Florencia Carignano, la directora de Migraciones, se refirió a la preocupación que priduce la variante Delta del coronavirus y a los reclamos que generan las restricciones vigentes, especialmente las relativas al cupo de 600 personas que pueden ingresar por día al país, lo que causa que miles de argentinos hayan quedado varados en el exterior. En ese contexto, la funcionaria argumentó: “Brasil nos ha perjudicado a todos, en su descuido hacia la población en general, y ha hecho que a quienes tenemos frontera con ellos se nos complique la situación y mucho”.
Sin embargo, más de 2.000 camiones entran diariamente desde Chile y más de 5.000 desde Brasil, a través de los pasos fronterizos terrestres, con nulo o escalo control. Lo mismo sucede en los pasos limítrofes con Paraguay y Bolivia y con los vuelos privados que arriban al aeropuerto de San Fernando.
“¿Qué nos gustaría más a nosotros que tener todas las fronteras abiertas? La gente a veces piensa que una está aburrida en la casa y dice ‘qué puedo hacer para molestar al resto’. La verdad es que esto es una complicación terrible para todos, pero como vengo diciendo siempre, la complicación número uno es la pandemia. Todo el resto son complicaciones para todos, los que viajan, los que estamos acá... Las restricciones son en beneficio de la gente”, aseguró Carignano al respecto, en declaraciones a Radio 10.
Asimismo, la directora de Migraciones afirmó que “las compañías que agrupan a las aerolíneas dicen que es en el único lugar del mundo que pasa y después ves que en Australia solo pueden ingresar 450 personas”.
“Muchos están convencidos de que, porque tienen un PCR negativo, les hacen un antígeno en Ezeiza y la mayoría viene vacunada, ya está. Eso nos llevó a que la semana pasada se detectaran dos casos (de la variante Delta), uno venía de Estados Unidos y otro de Venezuela. A ninguno de los dos los detectó el PCR, ni el antígeno. Uno empezó a sentir síntomas a los tres días, pero para ese entonces ya había estado con el padre. Lo contagió y ahora está internado con neumonía. La cuarentena es para eso”, insistió Carignano, en relación a la cepa que mayor preocupación despierta actualmente. “¿Cómo pretenden que los países sean estáticos en cuanto a las reglas cuando todos los días nos levantamos con una variante nueva?”, agregó.
Por último, con respecto a la posibilidad de flexibilizar la normativa vigente, la titular de Migraciones indicó que el único camino para lograrlo es continuar con la campaña de inmunización: “Sabemos que la única solución posible contra esto es la vacunación. De esto salimos con un porcentaje determinado de vacunados, que será como en la mayoría de los países de un 60% o 70%. Nosotros somos optimistas, pensamos que para septiembre u octubre vamos a empezar a hablar de otra Argentina, con más aperturas y posibilidades. Cuando lleguemos a un determinado porcentaje de población vacunada, vamos a ir abriendo”.
Su actual exposición pública
Cuando asumió en su cargo el 10 de diciembre de 2019 como directora nacional de Migraciones, no imaginaba que iba a ocupar un rol tan central en la política argentina, con una prolongada exposición ante cámaras o micrófonos. Aunque ya había ocupado algunos cargos públicos en el último tramo del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cuando le llegó el ofrecimiento para ella representaba un salto importante como funcionaria, con una tarea difícil por delante como lo es la custodia de las fronteras argentinas. La pandemia cambió la vida de casi todo el mundo y la de María Florencia Carignano no fue la excepción.
Por estos días su actividad está particularmente recargada porque ante la disminución en la frecuencia de vuelos en el exterior es una de las voces más consultadas por los medios de comunicación. Este miércoles, además, estuvo en Rosario para inaugurar un Centro de Integración para Personas Migrantes y Refugiadas y luego participó de una recorrida por la ciudad santafesina donde se supervisaba el cumplimiento de la cuarentena obligatoria de quienes volvieron de un viaje por el extranjero.
Eduardo “Wado” de Pedro la considera una pieza clave en la estructura del Ministerio del Interior, del que depende Migraciones. Ambos provienen de La Cámpora. En el segundo período de Cristina Fernández de Kirchner como presidenta de la Nación, a Carignano la nombraron subsecretaria de Acceso a la Justicia, en 2010.
Julio Alak estaba entonces al frente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. El subsecretario de Alak era Julián Álvarez, quien fue el que impulsó a Flor (así le gusta que la llamen sus amigos y compañeros) para que llegara a su cargo. Cuando en esa cartera empezaron algunas pujas internas, Carignano siguió fielmente a Álvarez, con quien militaba, especialmente en los barrios populares. Mariano Recalde, por entonces presidente de Aerolíneas Argentinas y con fuerte presencia dentro de la línea interna que lidera Máximo Kirchner, también influyó en su desembarco en ese ministerio.
Antes se había desempeñado como directora nacional de Promoción y Fortalecimiento para el Acceso a la Justicia. Bajo su órbita estaban casi un centenar de Centros de Acceso a la Justicia (CAJ) que se encuentran diseminados por todo el país y, en particular, en zonas vulnerables, como asentamientos. En sus perfiles en redes sociales como Twitter y Facebook destaca que obtuvo un Magíster en Relaciones Internacionales en la Universidad de San Andrés. Y consigna que en el fútbol siente predilección por Colón de Santa Fe, campeón de la última Liga Profesional.
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