Los movimientos sociales vinculados al gobierno nacional se transformaron en un poderoso motor con fuerza propia para consensuar políticas de Estado en beneficio del sector que representan, pero también para exigir y negociar.
El viernes pasado, por ejemplo, abandonaron una reunión por zoom con tres ministros de Alberto Fernández porque los marginaron en un foro en el que se debatían las posibles herramientas a aplicar para impulsar la “economía popular”. En menos de dos años, lograron obtener más beneficios para la porción de la sociedad que representan, que en los cuatro que se enfrentaron, a fuerza de piquetes, a la administración de Mauricio Macri. El líder del Frente de Todos los incorporó a su gestión desde el primer día de mandato. Un hecho, que al menos por ahora, fue capitalizado a su favor ¿Pero quiénes son? ¿Qué cargos desempeñan? ¿Qué presupuesto manejan desde el Estado?
Fernández no tiene poder territorial. Las organizaciones sociales sí. Frente a una elección de medio término, en la que el jefe de Estado necesita afirmarse en el poder, un poder que está, como mínimo, compartido por su electora, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, los dirigentes sociales ya se comprometieron a militar por su figura a lo largo y ancho de la Argentina.
Su objetivo, de aquí al 24 de noviembre, es traccionar la mayor cantidad de votos posible. Como contrapartida acordaron con el jefe de Estado intercalar en las listas de diputados nacionales, provinciales y en los consejos deliberantes, hombres y mujeres de sus espacios.
Para lograr ese objetivo, mantienen frenéticas reuniones con dirigentes de La Cámpora en territorio bonaerense, como el jefe de la bancada oficialista en la Cámara baja, Máximo Kirchner, con Andrés “Cuervo” Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad, del gobernador Axel Kicillof; con Gabriel Katopodis, ministro nacional de Obras Públicas, e intendentes como el de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, entre otros.
Esas “roscas” políticas no ocurren solo en la provincia de Buenos Aires, se repite en los restantes veintitrés distritos electorales. Algunos nombres parecen ya consensuados, como el de Daniel Menéndez, el líder de Barrios de Pie. El subsecretario de Promoción de la Economía Social y Desarrollo Local se encamina a ocupar un casillero en la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires.
Su nombre fue parte del acuerdo al que llegó con Emilio Pérsico, secretario general del Movimiento Evita y Secretario de Economía Social.
El miércoles pasado, con el apoyo de Alberto Fernández, se formalizó la unidad entre Barrios de Pie y el Movimiento Evita. “Cada vez que veo una unidad dentro de nuestro espacio lo celebro. La unidad es un programa esencial para lograr los objetivos que todavía tenemos por delante”, les dijo a través de un vídeo grabado que se difundió durante el acto celebrado en el teatro ND Ateneo y que tenía como consigna “la fuerza de la unidad”.
“Yo cuento con ustedes y ustedes saben que pueden contar conmigo”, expresó Fernández al finalizar su breve discurso.
En la práctica, la fusión se convirtió en la construcción de un nuevo espacio político, dentro del Frente de Todos, de cara a las próximas elecciones legislativas y con una clara proyección a las presidenciales de 2023.
En Santa Fe, Río Negro, Córdoba y Mendoza, también hay un principio de acuerdo para integrar las listas. Si bien los nombres aún no son públicos, para evitar “operaciones” en contra; en la provincia gobernada por el peronista Omar Perotti se perfila como otro de los precandidatos el concejal de la ciudad de Rosario Eduardo Toniolli.
“El Movimiento Evita va a ser uno de los pilares del triunfo del Frente de Todos”, expresó el edil en el último plenario de la agrupación desarrollado el 30 de junio pasado y ante la presencia de 300 dirigentes de más de 100 localidades santafecinas.
El encuentro, realizado de manera virtual, y de cara al inicio del proceso electoral, conto con la presencia e Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, otro de los referentes nacionales del Movimiento Evita y secretario de Relaciones Políticas y Parlamentarias, un área del organigrama de la jefatura de Gabinete, a cargo de Santiago Cafiero.
Por fuera de esta estructura hay que sumar al Frente Transversal Nacional y Popular, una de las organizaciones piqueteras más leales al kirchnerismo y que está conducida por Edgardo Depetri.
El ex diputado nacional, de formación marxista, es el actual subsecretario de Obras Públicas de la Nación, un área que funciona bajo el ala del ministerio de Obras Públicas de la Nación que encabeza el ex intendente de San Martín Gustavo Katopodis.
Depetri suele tener diferencias ideológicas y de metodología, por ejemplo, con Pérsico, ex militante Montonero y peronista de estrechos vínculos con el Papa Francisco, al igual que Grabois y el “Gringo” Castro.
Por su pasada vinculación con el ex presidente Néstor Kirchner, tiene una mejor relación con la ex presidenta Cristina Fernández que con Alberto Fernández.
Técnico minero de profesión, fue designado secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de Río Turbio, en Santa Cruz. Fue desde ese cargo que tejió una estrecha vinculación con el entonces gobernador Kirchner.
Depetri no es el único que suele mostrar diferencias entre los movimientos sociales. Juan Grabois, cara visible del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) ya mostró su disconformidad con el “asistencialismo” de la Tarjeta Alimentar e impulsa el salario universal.
Pérsico y Gildo Onorato, este último secretario gremial de la UTEP y dirigente del Movimiento Evita, manifestaron ante Infobae la necesidad de reemplazar planes sociales por puestos de trabajo dignos. Un hecho que aún no ocurrió, ni siquiera de manera parcial, un tema “urgente” que hiban a abordar el viernes pasado durante el segundo foro de “Economía social, economía popular y creación de trabajo” pero abandonaron la reunión virtual, de la que participaban los ministros Martín Guzmán, Matías Kulfas y Daniel Arroyo, porque limitaron de uno a siete el número de ponencias de ese sector. Solo hablaría Castro, como secretario general de la UTEP, y por solo cinco minutos.
El desaire sorprendió a todos, pero fue una manera de mostrar “que no somos el último orejón del tarro”, le dijeron a este medio. También que no están dispuestos a convalidar con su presencia actos de gobierno en los cuales no puedan discutir de igual a igual con los funcionarios las políticas que impulsan desde hace varios años.
La marcha de “Los Cayetanos”
Como se puede observar en las grillas ministeriales, varios de los dirigentes más destacados de los movimientos sociales ocupan cargos estratégicos en ministerios como Desarrollo Social, Cancillería, Jefatura de Gabinete, Economía y Obras Públicas.
Ostentan el manejo de un presupuesto de más de cien mil millones de pesos para asistencia social. A nivel nacional son unas 300.000 personas que militan y participan de manera activa en estas organizaciones que alimentan a más de dos millones de familias a través de sus merenderos, comedores y bolsones de comida que reciben del gobierno federal o las administraciones provinciales.
Alineados con Fernández desde el primer día de su presidencia, ya anunciaron que realizarán una masiva movilización en favor del jefe de estado el próximo 7 de agosto, día de San Cayetano.
La fecha elegida no es azarosa por al menos dos razones. Ese mismo día, pero de 2016, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que contiene al Movimiento Evita, al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y al Movimiento Popular La Dignidad; la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Barrios de Pie confluyeron en una multitudinaria marcha que le reclamó al entonces gobierno de Mauricio Macri, “Tierra, techo y trabajo”. Se presentaron en sociedad como “Los Cayetanos”.
Las cabezas visibles de esas organizaciones eran, y lo son aún, los mencionados Pérsico, Menéndez, Navarro, Rafael Klejzer, actual director de la Secretaría de Economía Social, el diputado nacional Juan Carlos Alderete, que forma parte del bloque del Frente de Todos; Juan Grabois y Esteban “Gringo” Castro.
La marcha partirá hacia Plaza de Mayo desde el santuario del “patrono del trabajo”, ubicado en el barrio porteño de Liniers, y ya recibió la bendición del Papa Francisco.
Uno de los organizadores le dijo a Infobae que, a pedido de la Casa Rosada, la única razón por la cual se podría suspender la marcha en apoyo al primer mandatario es si aumentan los casos diarios de coronavirus, sobre todo ante la posibilidad de circulación comunitaria de la variante Delta del COVID-19.
