los principales referentes de las dos fuerzas políticas más importantes. Serán ellos los que marquen el ritmo de la próxima campaña. Aunque en una primera instancia todos presentan diferencias, hay algo que los une y es una gran capacidad para moverse en los estudios televisivos y en las redes sociales. La decisión parece simple, en un mundo pandémico la campaña se va a jugar en los medios más que nunca.
En la Ciudad el oficialismo lo encarna Juntos por el Cambio y su principal figura será María Eugenia Vidal, quien volvió de la provincia de Buenos Aires para ser la cabeza de la lista de diputados del PRO, la UCR y la CC. En este distrito, la competencia del Frente de Todos estará representa por Leandro Santoro.
Vidal tiene una ventaja y una desventaja, por lo menos así la leen los analistas. La ventaja es su alto nivel de conocimiento en la sociedad, viene de ser gobernadora de la provincia de Buenos Aires en la gestión Cambiemos por lo que no hace falta presentarla. La desventaja es que viene de perder una elección y que el cambio de distrito enojó a los seguidores más duros del PRO, a los que deberá volver a enamorar.
Su referente dentro del espacio es Horacio Rodríguez Larreta. Y aunque era conocida la relación entre los dos dirigentes, la definición de dónde jugaría no hizo más que resaltar esa relación. Vidal desoyó los pedidos de Mauricio Macri, el máximo referente del PRO, para que se postule en la provincia y siguió los consejos del alcalde.
En la boleta que buscará destronar al PRO en la Ciudad estará en letra grande el apellido Santoro. De crianza y militancia radical, el legislador porteño suele decir que su líder político es Raúl Alfonsín y que admira a Cristina Kirchner. Pegó el salto al kirchnerismo en 2015 y desde ese momento se convirtió en una de las espadas mediáticas del sector.
Esta será su tercera postulación en el kirchnerismo. En 2015 fue candidato a vicejefe de gobierno detrás de Mariano Recalde, en 2017 a legislador porteño y ahora a diputado nacional.
Con buena relación con Alberto Fernández y con Cristina Fernández de Kirchner suele cosechar críticas de ciertos sectores de La Campora por su pasado radical y por -según dicen- cierta tendencia a “jugar para él”.
En la provincia de Buenos Aires, lo que siempre en las elecciones locales se llama la “madre de todas las batallas”, la contienda de cara a las PASO tiene tres nombres que concentrarán las luces.
El primero es el candidato del PRO, Diego Santilli. El “colorado” es uno de los políticos más hábiles que dejaron los 90. De comienzos peronistas, se le reconoce su capacidad y su “cintura política”. Referenciado dentro del PRO en Larreta, el dueño de la lapicera en esta elección, Santilli integró Compromiso por el Cambio, la primera agrupación de Macri y fue ocupando diferentes estructuras dentro de la Ciudad.
El “colo” deberá ganarle al “doctor” Facundo Manes, el neurocientífico que es una referencia en la Argentina y que recién ahora se lanza a la arena política en el partido en el que milita su hermano, la Unión Cívica Radical. Manes venía siendo tentado por el radicalismo desde hace tiempo y fue ahora de la mano de Martín Lousteau y de Alfredo Cornejo que lo convencieron para participar activamente.
Como dicen en el radicalismo, cuenta con la ventaja de no tener que explicar nada de su pasado y como dicen en el PRO tiene la desventaja de no tener experiencia de gestión -a pesar de que la disputa es por un cargo legislativo-. Con aspiraciones presidenciales, Manes hasta ahora tiene títulos académicos y laborales pero ninguno político.
Una vez resuelta la interna entre Santilli y Manes, quien se imponga deberá enfrenar a la candida del oficialismo: Victoria Tolosa Paz, concejal de La Plata y Secretaria Ejecutiva del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales.
La esposa del empresario peronista José Pepe Albistur fue la elegida por Alberto Fernández y goza del cariño de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Con más de 20 años de militancia en el peronismo, Tolosa Paz, al igual que Santoro, no suele tener inconvenientes en visitar los estudios de televisión en donde la crítica al gobierno concentra buena parte de la programación.
SEGUIR LEYENDO: