“Hoy, con el kirchnerismo que amenaza sobre las instituciones, las PASO son un riesgo que no vale la pena tomar”. Lo dijo Jorge Macri a Infobae apenas pocas horas después de su decisión de bajarse de la interna contra Diego Santilli en la Provincia de Buenos Aires. Fue un gesto pacificador, pero cuando habló de “no imponer candidaturas” resulta obvio que se trata de una alusión a Horacio Rodríguez Larreta, quien terminó ubicando al vicejefe porteño como primero en la lista bonaerense de diputados, algo a lo que se resistía el intendente de Vicente López y jefe provincial del PRO.
Al jefe de Gobierno le demandó una dura tarea de persuasión convencerlo de que Santilli era el mejor candidato de Juntos por el Cambio en Provincia porque así lo indicaban los sondeos de opinión. Jorge Macri no está tan convencido: “Si jugamos el juego de las encuestas, estamos fritos. La política está para otra cosa, para resolver problemas, no para luchas de egos o para ver quién tiene la mejor encuesta. Además, las encuestas se equivocan mucho últimamente”.
También se nota que algo se quebró en su relación con el resto de los intendentes del PRO del Grupo Dorrego, que pasaron de rechazar como él un desembarco en Provincia de un porteño a terminar abrazados a un “extranjero” como Santilli. “En la vida muchas veces estamos en momentos en los que tenemos una tensión entre convicción y conveniencia, y cada una opta por lo que puede en cada momento”, sostuvo el jefe comunal.
Para Jorge Macri, como explicó en la entrevista con Infobae, su actitud apuntó a no generar divisiones, pero advirtió que todavía no hará campaña por el vicejefe porteño porque espera por parte de Santilli o del radical Facundo Manes gestos como el que tuvo él que contribuyan a una lista de unidad para enfrentar al kirchnerismo. Y advirtió: “Acá no están en juego las candidaturas de 2023, sino lo que le pasa a la gente. Y la gente nos va a reclamar mucho si por haber decidido un mal método para definir quién es primero y quién es tercero en la lista de candidatos nos terminamos peleando”.
-¿Por qué decidió bajarse de su candidatura a diputado luego de oponerse a apoyar a Santilli?
-Porque me parece que no tenemos que dividir el espacio. Y si bien una PASO es un mecanismo que a veces suena atractivo, es alto el riesgo de que eso se transforme en una división en Provincia. Nunca hay que dar por sentado la unidad sino que hay que trabajarla todos los días, y obligar a una competencia en todos los municipios, inclusive en aquellos en donde la UCR, el PRO, la Coalición Cívica y el peronismo están integrados en los gabinetes, me parece un riesgo muy alto. Si esa división después se transforma en bloques separados, puede ser muy bien aprovechada por el kirchnerismo, que quiere hacer en la Provincia lo mismo que plantea en la Nación: ir por todo.
-¿Qué pasó en las cuatro reuniones que tuvo con Rodríguez Larreta para que cambiara de opinión? ¿Sigue creyendo que el mejor candidato para encabezar la lista en Provincia es alguien del distrito bonaerense?
-La postura de que un bonaerense tiene que ser candidato es una postura mía y otros pueden tener otra. Es un deseo, un camino y un trabajo en el que hay que seguir persistiendo, pero tampoco es una verdad absoluta. Igual, a esta altura, no siento que sea relevante discutir que sea o no un bonaerense, sino que lo relevante es que no nos dividamos. Hablo todos los días con intendentes y acabo de terminar de responder mensajes en un chat que tenemos en el foro de intendentes, donde son 58 y hay radicales, vecinalistas, peronistas y del PRO: hay mucha preocupación porque cuando dos candidatos nacionales compiten y deciden a ir a una PASO, eso obliga a que haya competencia en todos los municipios, y pone en riesgo una unidad relevante que es la del Senado de la provincia de Buenos Aires, que es el lugar donde se definen los pliegos de los jueces, mientras la Suprema Corte provincial tiene tres asientos vacantes y hubo intentos del gobierno bonaerense de tratar de llevarse puesto al Procurador. Nos arriesgamos por algo que es muy menor: quién es uno y quién es tres en la lista. Pero esta no es una PASO para el Ejecutivo, donde el que gana es gobernador, presidente o intendente y el otro nada. Acá, dentro de 60 días, si competimos en una PASO, uno va a ser uno y el otro va a ser tres (habla de Santilli y Manes) y los dos van a tener el mismo trabajo, que es ser diputados.
-¿Existe alguna posibilidad de que usted sea candidato en alguna de las listas?
-Únicamente sería candidato en lista de unidad. No voy a reforzar la idea de la división.
-Para llegar a esa unidad, ¿qué tipo de gestos debe haber?
-Alguien tiene que decidir ser el tercero para que el otro sea el primero. Yo ya hice ese gesto. En la vida uno puede pedir lo mismo que está dispuesto a dar. Yo ya di. Por eso pido. Después pueden no recoger el guante, pero me preocupa mucho porque uno a veces sabe dónde empieza… (se frena). Hay una frase que dice: “Cuando soltás los perros de la guerra, después, cuando los llamás, no vuelven”. Los dos son buenos candidatos, nos pueden representar muy bien, pueden trabajar muy bien en la Cámara de Diputado, son diferentes, se complementan, pueden tener la misma figuración en la boleta, el mismo tamaño de su nombre y estar juntos en la foto. Todo eso se puede acordar. ¿Es tan relevante quién es uno y quién es tres? Creo que no.
-¿A esto se llegó por la decisión de María Eugenia Vidal de no competir en Provincia? ¿Usted cree que ella era la mejor candidata?
-Sí, evidentemente, pero la respeto. Es una cuestión personal. Ser candidato, así como no serlo, es una decisión personal que todos tenemos derecho a tomar y que debemos respetar, pero claro que con ella de candidata hubiera sido más fácil.
-¿Si su decisión la hubiera tomado antes les habría dado tiempo de rearmarse de otra forma en la Provincia?
-Puede ser. El tiempo fue una variable que nos jugó en contra, pero ya está. Hay que mirar para adelante. Hoy tenemos que administrar este desafío, no de unidad, sino de no dividirnos. En esto no quiero hablar desde la mirada positiva porque me preocupa el riesgo grande de una división. Es mucho lo que está en juego. Hagamos un poquito de memoria: en 2015, Cambiemos fue una PASO nacional donde había tres candidatos a presidente, Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió, pero todos acordaron tener una única gobernadora. ¿Por qué? Porque la Provincia es difícil y si te dividís en este distrito es casi una tarea imposible que te vaya bien. En esa misma elección nosotros ganamos y el kirchnerismo, que se dividió entre Aníbal Fernández y Julián Dominguez, perdió. Pero ellos aprendieron y no se dividieron más. Parece que nosotros no hubiéramos aprendido.
-¿Se sintió desafiado como presidente del PRO bonaerense por haberse quedado solo en su rechazo a Santilli mientras sus colegas del Grupo Dorrego, que pensaban lo mismo que usted, finalmente apoyaron la candidatura del vicejefe porteño?
-No, para nada. El Grupo Dorrego está integrado por 18 intendentes y creo que cinco fueron a esa foto (se refiere a una reunión de algunos jefes comunales del PRO con Rodríguez Larreta y Santilli). Para mí es tan importante un intendente de Pinamar como el de Lanús, el de Patagones o el de Mar del Plata. Ser intendente merece el mismo respeto, no importa el tamaño de la ciudad que gobierne. Pero en la vida muchas veces estamos en momentos en los que tenemos una tensión entre convicción y conveniencia. Cada una opta por lo que puede en cada momento. No me ofendo, son posturas. No siento que haya sido en contra de mí. Creyeron que eso era lo mejor. Está bien. Hay que seguir trabajando en consolidar el mejor proyecto provincial posible.
-¿El argumento central de Rodríguez Larrea en favor de Santilli eran las encuestas favorables?
-Sí, yo tenía encuestas que a mí me daban mejor, Manes tiene encuestas que a él le dan mejor y Santilli tiene encuestas que a él le dan mejor. Si jugamos el juego de las encuestas, estamos fritos. La política está para otra cosa, para resolver problemas, no para luchas de egos o para ver quién tiene la mejor encuesta. Además, las encuestas últimamente se equivocan mucho. La gente no las quiere ni las contesta. ¿Cuál es el resultado de una encuesta? Qué sé yo. Para mí, si un candidato está primero y el otro tercero no es dramático para ninguna fuerza ni para ninguno de los dos y podríamos hacer la mejor elección. Tengo derecho a plantearlo porque el gesto yo lo hice. Pueden no coincidir y está todo bien. No soy el dueño de la verdad. Expreso una postura con convicción porque conozco mucho la Provincia. Hace 17 años que la recorro. Sé lo difícil que es para cada intendente, para cada referente, juntar un equipo sólido que nos represente en José C. Paz o en La Matanza. Obligarlos a separarse y a competir cuando estaban unidos, es riesgoso.
-¿En su gesto influyó el renunciamiento de Patricia Bullrich en la Ciudad de Buenos Aires?
-No, es una decisión personal. Para mí, el conjunto siempre vale más que lo individual. Y me parece que el país está en una situación muy grave, hay mucha angustia, temor, hambre, miedo, incertidumbre. Es momento de bajarnos un poco del caballo del “yo” y tratar de consolidar un “nosotros”. Porque además no es un “nosotros” cualquiera, es en Provincia de Buenos Aires. Siempre dicen que es la madre de todas las batallas. Bueno, hay que cuidarla un poco más.
-¿Qué significa cuidarla un poco más?
-Ser más cuidadoso en las decisiones que tomamos. Hay que proteger una fuerza que tiene 58 intendentes que lograron ganar cuando nuestras listas a gobernador y a presidente perdieron. No hay que ponerla en riesgo. ¿Qué sentido tiene que un intendente que hoy está gobernando con toda la fuerza tenga que armar tres listas con sus distintos funcionarios y dividirse? ¿Para qué? En serio, no lo termino de entender. Si esta fuera una PASO para el Poder Ejecutivo, ahí lo entendería porque uno es gobernador y el otro no, entonces vos te jugás la chance de ser. En este caso, Diego y Facundo van a entrar juntos el 10 de diciembre a la Cámara de Diputados a asumir su rol y va a importar poco quién fue primero y quién tercero en la lista.
-Quizá importe justamente porque esta jugada es la de un Rodríguez Larreta que anticipó la pelea presidencial de 2023 y apostó a imponer a Vidal y a Santilli para quedar instalado como nuevo líder del espacio opositor.
-No creo que estemos discutiendo hoy el 2023. Mauricio (Macri) no fue candidato en 2013 y después fue presidente en 2015. Horacio (Rodríguez Larreta) no fue candidato en las elecciones intermedias y después fue jefe de Gobierno. María Eugenia (Vidal) no había sido candidata en 2013 y fue gobernadora en 2015. No me parece que hoy estemos definiendo quién va a ser el candidato a presidente o a gobernador. ¿Si hay tensiones y pujas de liderazgo? Sí, obviamente, y no las juzgo: Horacio está en su derecho de querer crecer, de decir “gobierno el espacio político más importante del PRO y quiero tener más influencia en las opiniones”. Eso es un ejercicio natural y respetable, pero el problema no es lo que hace él, el problema es lo que hacemos nosotros respecto de lo que él quiere hacer. Ahí me parece que el planteo del Grupo Dorrego tropezó. La urgencia o la conveniencia le ganó a la importancia y a la convicción, pero no importa. Las nuevas ideas a veces tardan en ir madurando. Hay que sostenerlas, hay que seguir trabajando en eso.
-Usted era partidario de otro método para elegir las candidaturas.
-Claro, no me molestan las definiciones de nombres, pero sí los mecanismos de decisión. Uno no debe imponer candidaturas. hay que tratar de buscar acuerdos con todos los intendentes, no importa el tamaño de ciudad que tengan. Porque es muy difícil ser intendente en una ciudad de 6 mil habitantes como San Cayetano, y hoy al intendente de San Cayetano lo estamos obligando a que compita contra otra lista que ni siquiera sabemos si existe. Para que entendamos, en San Cayetano probablemente ni haya PRO: ¿entonces la vamos a inventar? Hay que entender la diversidad de esta Provincia de Buenos Aires, que es tan vasta, tan distinta. Creo que todavía tenemos tiempo. Hago un llamado a la reflexión, a la inmensa responsabilidad que tenemos, de intentar buscar un acuerdo. Y si no logramos una lista de unidad, mi objetivo va a estar puesto en evitar que haya una ruptura. ¿Sabe en qué búnker voy a estar esa noche de las PASO? En el del que haya perdido. Para garantizarme que se sienta parte y vaya al búnker de quien ganó para verlo juntos.
-¿Por qué imagina que puede haber una ruptura?
-Porque cuando empezás a discutir y a tensionar, hay ganadores y perdedores y después eso se refleja en quién quiere ser presidente de un bloque, y si el bloque no se pone de acuerdo no necesariamente después termina unido. Y con solo perder tres senadores, nosotros le otorgamos la mayoría al oficialismo en el Senado provincial donde se definen los acuerdos para jueces, los juicios políticos, el avance sobre el procurador. No es chiste lo que está en juego. Están en juego las libertades en la Provincia. No soy de hacer mucho dramatismo con el tema institucional, pero es así. Acá no están en juego las candidaturas del 23, sino lo que le pasa a la gente, y la gente nos va a reclamar mucho si por haber decidido un mal método para definir quién es primero y quién es tercero en la lista de candidatos nos terminamos peleando. El kirchnerismo se está haciendo un festín con lo que estamos haciendo.
-Pero existieron gestos como el de Bullrich y el suyo que permitieron…
(Interrumpe) -No alcanzan. En Provincia no alcanza. Una PASO en Provincia de buenos aires no es lo mismo que en Ciudad de Buenos Aires.
-Porque piensa que este método de decisión de candidaturas va a dejar heridos.
-Sí, y esto lo he hablado con más de un intendente. Algunos que tienen un bloque no tan grande van a terminar con un bloque de la UCR por un lado y un bloque del PRO por el otro y después eso tensa las relaciones, desgasta. Uno sabe dónde empieza el conflicto, pero lo difícil es saber dónde termina. Yo prefiero anticiparme y decir: reflexionemos, no estamos discutiendo quién es el que gobierna, sino la conformación de una lista de diputados donde todos son iguales. Quizá todavía podemos encontrar un acuerdo.
-¿No le molestaría que Manes encabece la lista, entonces?
-No voy a decir quién me molestaría más o menos. Quiero que no nos dividamos.
-Pero la lista de unidad implica que alguno resigne su posición.
-Obvio, y yo ya hice un gesto. No soy ni el primer ni el tercer candidato. Me corrí del todo.
-O puede aparecer un tercer postulante.
-No, tiene que ser uno de ellos dos y el otro tiene que acompañar. Porque, además, eso es lo que eso va a ocurrir. Dentro de 60 días uno va a ser uno y el otro va a ser tres en la lista. ¿Por qué no nos anticipamos y evitamos las tensiones de tener que competir en todos lados, obligar a todo el mundo a dividirse?
-Algunos piensan que la competencia en las PASO enriquece el espacio.
-Para mí es un riesgo. Hoy, con el kirchnerismo que amenaza sobre las instituciones, es un riesgo que no vale la pena tomar. Puede que no pase y no tengo la bola de cristal. Ojalá me equivoque. pero conozco mucho esta provincia, sé lo que pasa en cada rincón y entonces prefiero anticiparme.
-¿En su rechazo a Santilli pesó el hecho de que si hace una buena elección será candidato a gobernador en 2023 y usted quiere lo mismo?
-No conozco ningún gobernador que haya ganado la elección legislativa anterior.
-Bueno, podría ser el primer caso…
-Siempre puede ser, pero no es una condición. Tiene más que ver con condiciones personales, la persistencia, el sostener, el representar bien, pero hasta ahora no se verifica que ese sea el camino necesario.
-Mauricio Macri dijo que esperaba que en Juntos por el Cambio se pudieran “contener los egos”. ¿Coincide en que ese es un problema?
-Nunca planteo estas cosas desde lo negativo, hay otras miradas y visiones. Hay algunos que creerán que es bueno competir, que es bueno comprobar cuál de las dos fuerzas está más sólida, quién le gana al otro. Son percepciones distintas donde uno mide de manera diferente los riesgos que cada cosa supone. Es algo que he hablado con los intendentes y con Horacio (Rodríguez Larreta). Diría que casi en la mitad de las reuniones con Horacio fue un tema del que hablamos y no es que él no lo entienda: cada uno pondera en función de su mirada, pero planteo lo que veo por mi experiencia en la Provincia.
-¿Se pueden interpretar las candidaturas de Vidal y Santilli como un triunfo del ala moderada del PRO?
-No, ¿por qué? Yo también me considero moderado. Todos los que gobernamos somos moderados porque tenemos que buscar acuerdos, equilibrio, y no sólo con otras fuerzas sino también con el vecino, con el ciudadano. Uno no hace lo que quiere, busca consenso, trata de encontrar las mejores ideas, escucha, aprende, cambia. Yo, por suerte, no pienso igual que hace diez años. Y espero dentro de diez años ser mejor que hoy. Esa tensión interna no la vivo así Me llevo bien con Horacio, tengo buena relación con él al igual que con Patricia (Bullrich). Después hay estilos diferentes, pero no siento que haya ganadores y perdedores en ese sentido. Hay realidades: algunos ganamos elecciones y otros no. Y eso si es una realidad, pero tampoco sos mejor simplemente por haber ganado una elección o tenes que tirar a alguien que la perdió. Me ha tocado perder elecciones y no por eso me fui a mi casa.
-¿Su idea ahora es integrarse al comando de campaña de Santilli, estar codo a codo con él y sus candidatos?
-Estoy muy enfocado en tratar de encontrar un acuerdo. Después voy a ayudar donde haga falta y a lo largo de todo el proceso mi foco a estar puesto en garantizar la unidad, haya PASO o no, y Dios quiera que no la tengamos y que haya una lista de acuerdo.
-¿Sigue con su proyecto de ser candidato a gobernador bonaerense?
-Claro, es un sueño, un deseo, pero mi principal objetivo hoy es tratar de hacer la mejor elección posible. Que ganemos, si podemos unidos, y que el tránsito de 2021 a 2023 sea de unidad. Es muy importante: si nos rompemos, gana el kirchnerismo y se ponen en juego las libertades.
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