Primero, Alberto Fernández afirmó desconocer “exactamente la dimensión del problema en Cuba” pese a la represión que llevó a cabo el régimen de Miguel Díaz-Canel contra las manifestaciones en la isla, y consideró que ni Argentina “ni ningún país del mundo” tiene que decir qué se debe hacer allí. Sin embargo, pidió terminar con el bloqueo al país caribeño. De esta forma, para el régimen castrista, las declaraciones del Presidente fueron interpretadas como un gesto de respaldo hacia la dictadura.
Así lo mostró un noticiero oficialista al incluir al mandatario argentino entre los dirigentes y “organizaciones políticas latinoamericanas” que “continúan expresando su respaldo al pueblo y gobierno cubanos ante la campaña de desprestigio promovida por Estados Unidos tras los hechos de desestabilización del domingo último en Cuba”.
El conductor del programa Revista Buenos Días destacó que Fernández “abordó este lunes la situación económica y social de Cuba y Venezuela, y pidió terminar con los bloqueos impuestos por Estados Unidos de manera unilateral contra esas dos naciones”. Y resaltó que exigió “el levantamiento de las medidas coercitivas unilaterales aplicadas por el gobierno de Washington”.
El relato del periodista estuvo acompañado por una captura de pantalla de un tuit donde el equipo de prensa de Alberto Fernández citó las declaraciones que hizo el mandatario al programa Argenzuela, conducido por Jorge Rial en Radio 10: “En el G20 pedí que levantaran los bloqueos. A Cuba le están haciendo un daño incalculable, le impidieron acceder a respiradores. No hay nada más inhumano en pandemia que bloquear económicamente a un país”. En su cuenta de Twitter, Canal Caribe -adepto al régimen- también compartió las declaraciones del presidente argentino.
En la región la mayoría de los gobiernos de los países limítrofes de Argentina condenaron la represión ordenada por el régimen castrista. A través de un comunicado, la administración del presidente chileno Sebastián Piñera repudió los violentos hechos que tienen lugar en tierra cubana desde el último fin de semana y por los cuales hay cientos de detenidos y desaparecidos. “Ante los últimos acontecimientos que han tenido lugar en Cuba, el Gobierno de Chile reitera su convicción de que la libertad de expresión y la manifestación pacífica constituyen derechos humanos que deben ser siempre respetados y resguardados”, indicó el gobierno de ese país.
Y agregó: “Estos derechos son parte esencial de toda sociedad libre y democrática”. En el comunicado emitido durante el mediodía de este martes, dejaron en claro que “no hay justificación para impulsar medidas represivas que intenten acallar a los ciudadanos que pacíficamente piden mayor libertad, salud oportuna y digna, y mejor calidad de vida”.
En la misma línea, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, afirmó que “Cuba es una dictadura que obviamente no respeta los derechos humanos. La comunidad internacional debe ayudar y debe manifestarse sin entrometerse en los asuntos del país, pero está claro que en los estrados internacionales en los cuales participa Uruguay, este tipo de cosas hay que manifestarlas claramente”, sostuvo. “La libertad es la que mueve al individuo. Llega un momento que a uno lo pueden arrinconar, arrinconar, pero cuando se dan determinadas situaciones, el individuo pelea por su libertad y por la de la sociedad”, señaló el mandatario uruguayo.
Por su parte el mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, también condenó la violencia del gobierno de Díaz-Canel: “Además de alimentos, electricidad e internet, que no existe, fueron a pedir libertad y recibieron balas de goma, golpes y prisión”.
El manejo de la pandemia, la peor crisis económica en décadas, la escasez de insumos básicos y la falta de libertades son algunos de los motivos que impulsaron a los cubanos a salir a las calles contra el gobierno comunista.
El mismo domingo por la noche, antes de que se pronuncie Fernández y luego de manifestaciones frente a la embajada cubana en Argentina, el canciller Felipe Solá había manifestado que Casa Rosada no tenía “una posición tomada” y que seguirían con atención el caso “bajo la óptica” de los derechos humanos. Luego, pese a las decenas de detenidos y desaparecidos tras la brutal represión, Alberto Fernández evitó condenar el accionar del régimen. “No conozco la dimensión del problema en Cuba”, había justificado.
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