El presidente Alberto Fernández tiene pensado viajar el miércoles 28 de julio a Lima, la capital de Perú, para participar de la asunción del nuevo presidente de ese país, Pedro Castillo.
El jefe de Estado argentino se había anticipado a felicitar a Castillo por el triunfo en las elecciones en las que en balotaje derrotó a Keiko Fujimori el 10 de junio, en su cuenta de Twitter. Y esta mañana repitió el mensaje en la red social.
Por el contexto de pandemia y la campaña en la Argentina, todavía no se sabe cuándo viajaría y quiénes integrarán su comitiva aunque es muy probable que lo haga junto al canciller Felipe Solá y algunos otros miembros del Gabinete nacional.
Fernández ve en Castillo, maestro de profesión y autodenominado marxista leninista, a un potencial aliado en Sudamérica. El mandatario argentino se había precipitado a saludar su victoria apenas 4 días después del balotaje peruano, cuando todavía no estaban firmes los números de la elección.
Junto a otros políticos de la región como Evo Morales y Dilma Rousseff, más diplomáticos en funciones, legisladores y ex cancilleres, el 28 de junio a través de una videoconferencia, el Presidente argentino le había expresado su apoyo ante las demoras en la confirmación de su victoria electoral.
“Perú ha votado, ha decidido, y lo que debemos preservar es que la decisión de los peruanos sea respetada, es lo que más debe preocuparnos como continente”, exhortó Fernández en su intervención en aquella oportunidad. Fernando Lugo (Paraguay), Ernesto Samper (Colombia), Manuel Zelaya (Honduras) y Leonel Fernández (República Dominicana), entre otros dirigentes de América Latina, escucharon al mandatario argentino quien agregó que “la Unión Europea, la Copppal (Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina), el Mercosur, la misma OEA, han hablado de la transparencia y la cristalinidad con que todo ese proceso se celebró”.
Recientemente, Alberto Fernández obtuvo el apoyo de Castillo en las elecciones que se realizaron en el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) para que votara a favor del candidato argentino a la presidencia de esa entidad, Christian Asinelli. Finalmente Perú estuvo representado por un delegado del gobierno saliente, Argentina impugnó ese voto, pero el cargo quedó en manos del colombiano Sergio Díaz Granados.
La proclamación de Castillo, candidato por el partido Perú Libre, se confirmó recién ayer lunes. Su adversaria en el balotaje del domingo 6 de junio había denunciado irregularidades y por eso la confirmación tardó en llegar. El escrutinio definitivo del 100% de las actas hecho por el órgano electoral (ONPE) dio el triunfo a Castillo con el 50,12% de los votos frente al 49,87% de Fujimori, quien venía argumentando que había existido un supuesto “fraude”, sin aportar pruebas concluyentes, a pesar de que los observadores de la OEA, Estados Unidos y la Unión Europea afirmaron que la votación fue limpia.
La asunción de Castillo, el miércoles 28, coincidirá con la celebración del Bicentenario de la Independencia del Perú, última escala de la gesta libertadora del General José de San Martín. Perú festeja su independencia con las llamadas Fiestas Patrias, que abarcan tres feriados. El 28 por la Declaración de la Independencia, el 29 es el denominado Día de la Gran Parada Militar, donde las fuerzas armadas y los policías del país desfilan por las avenidas principales de la capital limeña. Y el 30 de julio, desde hace dos décadas, se festeja el Día de Acción de Gracias.
Castillo accedió al balotaje luego de transformarse en una de las sorpresas de la primera vuelta cuando obtuvo el 18% de los sufragios. Así, terminó junto a Fujimori como uno de los dos más votados en esa contienda donde compitieron seis listas.
En Perú hay una mezcla de expectativa e incertidumbre luego de que se confirmara su victoria en las elecciones. Con una prolongada militancia sindical dijo que nombrará como ministro de Economía a un asesor con credenciales de “liberal”. Cree que Venezuela tiene un “gobierno democrático”. Anunció que va a respetar las inversiones mineras. Pero les advirtió que va a hacer que “el 70% de las ganancias se quede para el país y se lleven el 30%, no al revés como es hoy”. También dijo que respetará a ultranza la libertad de prensa, pero pidió una regulación más estricta de los medios. Se expresó contrario al enfoque de género en el currículum escolar de los estudiantes, la legalización del aborto, la eutanasia y el matrimonio entre personas del mismo sexo.