Tras largos meses de tensión interna, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, sellaron un acuerdo para presentar una lista de unidad encabezada por María Eugenia Vidal en la ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, la denominada “ala dura” ahora busca evitar que la ex gobernadora tome un rol demasiado protagónico y apuesta en secreto a darle volumen a la figura de Ricardo López Murphy, quien la enfrentará en las PASO.
Si bien Rodríguez Larreta logró revalidar su liderazgo interno y consiguió ubicar a dos personas de su confianza en los principales distritos (Vidal en Ciudad y Diego Santilli en Provincia), ahora deberá encarar un trabajo artesanal para confeccionar las listas de manera tal que no queden demasiados heridos dentro de su propio partido.
Pero más allá de los acuerdos tácticos, las aspiraciones presidenciales del jefe de Gobierno y las de Patricia Bullrich parecen destinadas a colisionar. “Apuesto al 2023”, aclaró la ex ministra de Seguridad cuando anunció que bajaba su candidatura a diputada nacional. También dejó en claro que esperaba “gestos” de parte de los “dialoguistas”.
Ahora, la estrategia de Rodríguez Larreta -que respalda la idea de una interna con Ricardo López Murphy para evitar “perder votos por derecha”- podría volverse en su contra ya que representa una oportunidad para Bullrich.
La presidenta del PRO no sólo se siente más cómoda con el discurso y las ideas del “Bulldog”, sino que un respaldo a su candidatura, ya sea formal o informal, también resulta funcional para su proyecto político, ya que a nadie se le escapa que si Vidal “arrasa” en las elecciones el panorama para los “halcones” se vuelve más incierto.
Bullrich ya ha dado algunas señales sutiles al respecto. En primer lugar, aclaró en más de una oportunidad que su decisión obedecía únicamente a la necesidad de mantener la unidad y evitó los elogios públicos hacia Vidal. De hecho, tanto Bullrich como Macri habían dicho públicamente que la ex gobernadora era la mejor candidata para competir en la provincia de Buenos Aires.
Por otro lado, hasta el momento tampoco llamó explícitamente a votar por ella tras el acuerdo de unidad. Incluso algunos dentro de Juntos por el Cambio esperan que acompañe a López Murphy con alguna foto juntos o recurriendo al eufemismo de la “libertad de acción” para que sus seguidores voten al candidato con el que más se identifiquen.
Por su parte, López Murphy buscará consolidar el voto “duro” y sabe que podría sumar muchos apoyos entre quienes se referencian en Bullrich y los “halcones” del PRO. Al mismo tiempo, apunta a presentar una lista lo más competitiva posible para que su candidatura no tenga un mero rol testimonial. Reconoce que se necesita volumen para imponer una agenda de ideas dentro de Juntos por el Cambio.
En ese plan, ya concretó reuniones con referentes del radicalismo, como Luis Brandoni y Facundo Suárez Lastra, y planea juntarse con la investigadora de CONICET, Sandra Pitta, entre otros. También tuvo contactos con el economista Roberto Cachanosky y el analista internacional Gustavo Segré para discutir la posibilidad de que integren su lista. Hasta el momento no hay nada definido y continúan las negociaciones.
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