La situación de crisis social de Cuba pone en un nuevo dilema al presidente Alberto Fernández, sobre todo en relación al posicionamiento geopolítico del gobierno argentino frente a una dictadura que resolvió reprimir en las últimas horas la mayor ola de protestas en 30 años que se registró en la isla.
El mandatario argentino sigue los acontecimientos de cerca. Luego de una consulta del canciller Felipe Solá con el embajador argentino Luis Alfredo Ilarregui, y según informaron fuentes diplomáticas a Infobae, optó por la “no injerencia de Argentina en los asuntos internos de Cuba” y, de esta manera, resolvió no condenar el ataque del gobierno cubano contra sus propios ciudadanos.
Según la información que obtuvo Solá de parte de Ilarregui, las protestas que se replicaron en varias ciudades del país, incluida La Habana, son el resultado de la crisis económica, la escasez de alimentos y remedios. También, del colapso de la infraestructura sanitaria por el impacto del coronavirus. Es más, los médicos denuncian que los hospitales no tienen ni analgésicos para el dolor de cabeza, que prolifera la hambruna y que “lo que se gasta en fuerzas represivas es más de lo que destina a medicamentos”.
Pese a ello, hasta el momento no ha habido un pronunciamiento público de la Argentina. Su postura contrasta, por ejemplo, con la del brasileño Jair Bolsonaro, que esta mañana habló sin rodeos de la cuestión: “Los cubanos fueron a pedir libertad y recibieron balas de goma, golpes y prisión”.
Esta es la protesta antigubernamental más grande que se registra en la isla desde el llamado “maleconazo”, cuando en agosto de 1994, en pleno “periodo especial”, cientos de personas salieron a las calles de La Habana y no se retiraron hasta que llegó el entonces dictador cubano Fidel Castro.
En Estados Unidos los cubanos residentes también se movilizaron en el sur de la Florida en apoyo a las protestas que se llevan a cabo en la isla. Según consignan medios locales, a la protesta también se unieron venezolanos y nicaragüenses. Al grito de “Libertad”, “Patria y Vida”, y “Cuba libre”, los manifestantes se movilizaron portando banderas cubanas.
Ayer, consultado en C5N sobre esta situación, Solá señaló: “Lo vemos con atención. No tenemos una posición tomada todavía. Nuestra posición ante todo es conocer los hechos de cerca, y en segundo lugar mirar el tema de derechos humanos, para el que no tenemos una vara diferente según las simpatías o no con un país u otro. No es un tema geopolítico, sino absolutamente ético, y al cual adhiere la Argentina. Bajo esa óptica vamos a mirar el problema, sobre el que todavía no tengo toda la información para abrir un juicio. Obviamente lo estamos mirando con atención”.
Díaz-Canel, de buena relación con Alberto Fernández y con quién Argentina negocia por la adquisición de las vacunas contra el coronavirus, desplegó las fuerzas de choque conocidas como “boinas negras”, dio una “orden de combate” a los civiles que lo apoyan y cortó internet y la energía eléctrica para evitar la difusión de las protestas. “Los manifestantes tuvieron la respuesta que merecían”, aseguró hoy el dictador.
“Aquí hemos sufrido mucho, no solo el confinamiento sino también los apagones, prácticamente todos los días quitan la electricidad. La policía tiene un verdadero acoso sobre los vendedores y prácticamente no hay forma de ganarse la vida. Esto era hace mucho una bomba de tiempo”, afirmó una mujer, Carmen, en medio de las protestas en San Antonio de los Baños.
La misma postura de “no injerencia en los asuntos internos de Cuba” planteó en las últimas horas el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que evitó pronunciarse sobre el llamado de Díaz-Canel para que los partidarios del régimen salieran a las calles, además de las múltiples denuncias de represión. “Es un asunto interno”, dijo. AMLO, como se le conoce en México al presidente, pidió evitar el intervencionismo y criticó la “inusual” cobertura internacional de las protestas contra la dictadura.
Alberto Fernández y López Obrador ya coincidieron en la visión política con relación a Nicaragua. A mediados de junio de este año, ambos mandatarios llamaron a consulta a sus embajadores como repudio a las violaciones a los derechos humanos cometidos por el régimen sandinista, luego de las críticas de organismos internacionales sobre la situación interna en el país centroamericano.
A diferencia de Argentina, México y otros países, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, instó al régimen comunista a atender las necesidades de la población“ en lugar de enriquecerse”. La OEA también condenó “al régimen dictatorial cubano por llamar a civiles a reprimir”.
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