El segundo motivo de la marcha del 7 de agosto es político. El 12 de septiembre son las elecciones PASO con vistas a las legislativas del 14 de noviembre.
Los movimientos de izquierda
La muestra de fuerza callejera, que podría contar con una concurrencia de entre 150.000 y 200.000 personas, también pretende ser una demostración de despliegue ante las recientes protestas, cortes de calles y piquete que por estos días realizan el resto de las organizaciones sociales no alineadas con el Gobierno y que tienen su ascendente en partidos de izquierda, como el Polo Obrero, la Unión de Juventudes por el Socialismo, el FIT, el MAS y el FOL, MTL Rebelde, MBT Frente de la Resistencia, y la Organización 17 de Noviembre, entre otras.
Hay reclamos que son coincidentes en ambos sectores, como la entrega de “tierras para cultivo”. En los piquetes también se pedían otras soluciones: el reparto de mayores cantidades de bolsones de alimentos y que se regularicen sus entregas; aumento en el salario mínimo vital y móvil; Wifi, computadoras y estufas para las escuelas y que “paren los desalojos violentos en las tomas” de tierras en la provincia de Buenos Aires.
Una poderosa herramienta para hacer política
Uno de los mayores logros conquistados por los movimientos sociales fue la implementación del Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular (Renatep).
Hasta el 24 de junio pasado ya había preinscriptas 2.750.000 personas. El organismo depende del Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Daniel Arroyo, y está bajo la órbita de la secretaría de Economía Social, que conduce Pérsico.
La creación del Renatep fue impulsada por los movimientos que integran la Unión de Trabajadores de la Economía Popular. Su secretario general es Esteban “Gringo” Castro, otro de los referentes del Movimiento Evita. Su directora es la socióloga Sonia Lombardo, integrante de la misma agrupación.
El principal programa al que se accede al inscribirse en el Renatep es “Potenciar Trabajo”. Está destinado a brindar inclusión laboral, sobre todo a los trabajadores de la economía popular, y favorecer el acceso al crédito no bancario.
Solo a través de ese programa, entre enero del año pasado y enero de 2021, el gobierno de Fernández le destinó $82.705.119.547.
Junto a la Tarjeta Alimentar, “Potenciar Trabajo” es uno de los principales programas de la cartera de Arroyo que cuenta con millonarios fondos para destinar a un amplio sector de la sociedad golpeada por la crisis económica del país que se agigantó con las restricciones impuestas en 2020 por el gobierno nacional durante el aislamiento social por la pandemia del coronavirus.
Según los últimos balances a los que accedió Infobae, entre el primer mes de 2020 y febrero de este año, el gobierno del Frente de Todos, destinó $131.826.220.932 al Plan Nacional Argentina Contra el Hambre (PNACH). De ese total, $113.057.865.000 se vehiculizó a través de la Tarjeta Alimentar. Los restantes $18.768.355.932 corresponden a otros programas que entregan víveres a los sectores más vulnerables de la sociedad.
De ese último monto, casi $10 mil millones fueron manejados por las organizaciones sociales que también manejan Potenciar Trabajo. Es decir que entre el año pasado y el comienzo de este, administraron casi $100 mil millones.
La mayoría de las organizaciones sociales que se movilizarán el 7 de agosto para apoyar a Alberto Fernández, están agrupadas en la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), la misma que comanda el “Gringo” Castro.
¿Pero quiénes son sus integrantes? De las que tienen desarrollo nacional las más importantes son el Movimiento Evita, Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa, Movimiento Popular la Dignidad, Movimiento Trabajadores Excluidos (MTE), Frente Popular Darío Santillán, Pueblo Unido, Frente 22 de Agosto, CTD Aníbal Verón, Martin Fierro, Octubres, Movimiento Unidad Popular, Coordinadora 25 de Mayo, Vía Campesina, Federación Nacional Campesina, Organización los Pibes, Organizaciones Libres del Pueblo, Movimiento Territorial de Liberación (MTL), Nuestra América, Movimiento Unidad Popular (MUP), Frente Desocupados Eva Perón, Federación de Organizaciones de Base y FARCO, el Foro Argentino de Radios Comunitarias.
De la lectura completa de las organizaciones que integran la UTEP se comprende el poder territorial y de presión que tienen.
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