El canciller de Uruguay, Francisco Bustillo, aseguró que las relaciones entre ese país y Argentina están “estancadas” y reiteró la intención del gobierno que encabeza el presidente Luis Lacalle Pou de avanzar negociaciones con países fuera del Mercosur.
“Son muchas las instancias de trabajo conjunto. No estamos caminando como desearíamos”, advirtió el funcionario uruguayo sobre la relación con la Argentina, en una entrevista este sábado en una entrevista televisiva con el programa Subrayado, en la que aseguró que la relación presenta muchas dificultades y es compleja. “Nos cuesta bastante”, indicó.
Bustillo puso como ejemplo de gestiones de beneficio mutuo las obras en la hidrovía del río Uruguay o el puente entre Monte Caseros y Bella Unión, que, indicó, no registraron avances, y agregó que es “imposible” que las relaciones se compliquen aún más porque están “estancadas”.
Este miércoles, previo a la cumbre entre presidentes de los países miembros del Mercosur, Uruguay comunicó a sus socios que comenzaría a buscar acuerdos comerciales con terceros países, algo que hasta ahora requería consenso de los miembros, ya que su propuesta de flexibilización del bloque no tuvo el respaldo necesario de Argentina y Paraguay.
Bustillo remarcó que Uruguay “no tiene temor” en avanzar en negociaciones comerciales con otros países y consideró que a nadie lo puede sorprender la situación, ya que Uruguay trabaja desde hace diez meses en ese tema: “Si llegamos a un acuerdo con China y Argentina dice que no, igual va a entrar en vigencia”, advirtió.
El canciller uruguayo consideró además que el Mercosur “se ha vuelto un bloque autárquico” y una “zona de libre comercio imperfecta”, mientras que lo calificó también como “una utopía”, porque quedó muy lejos del objetivo de construir un “arancel común”. En ese contexto, señaló, Uruguay pide un “sinceramiento” en el bloque.
“Si nos hemos convertido en una carga, lo lamento. No queríamos ser una carga para nadie. Terminemos con esas ideas que ayudan tan poco a la unidad. No queremos ser lastre de nadie. Si somos un lastre, que tomen otro barco. No somos lastre de nadie, es un honor ser parte del Mercosur”, había confrontado Alberto Fernández a Lacalle Pou en la cumbre del bloque en marzo.
“La posición del canciller y de la ministra de Economía y Finanzas (Azucena Arbeleche) consistió en defender la modernización del bloque, a través de una agenda de negociaciones externas sustantiva, ágil, dinámica, flexible y permanente”, indicó el gobierno uruguayo un comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores esta semana.
El mandatario argentino, que fue el encargado de abrir el encuentro de este jueves y el primero en brindar un discurso, señaló que “las negociaciones deben iniciarse y concluirse de manera conjunta”, y que “cualquier propuesta debe estar basada en la regla del consenso”.
“La Argentina reafirma una vez más que ‘nadie se salva solo’ y que un Mercosur de corazón solidario es la nave insignia de su estrategia de integración”, señaló.
“Las divisiones de América Latina sólo pueden fomentar debilidad, fragmentación, polarización, disgregación de energías comunitarias y fisuras de proyectos grandes y generosos. Solos, alimentaremos el espejismo de una vana prosperidad”, afirmó el jefe de Estado argentino, al tiempo que destacó la necesidad de una revisión del arancel externo común que contemple “a los sectores más sensibles”, y buscar acuerdos para impulsar a los sectores productivos del Mercosur “ante un mundo más proteccionista y fundamentalmente más agresivo”.
“Esto de Uruguay de querer negociar por la suya es totalmente incompatible con la idea del Mercosur”, lo respaldó este fin de semana el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. “Hay que ser claro: el Mercosur es un esquema de consenso, las negociaciones internacionales con otros países o bloques las empezamos juntos y las terminamos juntos
A su turno, el presidente Lacalle Pou se refirió a la decisión de avanzar con negociaciones con terceros países. “Vamos a respetar el ordenamiento jurídico vigente del Mercosur y, al amparo de ese ordenamiento jurídico, ayer nuestro canciller, junto a la ministra de Economía, en lo que se trata de un zona de libre comercio, hemos comunicado que el Uruguay pretende avanzar con otros países y esto no significa vulnerar ni violentar la regla de consenso”, expresó.
Y agregó: “El mundo va muy rápido, se está entrelazando comercialmente. El final del COVID-19 va a hacer que estas negociaciones se disparen. El mundo va hacia allá y no nos va a esperar. Por eso, amigos presidentes, con tranquilidad, les queremos decir que hacia allá va el Uruguay. Ojalá vayamos todos juntos”.
Tanto la rebaja del arancel externo común como una flexibilización que permita alcanzar acuerdos comerciales sin el consenso de todos los integrantes del Mercosur, son asuntos que dividen al bloque fundado en 1991.
Uruguay ha sido el principal impulsor de una mayor apertura para negociar con terceros desde hace casi dos décadas, pero con poco eco. En el último tiempo, Brasil se ha mostrado proclive a acompañar la postura de Montevideo, mientras Argentina aparece como férreo opositor.
SEGUÍ LEYENDO: