A 19 días de que venza el plazo para la presentación de las listas de precandidatos para las PASO ambas coaliciones, la que está en el gobierno -el Frente de Todos- y el principal espacio opositor -Juntos por el Cambio-, comienzan a alistar su maquinaria política con la misión de preservar sus espacios de poder y tratar de incrementarlos de cara a los comicios presidenciales.
El que movió primero es quien se erige como el líder político de Juntos por el Cambio. Horacio Rodríguez Larreta evitó un conflicto interno de una magnitud cuyo alcance se desconocía pero inquietaba incluso a sus socios del radicalismo y la Coalición Cívica. El alcalde porteño cerró un acuerdo político con Patricia Bullrich, logró imponer a María Eugenia Vidal, y desactivó la fuerte disputa de poder que hubiera significado unas Primarias entre las damas del PRO.
Con esta jugada Larreta reafirmó el liderazgo que podía haber sido mirado de reojo, incluso por los propios, si no lograba evitar una interna entre dos candidatas de su mismo color político en el distrito que gobierna desde 2015.
Para demostrar que hay paz entre los halcones y las palomas del PRO, y que están encolumnados detrás de un mismo objetivo, el jefe de Gobierno porteño y la ex ministra de Seguridad compartieron una merienda ayer por la tarde en un reconocido café de avenida del Libertador. En público, a la vista de todos, y sacándose fotos con vecinos y militantes.
“Con @HoracioRLarreta entendemos que la fuerza del cambio está en la unidad. Necesitamos estar juntos para defender la República y terminar con esta decadencia que nos roba el porvenir. Queremos construir un país en el que progresar sea la razón de cada argentino”, tuiteó la presidenta del PRO a 24 horas de haber renunciado a su candidatura.
En sintonía, el jefe de Gobierno publicó en sus redes sociales que estuvo con Bullrich “conversando sobre la importancia de seguir trabajando juntos por la unidad de Juntos por el Cambio”. La “importancia de seguir trabajando juntos” es leído en clave política como la oferta concreta que habría hecho Larreta a la presidenta del PRO: dos lugares para dirigentes propios en la lista de diputados nacionales por CABA, tres en la de Legisladores porteños y restaría definir las pretensiones de la ex ministra en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires.
Resuelto el problema interno del PRO, en la Ciudad, Larreta fue desafiado por Ricardo López Murphy. El ex ministro de Fernando De la Rúa reafirmó su voluntad de ir a las PASO con Juntos por el Cambio: “Estamos listos para competir con Vidal”, tuiteó tras la renuncia de Bullrich.
El próximo paso del jefe de Gobierno porteño será en la provincia de Buenos Aires. Pese a que también se bajó Elisa Carrió, en las próximas tres semanas de cara al 24 de julio cuando sea el cierre de listas, Larreta deberá arreglar el frente interno del PRO. Su objetivo es convencer a Jorge Macri para sumarlo a lista de Diego Santilli. En Uspallata también apuntan a persuadir a Gustavo Posse, el intendente radical de San Isidro que también se candidateó a diputado nacional por Juntos por el Cambio. Tanto Posse, Jorge Macri, como el resto de los jefes comunales del PRO se mostraron públicamente reacios a que la lista la encabece un dirigente no bonaerense. Y si bien para ellos sería un gesto de debilidad política encolumnarse detrás de Santilli, por otra parte les serviría para ser cobijados por Larreta de cara a los comicios de 2023.
Frente a la renuncia de Patricia Bullrich y con Mauricio Macri “varado” en el exterior, Larreta ordena al PRO y acepta la competencia de sus aliados con López Murphy en la Ciudad y el candidato del radicalismo en la provincia de Buenos Aires, Facundo Manes.
Esta idea de contener y poner figuras fuertes en las listas es mirado con expectativa por el Frente de Todos que también debe ordenar sus egos y pretensiones electorales de cara al presente y al futuro. Sus tres socios: Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, buscan privilegiar sus espacios.
El Presidente no quiere quedar desairado, ya perdió ministros que eran de su riñón. La vicepresidenta junto con La Cámpora apuntan a la clase baja y trabajadora, y a los jóvenes, con el foco puesto en el conurbano. Mientras que el titular de la Cámara de Diputados se dirige a la clase media y centrará su disputa electoral en el norte del GBA donde prima la mayor parte del electorado de JxC. Entre las tres figuras del Frente de Todos se distribuyen los temas de agenda para la campaña: rol del Estado frente a la pandemia, campaña de vacunación, trabajo y producción, alivio fiscal con la modificación de Ganancias, y seguridad.
Todas estas cuestiones fueron debatidas en las últimas semanas en la “mesa de los lunes” que comparten en La Plata el gobernador Axel Kicillof, Máximo Kirchner, Santiago Cafiero, Eduardo “Wado” de Pedro, Gabriel Katopodis y Martín Insaurralde. La proximidad del plazo para presentar a los precandidatos y los recientes movimientos de Juntos por el Cambio con la baja de Carrió y Bullrich y la confirmación de Vidal en Ciudad y Manes en Provincia, apuran a la coalición oficialista a mover sus fichas. Si no hay un cambio de agenda, los referentes del oficialismo se reunirán en las próximas horas para definir el comité de campaña y cómo se van a integrar las listas. En la mesa se analizará la posibilidad de que compita un ministro de peso que represente el proyecto, alguien que sea una síntesis de las voluntades del Frente de Todos.
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