De no intervenir en las listas de 2019 y enfocarse en la campaña, a ser casi una línea interna del Frente de Todos (FdT) y tener voz y voto. El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, intervendrá en la conformación de listas del oficialismo tanto en la nómina nacional como en la provincial y -de ser necesario- pedirá lugares propios. Más allá de esa certeza, en el oficialismo todavía se define cómo escalonar los lugares en las listas y distribuir los lugares según el espacio de poder.
Si bien Kicillof trata de mostrarse alejado de la rosca política o ajeno a los ingratos menesteres del poroteo electoral, el gobernador viene oficiando de anfitrión semanal a los dirigentes principales del Frente de Todos en los encuentros que generalmente se dan todos los lunes en La Plata. De esas reuniones, donde recién ahora empiezan a diagramar una estrategia, el gobernador fue ganando volumen en la discusión de poder. Tiene, de manera abierta, a la vicepresidenta Cristina Kirchner como principal aliada y sostén político.
Lo cierto es que para la confección de listas del Frente de Todos, el mandatario será uno de los pocos dirigentes que podrá decir ‘este nombre sí, este nombre no’ e incluso pedir que alguien de su consideración vaya a las listas que se presentarán el 24 de julio.
Hay un puñado de apuntados en su gabinete que se barajaron o barajan como posibles precandidatos. El viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, tiene el aval de Cristina Kirchner y es una carta si la idea es plantear la discusión electoral desde el plano sanitario. Kreplak corrió de ese lugar.
Carlos Bianco, el jefe de Gabinete bonaerense, dijo que el viceministro del área sanitaria sería un buen candidato, pero Bianco no decide en estos asuntos. Incluso cuando se le preguntó al jefe de Gabinete si se imaginaba integrando una lista también, como Kreplak, evadió. Dijo estar muy contento con el rol que tenía en la coordinación de ministros y que estaba honrado en esa tarea.
Además de la lista a diputados nacionales, Kicillof también intervendrá en las nóminas seccionales para definir quienes estarán en la Legislatura defendiendo su gestión, una tarea que no tuvo de forma directa en la campaña 2019.
En este plano, ahora el mandatario y su equipo tiene interés central en conseguir la mayoría simple en el Senado bonaerense donde hoy manda Juntos por el Cambio que comanda 26 de las 46 bancas de ese cuerpo legislativo.
Por la Primera sección electoral con base en la gobernación asoma el Secretario General de Gobierno bonaerense, Federico Thea. Custodio legal de la gestión de Kicillof, es de José C Paz y su nombre empezó a circular mediáticamente como un candidato a senador provincial con ADN kicillofista. Cerca del funcionario le deslizaron a Infobae está cómodo en su función y no tiene apetencias legislativas. Pero claro, si hay un pedido concreto, la ecuación cambia.
Luego, en la Cámara de Diputados provinciales, la referencia de Kicillof es el diputado por la Sexta sección electoral, Carlos “Cuto” Moreno. Compañero de militancia de Néstor Kirchner en sus años universitarios, este año termina su mandato como legislador bonaerense. Estuvo al pie del cañón en la campaña que llevó a Kicillof a la gobernación y el mandatario podría pedir su renovación. Si eso sucede - cosa que es probable- el oriundo de Tres Arroyo irá por otros cuatro años como legislador.
Sin embargo, el gobernador maneja desde cierto tiempo una premisa clara y es que no quiere desarmar su equipo de gestión. Al menos sus ministros más cercanos o en áreas estructurales. Al llegar al gobierno, el mandatario armó un gabinete con perfiles técnicos y de la investigación que tuvo que amoldarse al día a día de la gestión de un gigante burocrático como es la provincia de Buenos Aires. Eso llevó tiempo y ahora se está enderezando coinciden en La Plata.
Pandemia mediante, pero con la vacunación en un ritmo constante, son varios los funcionarios del gobierno provincial que miran el futuro a mediano plazo y con un dejo de optimismo post pandémico. Piensan que ahora sí podrán hacer algo de toda la gestión que imaginaron a fines de 2019, cuando todo era expectativa. Por eso rehúsan a una candidatura. Salvo, claro, que lo ordene Kicillof.
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