Luego de que el presidente modificara por DNU la ley de vacunas para avanzar con la compra de dosis de Pfizer y de otros laboratorios, un diputado oficialista admitió que el acuerdo podría haberse cerrado ocho meses atrás si las directivas que sugirió el Ministerio de Salud al Congreso para confeccionar la ley hubieran sido más flexibles.
“Es una historia que se podría haber solucionado antes”, señaló Pablo Yedlin, diputado nacional por Tucumán y Presidente de la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara Baja.
“Cuando hicimos la ley, en ese momento era lo que el Ministerio nos había pedido. La hicimos con el consenso de todos los bloques y salió por unanimidad”, dijo Yedlin en alusión a la iniciativa que fue aprobada en octubre de 2020 y le permitió al gobierno negociar la compra de las vacunas Suptink V y Astrazeneca, en un primer momento, pero que no le sirvió para avanzar con los laboratorios norteamericanos.
“Lamentablemente el exceso de cautela que pusimos en la Ley de Vacunas hizo que los laboratorios norteamericanos no hayan querido o podido firmar contratos con nosotros”, admitió Yedlin al ser entrevistado en Radio La Red.
Si bien admitió que el DNU modificó mucho más que la palabra “negligencia” y que la propuesta de la oposición que intentó votarse en Diputados tampoco servía, dijo que si las directivas hubiesen sido otras quizás el país podría haber tenido más vacunas.
“Nunca quisimos hacer una ley para que no se pudiera contratar a ningún laboratorio”, aseveró Yedlin, quien además reveló que “el modelo que teníamos de discusión fue el modelo de Pfizer”.
Incluso, dijo que Pfizer Argentina en ningún momento les advirtió que la ley así como estaba por aprobarse no iba a servir. “Pfizer Argentina estaba convencida de que la ley era suficiente para lo que ellos exigían: confidencialidad, fraude, pago de indemnizaciones, etc. La que dijo no fue Pfizer de EE.UU”, explicó.
No obstante, recordó que “la ley sirvió para contratar a muchas otras empresas con las que pudimos vacunar a los argentinos” y que Pfizer incumplió con sus entregas en muchos de los países latinoamericanos.
“Si uno se pone a ver la cantidad de dosis de Pfizer que recibieron los países vecinos, como Chile y Uruguay, fueron muy pocas porque el laboratorio destinó su producción casi completa primero a EEUU y Europa. No hay que cargarle muertos a nadie”, señaló el diputado.
De todas maneras, remarcó que las vacunas “no fueron las que hubiésemos querido porque los laboratorios que nosotros contratamos también tuvieron problemas con la entrega”.
Por último, dijo que Pfizer “endureció su postura hasta último momento a pesar de que el DNU es bastante generoso y el hemisferio norte ya está todo vacunado”.
Después de muchísimas negociaciones, el gobierno logró una redacción legal que protege al Estado nacional y satisface las exigencias jurídicas de Pfizer. La clave de la negociación estaba en una palabra técnica del artículo 4 de la Ley de Vacunas.
Ese artículo establece que el Poder Ejecutivo tiene la facultad de incorporar en los contratos con proveedores públicos y privados “cláusulas que establezcan condiciones de indemnidad patrimonial respecto de indemnizaciones y otras reclamaciones pecuniarias relacionadas con y en favor de quienes participen de la investigación, desarrollo, fabricación, provisión y suministro de las vacunas, con excepción de aquellas originadas en maniobras fraudulentas, conductas maliciosas o negligencia por parte de los sujetos aludidos”.
Finalmente, Pfizer aceptó la nueva normativa establecida en el DNU y ya se aceleraron las negociaciones para comprar vacunas a la empresa farmacéutica que ya firmó contratos con 116 países.
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