Mientras las miradas se orientan cada vez más a las elecciones y el Gobierno lidia con las consecuencias sanitarias y económicas de la pandemia, un órgano de la provincia de Buenos Aires trabaja de manera silenciosa hacia uno de los objetivos de mediano plazo planteados por Cristina Kirchner: la incierta y misteriosa reforma sanitaria. El operativo empezó hace un año, avanza a ritmo acelerado y desembocará hacia diciembre en la presentación de un informe minucioso.
Aunque faltan definiciones sobre los detalles de la modificación del sistema sanitario que impulsa la vicepresidenta, algunas iniciativas están actuando a toda marcha en el distrito donde Cristina Kirchner tiene la mayor injerencia. Una de ellas es la puesta en funcionamiento del Consejo de Salud Provincial (Cosapro) bajo la órbita del Ministerio de Salud que conduce Daniel Gollan en el gobierno bonaerense de Axel Kicillof.
Creado en 2008, durante la administración de Daniel Scioli, el Cosapro tuvo un papel menor durante la gestión de María Eugenia Vidal. Según su descripción oficial, se dedica al “diagnóstico y relevamiento regional de la infraestructura hospitalaria, propuestas de normatización, modelos de financiamiento y fuerza laboral en salud”.
Lo coordina Juan Martín Etcheverry, dirigente de Moreno cercano al ex intendente Mariano West y nombrado como responsable de la unidad coordinadora del Cosapro en enero, después de su salida en septiembre, entre roces, de la jefatura de gabinete de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) bajo la gestión del ministro nacional de Salud, Ginés González García, quien dejó el Gobierno este año por el escándalo del llamado “Vacunatorio VIP”. En el comienzo del gobierno de Kicillof, Etcheverry había tenido un breve paso por la cartera de Gollan, con quien mantiene una relación muy cercana, al igual que con el viceministro Nicolás Kreplak, de La Cámpora.
Desde que quedó a cargo del organismo, a Etcheverry se le encargó como plan rector establecer diagnósticos con el fin último de establecer una reforma sanitaria. Desde su desembarco en la provincia, el funcionario recorre junto a su equipo municipios propios y opositores, se entrevista con las autoridades políticas y con los directores de los hospitales y centros de salud comunitarios. Conduce desde el año pasado un relevamiento minucioso de los sistemas sanitarios de los municipios.
Según pudo reconstruir Infobae, sus esfuerzos apuntan a crear “insumos informativos” y “generar consensos” que sustenten una reforma de salud en la provincia de Buenos Aires. El objetivo final trasciende al distrito: quieren volcar esa información como respaldo para una modificación a nivel nacional. Por ahora, el plan del gobierno bonaerense es presentar un informe que resuma ese trabajo hacia fin de año. Aún no se sabe si antes o después de las elecciones. Probablemente, confiaron fuentes oficiales, se visibilice en un evento en territorio bonaerense.
Según aseguran en el entorno de Etcheverry, el trabajo territorial es “con todos los municipios, sea cual sea su color político”, y tiene “buena recepción”. Sin embargo, consultados por este medio, desde localidades opositoras aseguraron que no participaron en encuentros presenciales ni virtuales y que su participación es sólo a través de un grupo de WhatsApp donde se divulgan contenidos relacionados a los relevamientos.
“El Cosapro es un órgano creado para tener una mirada integradora de política sanitaria, pero que estuvo muy politizado, tenía un tinte político particular. Era un movimiento peronista, más que una reunión de salud. Terminaba todos los años en un acto en Mar del Plata con la militancia de los hospitales”, dijo un ex funcionario provincial, que aludió al “clima militante” del Cosapro durante el vidalismo.
Etcheverry no solo participa en actividades con el gobernador y el ministro; también articula con Alberto Fernández y la ministra nacional, Carla Vizzotti. Recientemente estuvo presente en el anuncio del Plan Nacional de Enfermería que encabezó el Presidente en el Museo del Bicentenario. Allí, el primer mandatario destacó en su discurso que “la salud no puede quedar en manos del mercado”. El acto ocurrió días después del mensaje de Cristina Kirchner en un acto que encabezó en la capital bonaerense junto a Kicillof sobre la necesidad de una reforma sanitaria.
Según pudo saber Infobae, el kirchnerismo, que tiene su brazo más fuerte en la provincia de Buenos Aires -conducida por uno de los posibles candidatos a la Presidencia en 2023, Axel Kicillof- le pone muchas fichas al trabajo del Cosapro. El organismo es la versión bonaerense del Consejo Federal de Salud (Cofesa), instancia sanitaria nacional poco nombrada hace un año que se transformó en una de las claves de la escena política desde la irrupción de la pandemia en la Argentina. Allí la ministra Carla Vizzotti escucha las voces y transmite mensajes a sus pares provinciales en reuniones sobre temas sanitarios en general, que durante esta gestión estuvieron relacionados principalmente al coronavirus, con las restricciones y el plan de vacunación como ejes principales.
La ambición de reformar el sistema de salud fue blanqueada por primera vez públicamente en diciembre por la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien hace un mes volvió a ponerla sobre la mesa durante un acto que protagonizó en La Plata junto a Kicillof, donde habló de “repensarlo”. El plan, cuyos detalles de forma, contenido y fecha no se conocen, generó alarma, con distintos grados de estridencia, especialmente en el sector privado y entre los gremios.
Se conoce poco sobre la idea que tiene en mente el kirchnerismo y sobre el momento en el que le dará impulso definitivo. Por ahora no hay ningún proyecto de ley en el Congreso o la Legislatura y circulan versiones y desmentidas. El Gobierno asegura que se busca “regular” el desfragmentado y segmentado sistema para lograr “igualdad en el acceso”. Pero muchos temen una estatización y eventuales expropiaciones. En el Frente de Todos juran que no es así y por lo bajo ya avanzan en los primeros pasos para la puesta en marcha.
SEGUIR LEYENDO: